Brasil sigue incumpliendo compra de gas ante el silencio de Bolivia
La producción de gas en San Alberto sigue cayendo en picado, mientras que Brasil sigue comprando alrededor de 12 millones de metros cúbicos de gas al día, la mitad de lo que estipula el contrato supuestamente prorrogado. Ambas son dos malas noticias para la economía boliviana y tarijeña que,...
La producción de gas en San Alberto sigue cayendo en picado, mientras que Brasil sigue comprando alrededor de 12 millones de metros cúbicos de gas al día, la mitad de lo que estipula el contrato supuestamente prorrogado. Ambas son dos malas noticias para la economía boliviana y tarijeña que, sin embargo, el Ministerio de Hidrocarburos y YPFB no consideran importante comentar.
Según los datos de producción ofrecidos por la vicepresidencia de Control y Monitoreo de YPFB, con los que la secretaría de Hidrocarburos de la Gobernación de Tarija elabora sus informes; la producción en el otrora más importante campo de gas del país, con el que se honraba la exportación de gas hasta el cinturón industrial de Sao Paolo ha caído de los 3 millones de metros cúbicos diarios. En la primera semana de julio registró un promedio de 3,1 millones de metros cúbicos mientras que en la segunda se quedó en 2,9.
Por encima de esas producciones, en la primera semana de julio, están Sábalo con 11,5; Margarita Tarija con 10,6 y Margarita Chuquisaca con 5,6 – otro dato a tener en cuenta – e Incahuasi, que ha reducido a 4,8 millones de metros cúbicos fundamentalmente por la rebaja en la contratación de gas que Brasil está realizando.
La segunda semana de julio, sin embargo, Sábalo cayó a 9,9 millones de metros cúbicos; Margarita Tarija subió a 10,9 y Margarita Chuquisaca a 6. Incahuasi subió a 5,1 y se consolida como el campo que está aportando el gas que San Alberto no puede mandar a Brasil; por lo que las regalías quedan en Santa Cruz.
Petrobras y YPFB ya reconocieron la semana pasada que se estaban retirando máquinas de San Alberto para concentrarlas en Sábalo, también operada por la empresa brasilera, lo que fue presentado como una operación normal dados los números de producción, por lo que aclararon que no se trata de un “desmantelamiento”. Es, como señalan los vecinos y autoridades locales, el fin de un ciclo.
La alarma brasilera
Los informes elaborados por la secretaría de Hidrocarburos de la Gobernación, con datos tomados de las fuentes oficiales, revelan de nuevo la persistencia en el incumplimiento de contrato de Brasil en la compra de gas, pues en todos los días de julio, sus nominaciones han oscilado entre los 12,70 y los 12,35 millones de metros cúbicos, que es la mitad de lo que obligatoriamente deben comprar en un contrato que permitía adquirir hasta 30,5 millones de metros cúbicos diarios.
El Gobierno no quiere hablar de esta situación y no se ha referido a esta anomalía que viene sucediendo desde el mes de marzo. Ni siquiera YPFB o el Ministerio de Hidrocarburos se han pronunciado cuando sí lo han hecho sobre las últimas decisiones del Gobierno brasilero en su camino de liberalizar el sector energético y privatizar Petrobras, lo que para las autoridades resulta “una oportunidad”.
El contrato de exportación con Brasil empezó a operar en 1999 y se extendió por 20 años, concretamente hasta el mes de junio de este mismo año. Tanto el ministro Luis Alberto Sánchez como el presidente de YPFB, Óscar Barriga, han asegurado que el contrato se prolonga de facto porque faltan por entregar 1,7 Trillones de pies cúbicos de gas. Además, Barriga tuvo que precisar que ese gas no está pagado. Sin embargo, no se ha realizado ninguna declaración formal ni conjunta sobre el asunto ni se ha realizado ninguna reunión pública que aclare algunos términos de ese mismo contrato que ahora se incumple.
El rechazo de Brasil y la vigencia del contrato
Diferentes órganos políticos de Brasil, como la Agencia Nacional del Petróleo, han venido recomendando al nuevo gobierno de Jair Bolsonaro de prescindir del gas boliviano y buscar nuevas fuentes. El crecimiento de la producción en el Presal brasilero es la principal causa.
En cualquier caso y según las fuentes bolivianas, el contrato con Brasil sigue vigente porque queda gas por entregar. En ese contexto, no está claro si todas las cláusulas lo están, puesto que Brasil no cumple y Bolivia no sanciona.
Según los datos de producción ofrecidos por la vicepresidencia de Control y Monitoreo de YPFB, con los que la secretaría de Hidrocarburos de la Gobernación de Tarija elabora sus informes; la producción en el otrora más importante campo de gas del país, con el que se honraba la exportación de gas hasta el cinturón industrial de Sao Paolo ha caído de los 3 millones de metros cúbicos diarios. En la primera semana de julio registró un promedio de 3,1 millones de metros cúbicos mientras que en la segunda se quedó en 2,9.
Por encima de esas producciones, en la primera semana de julio, están Sábalo con 11,5; Margarita Tarija con 10,6 y Margarita Chuquisaca con 5,6 – otro dato a tener en cuenta – e Incahuasi, que ha reducido a 4,8 millones de metros cúbicos fundamentalmente por la rebaja en la contratación de gas que Brasil está realizando.
La segunda semana de julio, sin embargo, Sábalo cayó a 9,9 millones de metros cúbicos; Margarita Tarija subió a 10,9 y Margarita Chuquisaca a 6. Incahuasi subió a 5,1 y se consolida como el campo que está aportando el gas que San Alberto no puede mandar a Brasil; por lo que las regalías quedan en Santa Cruz.
Petrobras y YPFB ya reconocieron la semana pasada que se estaban retirando máquinas de San Alberto para concentrarlas en Sábalo, también operada por la empresa brasilera, lo que fue presentado como una operación normal dados los números de producción, por lo que aclararon que no se trata de un “desmantelamiento”. Es, como señalan los vecinos y autoridades locales, el fin de un ciclo.
La alarma brasilera
Los informes elaborados por la secretaría de Hidrocarburos de la Gobernación, con datos tomados de las fuentes oficiales, revelan de nuevo la persistencia en el incumplimiento de contrato de Brasil en la compra de gas, pues en todos los días de julio, sus nominaciones han oscilado entre los 12,70 y los 12,35 millones de metros cúbicos, que es la mitad de lo que obligatoriamente deben comprar en un contrato que permitía adquirir hasta 30,5 millones de metros cúbicos diarios.
El Gobierno no quiere hablar de esta situación y no se ha referido a esta anomalía que viene sucediendo desde el mes de marzo. Ni siquiera YPFB o el Ministerio de Hidrocarburos se han pronunciado cuando sí lo han hecho sobre las últimas decisiones del Gobierno brasilero en su camino de liberalizar el sector energético y privatizar Petrobras, lo que para las autoridades resulta “una oportunidad”.
El contrato de exportación con Brasil empezó a operar en 1999 y se extendió por 20 años, concretamente hasta el mes de junio de este mismo año. Tanto el ministro Luis Alberto Sánchez como el presidente de YPFB, Óscar Barriga, han asegurado que el contrato se prolonga de facto porque faltan por entregar 1,7 Trillones de pies cúbicos de gas. Además, Barriga tuvo que precisar que ese gas no está pagado. Sin embargo, no se ha realizado ninguna declaración formal ni conjunta sobre el asunto ni se ha realizado ninguna reunión pública que aclare algunos términos de ese mismo contrato que ahora se incumple.
El rechazo de Brasil y la vigencia del contrato
Diferentes órganos políticos de Brasil, como la Agencia Nacional del Petróleo, han venido recomendando al nuevo gobierno de Jair Bolsonaro de prescindir del gas boliviano y buscar nuevas fuentes. El crecimiento de la producción en el Presal brasilero es la principal causa.
En cualquier caso y según las fuentes bolivianas, el contrato con Brasil sigue vigente porque queda gas por entregar. En ese contexto, no está claro si todas las cláusulas lo están, puesto que Brasil no cumple y Bolivia no sanciona.