Hay 4.500 órdenes de desalojo de nichos y tumbas en el Cementerio
La administración del Cementerio General de Tarija emitió 4.500 notificaciones de desalojo de nichos y tumbas. El caso es que los familiares de los difuntos adeudan más de cinco años por alquiler de esos espacios. Este proceso se inició desde el año 2014. La finalidad es liberar espacios...



La administración del Cementerio General de Tarija emitió 4.500 notificaciones de desalojo de nichos y tumbas. El caso es que los familiares de los difuntos adeudan más de cinco años por alquiler de esos espacios.
Este proceso se inició desde el año 2014. La finalidad es liberar espacios en el camposanto para cubrir la demanda existente. De enero a la fecha se desalojaron 35 tumbas y nichos, el año pasado se hizo 132 y el 2016 más de 82.
A la fecha, son más de 1.500 nichos (los que están construidos en la pared) que fueron notificados, por ello se paga al año 200 bolivianos. En tumbas hay más de 3.000 notificación de desalojo, ahí se paga 160 bolivianos por año. De ese total, la tendencia anual es que un diez por ciento no cancela.
El administrador del Cementerio General, Ariel Zamora, sostuvo que las notificaciones se hacen en la época de Todos Santos, porque es la fecha en que los familiares visitan el camposanto, tanto desde distintos puntos de la ciudad como del interior del país. Pero también lo hacen en enero y febrero.
El procedimiento es notificar una vez cumplido los primeros cinco años que son pagados por adelantado y cuando pasó otro periodo similar de deuda acumulada. Luego de ello, se espera tres meses para que los familiares cancelen, al cuarto mes se procede con el desalojo.
“El desalojo consiste en abrir los nichos y sacar los huesos en una bolsita. Ponemos la fecha en que se realizó esa acción en un acta. Los panteoneros hacen ese trabajo -comentó el funcionario- eso es guardado en el depósito por cuatro meses más, para que la gente venga a reclamar. Si eso no sucede, aproximadamente al año de haberlo sacado se los lleva a la tierra sacra, que es una tumba gigante donde nunca le faltan los rezadores y flores. Mucha gente dice que ahí están las almas olvidadas, pero no es así, porque concurre mucha gente”.
Zamora comentó que la mayoría de la gente va al cementerio, lee la notificación y se va, en algunos casos lo arrancan el aviso. El funcionario dice que su objetivo no es precisamente desalojar, sino hacerles recuerdo a los familiares que tienen que pagar por el nicho o la tumba que ocupan los difuntos.
El presidente de la Federación Departamental de la Junta de Vecinos (Fedjuve), Edwin Rosas, sostuvo que hay gente que hace el entierro a los fallecidos y luego se olvidan de ir a pagar, por los que es prudente primero hacer una notificación, antes de proceder con el desalojo de los restos óseos.
Crematorio
Al margen de ello, el dirigente recordó que se tiene un crematorio desde finales del año pasado pero aún no entró en funcionamiento. Darle uso a ese horno también significaría menos gasto para la población, porque ya también no tendrán que pagar el alquiler de nichos o tumbas.
Rosas conoce que la demora del funcionamiento está en el trámite de la licencia ambiental. En ese sentido, pidió al ejecutivo municipal trabajar en ello y habilitar el crematorio lo más pronto posible.
Este medio de comunicación se contactó con el secretario de Desarrollo Humano, Germán Hoyos, para consultarle sobre el tema, a lo que el funcionario indicó que iba volver a llamar para brindar información. Sin embargo, hasta el cierre de edición, eso no ocurrió.
Funcionamiento del crematorio depende de una reglamentación
El administrador del Cementerio General, Ariel Zamora, manifestó que para el funcionamiento del crematorio el ejecutivo municipal tenía que terminar la reglamentación, documento donde se iba a establecer los precios por el servicio.
Hasta donde tomó conocimiento, los costos referenciales oscilaban entre los 1.400 a 1.800 bolivianos de cuerpo fresco. Eso significa un ahorro para la gente, porque ya no va gastar en el ataúd, solo tendrá que comprar un urna para las cenizas, que cuesta entre 300 a 600 bolivianos.
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Este proceso se inició desde el año 2014. La finalidad es liberar espacios en el camposanto para cubrir la demanda existente. De enero a la fecha se desalojaron 35 tumbas y nichos, el año pasado se hizo 132 y el 2016 más de 82.
A la fecha, son más de 1.500 nichos (los que están construidos en la pared) que fueron notificados, por ello se paga al año 200 bolivianos. En tumbas hay más de 3.000 notificación de desalojo, ahí se paga 160 bolivianos por año. De ese total, la tendencia anual es que un diez por ciento no cancela.
El administrador del Cementerio General, Ariel Zamora, sostuvo que las notificaciones se hacen en la época de Todos Santos, porque es la fecha en que los familiares visitan el camposanto, tanto desde distintos puntos de la ciudad como del interior del país. Pero también lo hacen en enero y febrero.
El procedimiento es notificar una vez cumplido los primeros cinco años que son pagados por adelantado y cuando pasó otro periodo similar de deuda acumulada. Luego de ello, se espera tres meses para que los familiares cancelen, al cuarto mes se procede con el desalojo.
“El desalojo consiste en abrir los nichos y sacar los huesos en una bolsita. Ponemos la fecha en que se realizó esa acción en un acta. Los panteoneros hacen ese trabajo -comentó el funcionario- eso es guardado en el depósito por cuatro meses más, para que la gente venga a reclamar. Si eso no sucede, aproximadamente al año de haberlo sacado se los lleva a la tierra sacra, que es una tumba gigante donde nunca le faltan los rezadores y flores. Mucha gente dice que ahí están las almas olvidadas, pero no es así, porque concurre mucha gente”.
Zamora comentó que la mayoría de la gente va al cementerio, lee la notificación y se va, en algunos casos lo arrancan el aviso. El funcionario dice que su objetivo no es precisamente desalojar, sino hacerles recuerdo a los familiares que tienen que pagar por el nicho o la tumba que ocupan los difuntos.
El presidente de la Federación Departamental de la Junta de Vecinos (Fedjuve), Edwin Rosas, sostuvo que hay gente que hace el entierro a los fallecidos y luego se olvidan de ir a pagar, por los que es prudente primero hacer una notificación, antes de proceder con el desalojo de los restos óseos.
Crematorio
Al margen de ello, el dirigente recordó que se tiene un crematorio desde finales del año pasado pero aún no entró en funcionamiento. Darle uso a ese horno también significaría menos gasto para la población, porque ya también no tendrán que pagar el alquiler de nichos o tumbas.
Rosas conoce que la demora del funcionamiento está en el trámite de la licencia ambiental. En ese sentido, pidió al ejecutivo municipal trabajar en ello y habilitar el crematorio lo más pronto posible.
Este medio de comunicación se contactó con el secretario de Desarrollo Humano, Germán Hoyos, para consultarle sobre el tema, a lo que el funcionario indicó que iba volver a llamar para brindar información. Sin embargo, hasta el cierre de edición, eso no ocurrió.
Funcionamiento del crematorio depende de una reglamentación
El administrador del Cementerio General, Ariel Zamora, manifestó que para el funcionamiento del crematorio el ejecutivo municipal tenía que terminar la reglamentación, documento donde se iba a establecer los precios por el servicio.
Hasta donde tomó conocimiento, los costos referenciales oscilaban entre los 1.400 a 1.800 bolivianos de cuerpo fresco. Eso significa un ahorro para la gente, porque ya no va gastar en el ataúd, solo tendrá que comprar un urna para las cenizas, que cuesta entre 300 a 600 bolivianos.
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