Molinos de piedra se forjan como museos del valle central de Tarija
Construidos en las primeras décadas del siglo XX los molinos de piedra con propulsión de agua de Bella Vista, San Andrés y Tolomosa, se constituyen en un patrimonio cultural de los valles de Tarija. En su labor de conservar, recuperar y revalorizar estos molinos de piedra, el Centro de...



Construidos en las primeras décadas del siglo XX los molinos de piedra con propulsión de agua de Bella Vista, San Andrés y Tolomosa, se constituyen en un patrimonio cultural de los valles de Tarija. En su labor de conservar, recuperar y revalorizar estos molinos de piedra, el Centro de Interpretación del Patrimonio Gastronómico Campesino de los valles tarijeños, desarrolla un programa en coordinación con los comunarios de la zona para proyectarlos como museos.
Carlos Vacaflores, investigador de la Comunidad de Estudios Jaina, da cuenta que los molinos de piedra constituyen no solo parte del patrimonio cultural, sino que han desempeñado un rol importante en la estructuración del espacio geográfico del valle tarijeño y de la organización del uso del agua para la producción agrícola.
El País (EP): El Centro de Interpretación del Patrimonio Gastronómico Campesino busca revalorizar los molinos de piedra del valle de Tarija…
Carlos Vacaflores (CV): El Centro de Interpretación del Patrimonio Gastronómico Campesino de los valles tarijeños está preparando para mayo una muestra que se realizará desde el lunes 13 hasta el sábado 18, aprovechando la celebración del Día Internacional del Museo. Estamos participando en la actividad que se llama Noche de Museos que están organizando por tercera versión en Tarija. Vamos a ser parte como el Centro de Interpretación.
En esta muestra de mayo estamos dando especial énfasis a la muestra que se ha empezado a armar ya desde dos anteriores versiones del museo sobre los molinos de piedra, como una infraestructura económica, arquitectónica y cultural muy significativa en los valles tarijeños.
Nuestra idea para esta semana es vincular la muestra museográfica que estará instalada en el Patio del Cabildo con un recorrido por los molinos de San Andrés, de Bella Vista y el molino de Tolomosa, comunidades del sur de la provincia Cercado.
En las sociedades agrarias antiguas del valle tarijeño los molinos de piedra han jugado un rol muy importante porque se han ubicado en lugares estratégicos, donde para empezar está ubicada el agua como energía para movilizar y hacia donde confluyen los caminos de todo el territorio productivo del valle central. Los molinos han jugado un rol importante en la estructuración del espacio geográfico de este valle.
EP: ¿Cuál es la situación actual de estos molinos y qué características tienen estos lugares?
CV: Actualmente estos molinos se mantienen, lo que no significa que no se usen. En algunos lugares aún se usan pero no con toda su capacidad, ya han perdido la importancia que tenían años antes. Además, ahora aparecieron otras técnicas para moler los granos más versátiles, más baratos y más rápido, pero no tienen la calidad ni la eficacia que tenían los molinos de piedra, ya que estos molinos llegan a producir una harina de muy buena calidad que mantiene las características órgano eléctricas de los granos. Los campesinos aprecian mucho esta harina porque no se vuelve amarga fácilmente, al contrario de la otra harina que por la forma en que se elabora se considera que no tiene muchas semanas de duración.
A raíz de esa circunstancia desde el Centro de Interpretación en coordinación con las comunidades campesinas donde existen estos molinos se está empezando a perfilar un programa de conservación, recuperación y revalorización de los molinos de piedra para que puedan servir como museos, sobre todo para que la gente de la ciudad pueda llegar y conocer la historia de la formación de los molinos, pero también los aspectos relacionados a la gastronomía tradicional de los valles tarijeños, la historia agraria, la historia precolombina o la interpretación del paisaje en función al agua.
En la comunidad de San Andrés ya se ha tenido una pequeña experiencia de adecuar un pequeño museo, junto a la sala de los molinos de piedra que han sido visitados por turistas y que han podido observar una práctica en directo de cómo funciona un molino de piedra y todas las características. Los vecinos han explicado a la gente en qué consiste esto y también se ha podido visitar esta sala del museo donde hay material explicativo.
Se están construyendo maquetas para explicar la mecánica de estos molinos y cómo funcionaban. Hay estudiantes del Instituto de San Andrés de la Carrera de Recursos Hídricos que están haciendo material para entender las características hidrológicas e hidráulicas de los molinos de piedra. Además son lugares donde se va a poder hacer una interpretación del paisaje y territorio en términos hidrológicos.
En Bella Vista por ejemplo, los comunarios tienen restos arqueológicos que por diferentes razones ellos han ido recolectando. El tema ahí es la cultura de la piedra y el agua. En Bella Vista se han encontrado restos arqueológicos de calendarios lunares de agua, algo que está muy poco explorado o estudiado en Tarija, pero están ahí.
Nosotros hemos tenido la oportunidad de visitar con algunos arqueólogos el lugar y se evidencia que estas piedras son precolombinas que pertenecían a los pueblos que vivían en estos valles, eran observatorios climatológicos ubicados en las confluencias de los ríos. Ahí justamente en el cruce del río Sola y Pinos, era donde se podía predecir de acuerdo a lo que el agua reflejaba en estas estructuras, el comportamiento climático.
Actualmente ahí mismo se tienen dos molinos de piedra, de manera que estamos vinculando que es gente que tiene una cultura de la piedra y el agua y en torno a eso se prevé armar un centro cultural de información y educación para los visitantes, donde podrán interpretar, apreciar y revalorizar lo que es la cultura hidráulica y la adaptación que tienen las culturas a su entorno natural. En este caso utilizando las piedras como el molino de piedra o las piedras en las culturas precolombinas, etc.
Después vamos a pasar al molino de Tolomosa un molino que está muy vinculado a la época de las haciendas, fueron construidos en la época de las haciendas con técnicas y procedimientos propios de la época y tuvieron su auge cuando eran manejados por los hacendados, que después de la reforma agraria ese molino trabajó un tiempo, pero no logró sobrevivir mucho en su esplendor.
Todo eso nos permite recuperar lo que los propios campesinos de la comunidad han ido reconstruyendo en su imaginario lo que es la historia agraria de formación de estos valles, cómo ha jugado un rol la estructuración de la propiedad agraria y la articulación de la producción agrícola, según estas estructuras, antes de la reforma agraria y posterior a la reforma agraria.
Un aspecto importante es que los molinos de piedra generalmente están ubicados al final de grandes canales de riego que previamente van cumpliendo la función de repartir el agua para el regadío de las parcelas agrícolas. Entonces ahí también hay una relación en la estructura agraria actual de la producción campesina, el molino de piedra generalmente es el último usuario de un canal de riego. Ahí también implica conocer la organización, cómo se negocia el uso del agua.
EP: ¿Qué rol desempañan los comunarios para preservar los molinos?
CV: Todos esos molinos son de propiedad comunitaria, es la organización comunal la que los administra. Tienen ellos por usos y costumbres sistemas para concesionar a gente que se encarga de hacerlos funcionar y entrega los recursos que genera a la organización comunal.
Si bien aún están funcionando, ya no tienen el movimiento que tenían antes, tienen problemas para su mantenimiento. Se espera que con esta iniciativa que se está haciendo desde el Centro de Interpretación, las instituciones públicas como la Alcaldía por ejemplo a través de las dependencias correspondientes o podría ser el Ministerio de Culturas, puedan destinar fondos para apoyar en su mantenimiento porque estos molinos son parte importante del patrimonio histórico, cultural y geográfico muy importante.
Con los molinos nosotros podemos entender cómo nos hemos conformado geográficamente, son referencias muy importantes, por eso consideramos que tiene que haber una política pública capaz de visualizar esa importancia y dar recursos para poderlos mantener.
EP: ¿El Centro de Interpretación del Patrimonio ha considerado ampliar la investigación de los molinos de piedra en otras zonas del departamento?
CV: La idea del programa de revalorización de los molinos tiene como perspectiva trabajar en todo el valle tarijeño y circundantes, porque los molinos juegan un rol estructurante, por lo tanto hacer un censo de los molinos en el territorio nos puede dar una idea de cómo se han ido articulando los núcleos de estructuración territorial, en función al agua y la producción. La población ha ido organizando el territorio que actualmente está funcionalizado a partir de la ubicación de los molinos, por eso es muy importante poderlos ubicar.
Algunos están funcionando y hay otros que se han construido recién, por ejemplo en Monte Monte en la provincia Avilés, una comunidad que está ubicada en la serranía que divide el valle central yendo hacia Tariquía, allí hay mucha agua y es un molino de piedra que se ha construido hace un par de años. Así como ese hay varios molinos, algunos de propiedad particular que están funcionando en las comunidades.
EP: ¿Cómo se prevé organizar la visita a los molinos?
CV: La muestra central va estar instalada durante toda la semana en el Patio del Cabildo. La visita a los museos está programada para el 18 de mayo, como es fin de semana se va disponer de buses que la Alcaldía está gestionando. Así desde el Patio del Cabildo la gente que quiera ir a conocer podrá anotarse y se organizarán estas visitas.
Sin embargo, estos molinos van a estar abiertos durante todo el día del sábado para la gente que quiera ir con su propio vehículo. El sábado el ingreso es gratuito en lo posterior estamos estudiando la posibilidad de cobrar una entrada mínima, accesible a cualquier bolsillo, pero necesaria para poder ayudar en el mantenimiento de estas infraestructuras.
Por ejemplo hemos tenido una experiencia que por turistas se ha pagado una entrada de cinco bolivianos que se usará para la refacción de las ventanas que se están malogrando. Consideramos que es una entrada accesible, luego se verá cómo se incentivará la visita de jóvenes y estudiantes, en esos casos el ingreso será siempre libre.
EP: Se organiza una muestra itinerante del Centro de Interpretación del Patrimonio Gastronómico Campesino…
CV: Las muestras que están estructuradas para esta semana son de la chirriada, la diversidad de los tamales en los valles tarijeños, la diversidad de las canastas y se está implementando ahora la muestra de la chicha del maíz, una bebida tradicional que se elabora en el campo tarijeño.
Las muestras se basan en una investigación que se ha hecho en el marco de un trabajo de grado de un instituto gastronómico y que junto a la investigación de grado de un estudiante de la Carrera de Arquitectura sobre los molinos de piedra; son las dos tesis que están ayudando a estructurar estas muestras.
Por otro lado, estamos en contacto con investigadores de otros lugares para ver de implementar muestras que nos permitan apreciar las culturas alimentarias gastronómicas tradicionales de pueblos de diferentes partes del mundo.
Posiblemente tengamos una muestra del arroz silvestre y de los pueblos indígenas de Canadá, también se está pensando una muestra del cacao de Centroamérica, el uso del maguey en los pueblos de Guajaca. Esto a raíz de contactos que tomamos con gente de otros centros que están trabajando.
También hay un sector dedicado a la agrobiodiversidad local de los valles tarijeños donde iniciamos recabando información sobre productos silvestres alimentarios propias de estos valles, por ejemplo el Yacón.
“Los molinos de piedra generalmente están ubicados al final de grandes canales de riego que previamente van cumpliendo la función de repartir el agua para el regadío de las parcelas agrícolas”
“En Bella Vista se han encontrado restos arqueológicos de calendarios lunares de agua, algo que está muy poco explorado o estudiado en Tarija, pero están ahí”.
Historia de los molinos Con propulsión de agua
Celedonio Meriles Mamani, comunario de Tolomosa Grande, recoge la historia de los primeros molinos de piedra con propulsión de agua que se edificaron en el valle de Tarija.
Su investigación da cuenta que fueron construidos con piedra fina, tecnología que trajeron los españoles. “A mediados del siglo XVI se tiene la construcción de varios molinos, tomando en cuenta los ríos como el Guadalquivir, Tolomosa, Alisos y el Camacho. Estos ríos fueron aprovechados por los terratenientes, que sometieron a los ex–colonos para estos trabajos (…)”, detalla Meriles.
Afirma que entre los primeros molinos que fueron instalados en el valle de Tarija están los de la Villa San Bernardo, Loma de San Juan, San Luis, Obrajes, río Sola-Tolomosa Molino de Sola-.
“El primero de los molinos de Tolomosa está en escombros, éste era del siglo XVI; porque eran dos paradas, conocimos varias piezas en hogares como el batán piedra de moler a mano. Según cálculos se gastaron como 4 paradas de piedras. Llegando al siglo XVIII se comenzó a decidir que estos molinos se bajen a la parte más transitable, es decir a La Pampa de la Villa o campo de Tolomosa. Esta construcción fue muy ambiciosa, porque trazaron los cimientos para 4 molinos que por el escaso número de arrenderos que servían al patrón, su construcción duró aproximadamente unos 10 años, siendo terminados en 1834 según los números que están grabados en el dintel del molino”, detalla.
Meriles también refiere que todo el tráfico en torno a los molinos de piedra en los valles de Tarija se realizaba con animales. “En tiempo de crecida de los ríos, durante las lluvias, el tráfico era por la cuesta de Lora, pasando por el molino de Sola y también por el otro molino de Bella Vista, cuando la corrientada no estaba fuerte, se tomaba el camino llamado del medio para salir al Gallinazo. En tiempo seco más caminaban por la cuesta del Inca –Pinos Sud y tomaban la Quebrada de Tolomosa que unía al rio Tolomosa, donde estaba el Molino de mucha fama, porque se dice que molía 30 cargas por una noche. El grano llegaba en tropas de burros y llamas desde Sub Lipes, 30 a 50 llamas y burros desde San Agustín, Junacas, Yesera, Santa Ana, venían de todos estos lugares como del Valle de Concepción, sin contar de las otras comarcas”, describe.
Se observa que en estos tiempos la base de la alimentación se concentraba en el maíz, tanto en grano como en harina. También se entiende que, para todo evento de fiesta, la bebida era la chicha, no había otra bebida. El Singani Cañazo lo traían de Pampa Grande, provincia Méndez.
Este movimiento de los molinos tuvo dos etapas, la primera en el siglo XVI y XVII y los demás en el siglo XVIII hasta después de la Guerra del Chaco con Paraguay. El funcionamiento cesó con la caída política de los patrones.
De esta manera, la gente adoptó otro estilo de alimentación dejando estos alimentos originarios y cambiándolos por otras harinas refinadas. Apareció la harina refinada de trigo, el fideo, el arroz refinado, otros productos industriales y ya nadie quiere comer una tortilla de maíz, ni tortilla de lacayote.
Los bollos con corazón de harina de trigo, el api leche, el pirí, la lagua pecada, que se cocinaba. No se tenían ningún pretexto de no moler en batan y cocinar esta comida de lagua pecada.
Las piedras del siglo XVI y XVII que se utilizaron para su construcción eran muy deformes porque los picapedreros no tenían una herramienta apropiada para dar forma correcta o perfecta a éstas.
Las piedras tenían un diámetro 1,20 – 1,30 y eran casi planas y muy delgadas no tenían ni 20 centímetros de altura, sus rodeznos no llevaban tornillo ni clavos, todo era con madera cruzada de algarrobo, la mejor madera que resiste por varios años el agua. Entre 1940 a 1950 apareció un técnico en construcción de molinos.
Nombre
Carlos Vacaflores
Profesión
Ingeniero Agrónomo y Geógrafo
Ocupación
Coordinador del Centro de Interpretación del Patrimonio Gastronómico Campesino de los valles tarijeños.
Miembro del equipo de investigación de la Comunidad de Estudios Jaina.
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Carlos Vacaflores, investigador de la Comunidad de Estudios Jaina, da cuenta que los molinos de piedra constituyen no solo parte del patrimonio cultural, sino que han desempeñado un rol importante en la estructuración del espacio geográfico del valle tarijeño y de la organización del uso del agua para la producción agrícola.
El País (EP): El Centro de Interpretación del Patrimonio Gastronómico Campesino busca revalorizar los molinos de piedra del valle de Tarija…
Carlos Vacaflores (CV): El Centro de Interpretación del Patrimonio Gastronómico Campesino de los valles tarijeños está preparando para mayo una muestra que se realizará desde el lunes 13 hasta el sábado 18, aprovechando la celebración del Día Internacional del Museo. Estamos participando en la actividad que se llama Noche de Museos que están organizando por tercera versión en Tarija. Vamos a ser parte como el Centro de Interpretación.
En esta muestra de mayo estamos dando especial énfasis a la muestra que se ha empezado a armar ya desde dos anteriores versiones del museo sobre los molinos de piedra, como una infraestructura económica, arquitectónica y cultural muy significativa en los valles tarijeños.
Nuestra idea para esta semana es vincular la muestra museográfica que estará instalada en el Patio del Cabildo con un recorrido por los molinos de San Andrés, de Bella Vista y el molino de Tolomosa, comunidades del sur de la provincia Cercado.
En las sociedades agrarias antiguas del valle tarijeño los molinos de piedra han jugado un rol muy importante porque se han ubicado en lugares estratégicos, donde para empezar está ubicada el agua como energía para movilizar y hacia donde confluyen los caminos de todo el territorio productivo del valle central. Los molinos han jugado un rol importante en la estructuración del espacio geográfico de este valle.
EP: ¿Cuál es la situación actual de estos molinos y qué características tienen estos lugares?
CV: Actualmente estos molinos se mantienen, lo que no significa que no se usen. En algunos lugares aún se usan pero no con toda su capacidad, ya han perdido la importancia que tenían años antes. Además, ahora aparecieron otras técnicas para moler los granos más versátiles, más baratos y más rápido, pero no tienen la calidad ni la eficacia que tenían los molinos de piedra, ya que estos molinos llegan a producir una harina de muy buena calidad que mantiene las características órgano eléctricas de los granos. Los campesinos aprecian mucho esta harina porque no se vuelve amarga fácilmente, al contrario de la otra harina que por la forma en que se elabora se considera que no tiene muchas semanas de duración.
A raíz de esa circunstancia desde el Centro de Interpretación en coordinación con las comunidades campesinas donde existen estos molinos se está empezando a perfilar un programa de conservación, recuperación y revalorización de los molinos de piedra para que puedan servir como museos, sobre todo para que la gente de la ciudad pueda llegar y conocer la historia de la formación de los molinos, pero también los aspectos relacionados a la gastronomía tradicional de los valles tarijeños, la historia agraria, la historia precolombina o la interpretación del paisaje en función al agua.
En la comunidad de San Andrés ya se ha tenido una pequeña experiencia de adecuar un pequeño museo, junto a la sala de los molinos de piedra que han sido visitados por turistas y que han podido observar una práctica en directo de cómo funciona un molino de piedra y todas las características. Los vecinos han explicado a la gente en qué consiste esto y también se ha podido visitar esta sala del museo donde hay material explicativo.
Se están construyendo maquetas para explicar la mecánica de estos molinos y cómo funcionaban. Hay estudiantes del Instituto de San Andrés de la Carrera de Recursos Hídricos que están haciendo material para entender las características hidrológicas e hidráulicas de los molinos de piedra. Además son lugares donde se va a poder hacer una interpretación del paisaje y territorio en términos hidrológicos.
En Bella Vista por ejemplo, los comunarios tienen restos arqueológicos que por diferentes razones ellos han ido recolectando. El tema ahí es la cultura de la piedra y el agua. En Bella Vista se han encontrado restos arqueológicos de calendarios lunares de agua, algo que está muy poco explorado o estudiado en Tarija, pero están ahí.
Nosotros hemos tenido la oportunidad de visitar con algunos arqueólogos el lugar y se evidencia que estas piedras son precolombinas que pertenecían a los pueblos que vivían en estos valles, eran observatorios climatológicos ubicados en las confluencias de los ríos. Ahí justamente en el cruce del río Sola y Pinos, era donde se podía predecir de acuerdo a lo que el agua reflejaba en estas estructuras, el comportamiento climático.
Actualmente ahí mismo se tienen dos molinos de piedra, de manera que estamos vinculando que es gente que tiene una cultura de la piedra y el agua y en torno a eso se prevé armar un centro cultural de información y educación para los visitantes, donde podrán interpretar, apreciar y revalorizar lo que es la cultura hidráulica y la adaptación que tienen las culturas a su entorno natural. En este caso utilizando las piedras como el molino de piedra o las piedras en las culturas precolombinas, etc.
Después vamos a pasar al molino de Tolomosa un molino que está muy vinculado a la época de las haciendas, fueron construidos en la época de las haciendas con técnicas y procedimientos propios de la época y tuvieron su auge cuando eran manejados por los hacendados, que después de la reforma agraria ese molino trabajó un tiempo, pero no logró sobrevivir mucho en su esplendor.
Todo eso nos permite recuperar lo que los propios campesinos de la comunidad han ido reconstruyendo en su imaginario lo que es la historia agraria de formación de estos valles, cómo ha jugado un rol la estructuración de la propiedad agraria y la articulación de la producción agrícola, según estas estructuras, antes de la reforma agraria y posterior a la reforma agraria.
Un aspecto importante es que los molinos de piedra generalmente están ubicados al final de grandes canales de riego que previamente van cumpliendo la función de repartir el agua para el regadío de las parcelas agrícolas. Entonces ahí también hay una relación en la estructura agraria actual de la producción campesina, el molino de piedra generalmente es el último usuario de un canal de riego. Ahí también implica conocer la organización, cómo se negocia el uso del agua.
EP: ¿Qué rol desempañan los comunarios para preservar los molinos?
CV: Todos esos molinos son de propiedad comunitaria, es la organización comunal la que los administra. Tienen ellos por usos y costumbres sistemas para concesionar a gente que se encarga de hacerlos funcionar y entrega los recursos que genera a la organización comunal.
Si bien aún están funcionando, ya no tienen el movimiento que tenían antes, tienen problemas para su mantenimiento. Se espera que con esta iniciativa que se está haciendo desde el Centro de Interpretación, las instituciones públicas como la Alcaldía por ejemplo a través de las dependencias correspondientes o podría ser el Ministerio de Culturas, puedan destinar fondos para apoyar en su mantenimiento porque estos molinos son parte importante del patrimonio histórico, cultural y geográfico muy importante.
Con los molinos nosotros podemos entender cómo nos hemos conformado geográficamente, son referencias muy importantes, por eso consideramos que tiene que haber una política pública capaz de visualizar esa importancia y dar recursos para poderlos mantener.
EP: ¿El Centro de Interpretación del Patrimonio ha considerado ampliar la investigación de los molinos de piedra en otras zonas del departamento?
CV: La idea del programa de revalorización de los molinos tiene como perspectiva trabajar en todo el valle tarijeño y circundantes, porque los molinos juegan un rol estructurante, por lo tanto hacer un censo de los molinos en el territorio nos puede dar una idea de cómo se han ido articulando los núcleos de estructuración territorial, en función al agua y la producción. La población ha ido organizando el territorio que actualmente está funcionalizado a partir de la ubicación de los molinos, por eso es muy importante poderlos ubicar.
Algunos están funcionando y hay otros que se han construido recién, por ejemplo en Monte Monte en la provincia Avilés, una comunidad que está ubicada en la serranía que divide el valle central yendo hacia Tariquía, allí hay mucha agua y es un molino de piedra que se ha construido hace un par de años. Así como ese hay varios molinos, algunos de propiedad particular que están funcionando en las comunidades.
EP: ¿Cómo se prevé organizar la visita a los molinos?
CV: La muestra central va estar instalada durante toda la semana en el Patio del Cabildo. La visita a los museos está programada para el 18 de mayo, como es fin de semana se va disponer de buses que la Alcaldía está gestionando. Así desde el Patio del Cabildo la gente que quiera ir a conocer podrá anotarse y se organizarán estas visitas.
Sin embargo, estos molinos van a estar abiertos durante todo el día del sábado para la gente que quiera ir con su propio vehículo. El sábado el ingreso es gratuito en lo posterior estamos estudiando la posibilidad de cobrar una entrada mínima, accesible a cualquier bolsillo, pero necesaria para poder ayudar en el mantenimiento de estas infraestructuras.
Por ejemplo hemos tenido una experiencia que por turistas se ha pagado una entrada de cinco bolivianos que se usará para la refacción de las ventanas que se están malogrando. Consideramos que es una entrada accesible, luego se verá cómo se incentivará la visita de jóvenes y estudiantes, en esos casos el ingreso será siempre libre.
EP: Se organiza una muestra itinerante del Centro de Interpretación del Patrimonio Gastronómico Campesino…
CV: Las muestras que están estructuradas para esta semana son de la chirriada, la diversidad de los tamales en los valles tarijeños, la diversidad de las canastas y se está implementando ahora la muestra de la chicha del maíz, una bebida tradicional que se elabora en el campo tarijeño.
Las muestras se basan en una investigación que se ha hecho en el marco de un trabajo de grado de un instituto gastronómico y que junto a la investigación de grado de un estudiante de la Carrera de Arquitectura sobre los molinos de piedra; son las dos tesis que están ayudando a estructurar estas muestras.
Por otro lado, estamos en contacto con investigadores de otros lugares para ver de implementar muestras que nos permitan apreciar las culturas alimentarias gastronómicas tradicionales de pueblos de diferentes partes del mundo.
Posiblemente tengamos una muestra del arroz silvestre y de los pueblos indígenas de Canadá, también se está pensando una muestra del cacao de Centroamérica, el uso del maguey en los pueblos de Guajaca. Esto a raíz de contactos que tomamos con gente de otros centros que están trabajando.
También hay un sector dedicado a la agrobiodiversidad local de los valles tarijeños donde iniciamos recabando información sobre productos silvestres alimentarios propias de estos valles, por ejemplo el Yacón.
“Los molinos de piedra generalmente están ubicados al final de grandes canales de riego que previamente van cumpliendo la función de repartir el agua para el regadío de las parcelas agrícolas”
“En Bella Vista se han encontrado restos arqueológicos de calendarios lunares de agua, algo que está muy poco explorado o estudiado en Tarija, pero están ahí”.
Historia de los molinos Con propulsión de agua
Celedonio Meriles Mamani, comunario de Tolomosa Grande, recoge la historia de los primeros molinos de piedra con propulsión de agua que se edificaron en el valle de Tarija.
Su investigación da cuenta que fueron construidos con piedra fina, tecnología que trajeron los españoles. “A mediados del siglo XVI se tiene la construcción de varios molinos, tomando en cuenta los ríos como el Guadalquivir, Tolomosa, Alisos y el Camacho. Estos ríos fueron aprovechados por los terratenientes, que sometieron a los ex–colonos para estos trabajos (…)”, detalla Meriles.
Afirma que entre los primeros molinos que fueron instalados en el valle de Tarija están los de la Villa San Bernardo, Loma de San Juan, San Luis, Obrajes, río Sola-Tolomosa Molino de Sola-.
“El primero de los molinos de Tolomosa está en escombros, éste era del siglo XVI; porque eran dos paradas, conocimos varias piezas en hogares como el batán piedra de moler a mano. Según cálculos se gastaron como 4 paradas de piedras. Llegando al siglo XVIII se comenzó a decidir que estos molinos se bajen a la parte más transitable, es decir a La Pampa de la Villa o campo de Tolomosa. Esta construcción fue muy ambiciosa, porque trazaron los cimientos para 4 molinos que por el escaso número de arrenderos que servían al patrón, su construcción duró aproximadamente unos 10 años, siendo terminados en 1834 según los números que están grabados en el dintel del molino”, detalla.
Meriles también refiere que todo el tráfico en torno a los molinos de piedra en los valles de Tarija se realizaba con animales. “En tiempo de crecida de los ríos, durante las lluvias, el tráfico era por la cuesta de Lora, pasando por el molino de Sola y también por el otro molino de Bella Vista, cuando la corrientada no estaba fuerte, se tomaba el camino llamado del medio para salir al Gallinazo. En tiempo seco más caminaban por la cuesta del Inca –Pinos Sud y tomaban la Quebrada de Tolomosa que unía al rio Tolomosa, donde estaba el Molino de mucha fama, porque se dice que molía 30 cargas por una noche. El grano llegaba en tropas de burros y llamas desde Sub Lipes, 30 a 50 llamas y burros desde San Agustín, Junacas, Yesera, Santa Ana, venían de todos estos lugares como del Valle de Concepción, sin contar de las otras comarcas”, describe.
Se observa que en estos tiempos la base de la alimentación se concentraba en el maíz, tanto en grano como en harina. También se entiende que, para todo evento de fiesta, la bebida era la chicha, no había otra bebida. El Singani Cañazo lo traían de Pampa Grande, provincia Méndez.
Este movimiento de los molinos tuvo dos etapas, la primera en el siglo XVI y XVII y los demás en el siglo XVIII hasta después de la Guerra del Chaco con Paraguay. El funcionamiento cesó con la caída política de los patrones.
De esta manera, la gente adoptó otro estilo de alimentación dejando estos alimentos originarios y cambiándolos por otras harinas refinadas. Apareció la harina refinada de trigo, el fideo, el arroz refinado, otros productos industriales y ya nadie quiere comer una tortilla de maíz, ni tortilla de lacayote.
Los bollos con corazón de harina de trigo, el api leche, el pirí, la lagua pecada, que se cocinaba. No se tenían ningún pretexto de no moler en batan y cocinar esta comida de lagua pecada.
Las piedras del siglo XVI y XVII que se utilizaron para su construcción eran muy deformes porque los picapedreros no tenían una herramienta apropiada para dar forma correcta o perfecta a éstas.
Las piedras tenían un diámetro 1,20 – 1,30 y eran casi planas y muy delgadas no tenían ni 20 centímetros de altura, sus rodeznos no llevaban tornillo ni clavos, todo era con madera cruzada de algarrobo, la mejor madera que resiste por varios años el agua. Entre 1940 a 1950 apareció un técnico en construcción de molinos.
Nombre
Carlos Vacaflores
Profesión
Ingeniero Agrónomo y Geógrafo
Ocupación
Coordinador del Centro de Interpretación del Patrimonio Gastronómico Campesino de los valles tarijeños.
Miembro del equipo de investigación de la Comunidad de Estudios Jaina.
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