Promesas pendientes: la eterna planta de tratamiento de San Luis
En quince años, la ciudad pasó de 50.000 habitantes a 200.000, pero a nadie se le ocurrió priorizar una planta de tratamiento de aguas residuales que pudiera procesar y conservar el río Guadalquivir, convertido en enorme quebrada producto de una planificación municipal más pensada para las...



En quince años, la ciudad pasó de 50.000 habitantes a 200.000, pero a nadie se le ocurrió priorizar una planta de tratamiento de aguas residuales que pudiera procesar y conservar el río Guadalquivir, convertido en enorme quebrada producto de una planificación municipal más pensada para las fotografías que para atender las necesidades básicas.
Conforme crecía la ciudad y se desarrollaba el país, la planta de tratamiento se hacía cada vez más costosa. El Gobierno Municipal se dio el lujo incluso de perder una donación europea de 12.000.000 de dólares en 2013 por la falta de acuerdo y la incapacidad de abordar lo que parecía una obra que iba a generar conflicto social, por aquello del estigma de las lagunas de oxidación.
El exalcalde, Óscar Montes, que fue alcalde de 2000 a 2015, asegura sin embargo que el problema él lo dejó semi resuelto para la administración del actual alcalde Rodrigo Paz, con un lugar identificado para llevar las aguas servidas por gravedad. Sobre la inacción durante la gestión, Montes señala que es una cuestión de competencias, y que en esa época correspondía a la Cooperativa de Agua y Alcantarillado (Cosaalt), a pesar de que en el resto del país los problemas similares se resolvían mediante la intervención estatal.
En la campaña del referéndum del 21 de febrero de 2016, el presidente Evo Morales llegó a Tarija y ofreció 50.000.000 de dólares para la construcción de la planta de tratamiento de San Luis, sin embargo, el proyecto apenas ha avanzado.
El debate inicial se centró sobre el alcance del proyecto, pues mínimamente se requerían dos plantas de considerable tamaño, una a cada lado del río. Posteriormente, hubo un debate sobre si licitar primero estudio y luego construcción o licitar un llave en mano, que permitía acortar plazos. Finalmente, la negociación acabó dividiendo objetivos. Gobernación y Alcaldía se lanzaron a ejecutar la planta de tratamiento de San Blas, en el margen derecho, que se licitó llave en mano y que ya está en la fase de construcción desde la pasada semana, mientras que el Gobierno optó por licitar primero el estudio para después estimar el costo de la construcción.
Incluso para el estudio se han buscado fuentes de financiación internacionales, por lo que se prevé que la construcción también se trate de colocar en esas carteras, que actualmente están copadas de proyectos, y también que se plantee una inversión concurrente con Gobernación y Alcaldía. En cualquier caso, los plazos están ya lejos de 2016.
Estudio
Después del tira y afloja, la Unidad Coordinadora del Programa de Agua y Alcantarillado Periurbano del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, lanzó el estudio técnico de preinversión -es decir, una fase todavía muy inicial del proyecto para el que Evo Morales había comprometido 50.000.000 de dólares en 2016 – en julio de 2018.
La beneficiaria fue la sucursal en Bolivia de la Consultora AETOS SRL por un monto de 4.300.000 de bolivianos. La entrega del estudio está prevista para noviembre de 2019, es decir, después de elecciones y mucho más allá de los plazos analizados. Posteriormente, se tendría que licitar el diseño final y la construcción. Una fase que no tardaría menos de tres años.
Una necesidad en ambos lados del río Guadalquivir
La falta de conciliación hizo que el proyecto se seccionara. La Gobernación y la Alcaldía ya tienen en construcción la planta de San Blas, que tratará las aguas servidas de la ribera derecha del río, mientras que en la izquierda, la más poblada, es donde se debe todavía discernir qué tipo de planta se va a construir en San Luis. Además se han creado otras plantas de menor tamaño en las comunidades, como San Andrés, para hacer el tratamiento de sus propias aguas servidas.
Conforme crecía la ciudad y se desarrollaba el país, la planta de tratamiento se hacía cada vez más costosa. El Gobierno Municipal se dio el lujo incluso de perder una donación europea de 12.000.000 de dólares en 2013 por la falta de acuerdo y la incapacidad de abordar lo que parecía una obra que iba a generar conflicto social, por aquello del estigma de las lagunas de oxidación.
El exalcalde, Óscar Montes, que fue alcalde de 2000 a 2015, asegura sin embargo que el problema él lo dejó semi resuelto para la administración del actual alcalde Rodrigo Paz, con un lugar identificado para llevar las aguas servidas por gravedad. Sobre la inacción durante la gestión, Montes señala que es una cuestión de competencias, y que en esa época correspondía a la Cooperativa de Agua y Alcantarillado (Cosaalt), a pesar de que en el resto del país los problemas similares se resolvían mediante la intervención estatal.
En la campaña del referéndum del 21 de febrero de 2016, el presidente Evo Morales llegó a Tarija y ofreció 50.000.000 de dólares para la construcción de la planta de tratamiento de San Luis, sin embargo, el proyecto apenas ha avanzado.
El debate inicial se centró sobre el alcance del proyecto, pues mínimamente se requerían dos plantas de considerable tamaño, una a cada lado del río. Posteriormente, hubo un debate sobre si licitar primero estudio y luego construcción o licitar un llave en mano, que permitía acortar plazos. Finalmente, la negociación acabó dividiendo objetivos. Gobernación y Alcaldía se lanzaron a ejecutar la planta de tratamiento de San Blas, en el margen derecho, que se licitó llave en mano y que ya está en la fase de construcción desde la pasada semana, mientras que el Gobierno optó por licitar primero el estudio para después estimar el costo de la construcción.
Incluso para el estudio se han buscado fuentes de financiación internacionales, por lo que se prevé que la construcción también se trate de colocar en esas carteras, que actualmente están copadas de proyectos, y también que se plantee una inversión concurrente con Gobernación y Alcaldía. En cualquier caso, los plazos están ya lejos de 2016.
Estudio
Después del tira y afloja, la Unidad Coordinadora del Programa de Agua y Alcantarillado Periurbano del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, lanzó el estudio técnico de preinversión -es decir, una fase todavía muy inicial del proyecto para el que Evo Morales había comprometido 50.000.000 de dólares en 2016 – en julio de 2018.
La beneficiaria fue la sucursal en Bolivia de la Consultora AETOS SRL por un monto de 4.300.000 de bolivianos. La entrega del estudio está prevista para noviembre de 2019, es decir, después de elecciones y mucho más allá de los plazos analizados. Posteriormente, se tendría que licitar el diseño final y la construcción. Una fase que no tardaría menos de tres años.
Una necesidad en ambos lados del río Guadalquivir
La falta de conciliación hizo que el proyecto se seccionara. La Gobernación y la Alcaldía ya tienen en construcción la planta de San Blas, que tratará las aguas servidas de la ribera derecha del río, mientras que en la izquierda, la más poblada, es donde se debe todavía discernir qué tipo de planta se va a construir en San Luis. Además se han creado otras plantas de menor tamaño en las comunidades, como San Andrés, para hacer el tratamiento de sus propias aguas servidas.