Emapa trata de evitar demanda por venta de maíz transgénico
La Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) busca evitar una denuncia por haber comercializado maíz transgénico a los avícolas. Este sector asegura que a más de un año de aquel incidente, cuando la Aduana Nacional les hizo el comiso del producto, la empresa estatal no les...



La Empresa de Apoyo a la Producción de Alimentos (Emapa) busca evitar una denuncia por haber comercializado maíz transgénico a los avícolas. Este sector asegura que a más de un año de aquel incidente, cuando la Aduana Nacional les hizo el comiso del producto, la empresa estatal no les resarció los daños ocasionados.
Sucede que en abril del 2018 se incautaron dos camiones que provenían del Chaco hacia la ciudad de Tarija, traían maíz que había salido de los silos de la empresa estatal. Situación que generó un revuelo entre las instituciones del Gobierno nacional, incluso se ordenó que rija un silencio al respecto.
El inciso VII del artículo 24 de la Ley 300 de la Madre Tierra y Desarrollo Integral Para Vivir Bien, define que se debe “desarrollar acciones de protección del patrimonio genético de la agrobiodiversidad, prohibiendo la introducción, producción, uso, liberación al medio y comercialización de semillas genéticamente modificadas en el territorio boliviano”.
A más de un año de aquel hecho, el presidente de la Asociación de Productores Avícolas de Tarija, Fabián Romero, explicó que fueron más de 100 toneladas de maíz que perdieron, al margen de tener que pagar multas para recuperar los camiones incautados que transportaban el producto, que a prueba de laboratorio dio positivo para transgénico. Además, tuvieron que pagar otro monto para que se destruya esa materia prima. A eso se debe añadir los gastos del proceso legal.
El dirigente dice que no iniciaron una demanda judicial contra Emapa porque el gerente general de esa empresa se comprometió a devolver el producto. Sucede que también tienen un proceso ganado en la Autoridad Tributaria, en el sentido de que no se reviertan los obrados.
A pesar de los compromisos asumidos por la estatal boliviana, no se efectiviza la devolución, que en primera instancia los avícolas piden que sea del volumen incautado y luego conciliar sobre los otros gastos que tuvieron. Quieren que la compensación sea en maíz o en recursos económicos.
“Más bien que fue una sola partida. Pero evidentemente, hubo una afectación a los que compraron ese producto. No se inició un proceso judicial contra Emapa debido a los compromisos asumidos por la nueva gerencia general-comentó Romero- sabemos que ahora la empresa hace los controles y verificaciones de la materia prima que tienen como proveedores”.
En la ocasión que sucedió el hecho, antes que se restrinja informar sobre este tema, el responsable regional de Emapa en Tarija, David Durán, explicó que su institución apoya con semilla híbrida a los productores de maíz del Chaco, quienes volvían a vender su producto a esa empresa, instancia que luego la comercializaba a los avicultores, pero a un menor precio del mercado.
El funcionario aclaró que se hace un seguimiento a todo el ciclo de producción del maíz, desde el momento de la entrega de semilla hasta la cosecha, con ello asegurarse que haya una producción dentro las normativas establecidas en Bolivia, pero también dijo que ellos compran el maíz a buena fe.
Sucede que en abril del 2018 se incautaron dos camiones que provenían del Chaco hacia la ciudad de Tarija, traían maíz que había salido de los silos de la empresa estatal. Situación que generó un revuelo entre las instituciones del Gobierno nacional, incluso se ordenó que rija un silencio al respecto.
El inciso VII del artículo 24 de la Ley 300 de la Madre Tierra y Desarrollo Integral Para Vivir Bien, define que se debe “desarrollar acciones de protección del patrimonio genético de la agrobiodiversidad, prohibiendo la introducción, producción, uso, liberación al medio y comercialización de semillas genéticamente modificadas en el territorio boliviano”.
A más de un año de aquel hecho, el presidente de la Asociación de Productores Avícolas de Tarija, Fabián Romero, explicó que fueron más de 100 toneladas de maíz que perdieron, al margen de tener que pagar multas para recuperar los camiones incautados que transportaban el producto, que a prueba de laboratorio dio positivo para transgénico. Además, tuvieron que pagar otro monto para que se destruya esa materia prima. A eso se debe añadir los gastos del proceso legal.
El dirigente dice que no iniciaron una demanda judicial contra Emapa porque el gerente general de esa empresa se comprometió a devolver el producto. Sucede que también tienen un proceso ganado en la Autoridad Tributaria, en el sentido de que no se reviertan los obrados.
A pesar de los compromisos asumidos por la estatal boliviana, no se efectiviza la devolución, que en primera instancia los avícolas piden que sea del volumen incautado y luego conciliar sobre los otros gastos que tuvieron. Quieren que la compensación sea en maíz o en recursos económicos.
“Más bien que fue una sola partida. Pero evidentemente, hubo una afectación a los que compraron ese producto. No se inició un proceso judicial contra Emapa debido a los compromisos asumidos por la nueva gerencia general-comentó Romero- sabemos que ahora la empresa hace los controles y verificaciones de la materia prima que tienen como proveedores”.
En la ocasión que sucedió el hecho, antes que se restrinja informar sobre este tema, el responsable regional de Emapa en Tarija, David Durán, explicó que su institución apoya con semilla híbrida a los productores de maíz del Chaco, quienes volvían a vender su producto a esa empresa, instancia que luego la comercializaba a los avicultores, pero a un menor precio del mercado.
El funcionario aclaró que se hace un seguimiento a todo el ciclo de producción del maíz, desde el momento de la entrega de semilla hasta la cosecha, con ello asegurarse que haya una producción dentro las normativas establecidas en Bolivia, pero también dijo que ellos compran el maíz a buena fe.