Vuelven las sospechas sobre la vía que nunca fue inaugurada
En el extenso archivo fotográfico de 27 años de este diario falta una imagen: la de la inauguración de la vía Tarija – Potosí. Tampoco existe en ningún otro archivo. La vía tal vez más fundamental en la integración departamental con el resto del país nunca fue inaugurada oficialmente,...



En el extenso archivo fotográfico de 27 años de este diario falta una imagen: la de la inauguración de la vía Tarija – Potosí. Tampoco existe en ningún otro archivo. La vía tal vez más fundamental en la integración departamental con el resto del país nunca fue inaugurada oficialmente, no recibió su ofrenda, no rompieron los cántaros, no hubo baile ni collar de flores.
Si hay otra serie de imágenes que cuentan la historia de una vía que se convirtió en particular camino al Calvario. Muchas reuniones. Muchas explicaciones. Hay incluso una imagen en la que el Comité Cívico condecora con honores a la empresa OAS por su teórica conclusión y que causó mucha indignación a todos los que de alguna forma padecieron los muchos años de demora, incluidos los familiares de las muchas víctimas de la cuesta de Sama.
La vía Tarija – Potosí, por su controvertida historia, ha vuelto estos días a la primera plana nacional por la vinculación directa de la empresa ejecutora, OAS, con la caída del ex presidente brasilero Luiz Inazio Lula da Silva y su ligazón con el entramado corrupto del gigante brasilero de la construcción, Odebrecht, que ha dejado un reguero de cadáveres políticos por todo el continente, desde Lula en Brasil hasta Kuczynski en Perú, pasando por el vicepresidente de Ecuador Jorge Glass y el hombre fuerte del kirchnerismo en la argentina Julio de Vido.
En Bolivia las sospechas se han intensificado desde que aparecieran anotaciones relacionadas a la vía Roboré – El Carmen, en Santa Cruz, en el sumario de investigación del caso en Perú. De acuerdo a lo conocido, las anotaciones hacen referencia a la etapa de las presidencias de Carlos Mesa y Rodríguez Veltzé, lo que ha servido para que la Asamblea Plurinacional de mayoría oficialista abra una Comisión de Investigación sobre esta etapa.
Por su parte, la oposición ha pedido sin éxito y ha anunciado la conformación de una comisión paralela que investigue las operaciones de empresas brasileras en Bolivia durante las gestiones del Gobierno actual. Entre esos contratos se encuentra el de la también brasilera Queiroz Galvao, que heredó sin licitación la construcción a la empresa OAS. Cabe recordar que la Queiroz ya construyó la vía Tarija – Bermejo en la que también estuvo inmerso en diferentes problemas y escándalos.
La tortuosa historia
El 23 de noviembre de 2003, durante el Gobierno de Carlos Mesa y tras intensas movilizaciones en Tarija, se contrató a la empresa Queiroz Galvao mediante decreto supremo para construir la carretera de 415 kilómetros. El precio inicial fue de 180 millones de dólares. El 2004 se inició la ejecución, pero presuntas irregularidades en la obra salieron a la luz por fisuras en la plataforma, lo que dio lugar a su paralización el 2007 cuando ya gobernaba Evo Morales. Tras polémicas decisiones, mediante una cesión sin licitación, el 2009 la empresa OAS reemplazó a Queiroz y firmó contrato con ABC por 226 millones de dólares, y acordó concluir el proyecto en 29 meses, plazo que venció en noviembre de 2011. La constructora brasileña pidió siete meses más de ampliación, pero nuevamente el 26 de junio de 2012, feneció el plazo sin que se complete la obra.
La carretera fue entregada como concluida en julio de 2013 en un acto realizado en el Comité Cívico de Tarija, pero no se procedió a su recepción definitiva, pese a que la ABC participó del evento. Previamente, la ABC le restó responsabilidades a OAS, la más importante de ellas fue la reposición de parte del pavimento rígido que presentaba rajaduras y hundimiento en la plataforma ejecutada antes por la Queiroz Galvao. La OAS transfirió a la ABC 10 millones de dólares para la reposición de las losetas desde Cineguillas hasta El Puente, trabajo que se adjudicó a terceras empresas.
Peralta: Suba de $us 100 MM es suficiente para dudar
El secretario de Coordinación de la Gobernación de Tarija, Waldemar Peralta, puso a disposición de la comisión de investigación toda la documentación en poder de la Gobernación de Tarija sobre la construcción de la vía Tarija – Potosí, que fue ejecutada por la empresa brasilera OAS, luego de heredarla sin licitación de manos de la también brasilera Queiroz Galvao.
Peralta pidió una investigación completa e indicó que “el incremento de 100 millones de dólares a pesar de bajar la calidad del pavimento, de rígido a flexible, son suficientes motivos para dudar de la OAS y llegar en la investigación hasta el final”.
Peralta además indicó estar documentando todos los pagos que la Gobernación de Tarija realizó sobre la vía como contraparte y que solo en 2012 podrían haber superado los 38 millones de bolivianos.
El ex presidente del Servicio Nacional de Caminos José María Bakovic, fallecido en 2013, habló con el diario El Nacional de Tarija sobre estos asuntos advirtiendo favoritismos con la empresa OAS. “Cada vez que me han detenido en prisión se estaba cubriendo un gran negociado: en marzo del 2006 se adjudicaba directamente Potosí – Uyuni, con un sobreprecio de 46 millones de dólares, y en agosto del 2007 se rescindía precipitadamente el contrato Potosí – Tarija. Buscaban traspasar esa obra a OAS. Se dice que esta empresa financió la campaña del MAS el año 2005 y que, en pago, se le prometió todas las obras carreteras del país. Ese arreglo le hubiera costado al país al menos 100 millones de dólares adicionales. Espero que la adjudicación de Villa Tunari-San Ignacio no signifique una nueva detención para mi persona, para crear una cortina de humo que tape este negociado”.
Si hay otra serie de imágenes que cuentan la historia de una vía que se convirtió en particular camino al Calvario. Muchas reuniones. Muchas explicaciones. Hay incluso una imagen en la que el Comité Cívico condecora con honores a la empresa OAS por su teórica conclusión y que causó mucha indignación a todos los que de alguna forma padecieron los muchos años de demora, incluidos los familiares de las muchas víctimas de la cuesta de Sama.
La vía Tarija – Potosí, por su controvertida historia, ha vuelto estos días a la primera plana nacional por la vinculación directa de la empresa ejecutora, OAS, con la caída del ex presidente brasilero Luiz Inazio Lula da Silva y su ligazón con el entramado corrupto del gigante brasilero de la construcción, Odebrecht, que ha dejado un reguero de cadáveres políticos por todo el continente, desde Lula en Brasil hasta Kuczynski en Perú, pasando por el vicepresidente de Ecuador Jorge Glass y el hombre fuerte del kirchnerismo en la argentina Julio de Vido.
En Bolivia las sospechas se han intensificado desde que aparecieran anotaciones relacionadas a la vía Roboré – El Carmen, en Santa Cruz, en el sumario de investigación del caso en Perú. De acuerdo a lo conocido, las anotaciones hacen referencia a la etapa de las presidencias de Carlos Mesa y Rodríguez Veltzé, lo que ha servido para que la Asamblea Plurinacional de mayoría oficialista abra una Comisión de Investigación sobre esta etapa.
Por su parte, la oposición ha pedido sin éxito y ha anunciado la conformación de una comisión paralela que investigue las operaciones de empresas brasileras en Bolivia durante las gestiones del Gobierno actual. Entre esos contratos se encuentra el de la también brasilera Queiroz Galvao, que heredó sin licitación la construcción a la empresa OAS. Cabe recordar que la Queiroz ya construyó la vía Tarija – Bermejo en la que también estuvo inmerso en diferentes problemas y escándalos.
La tortuosa historia
El 23 de noviembre de 2003, durante el Gobierno de Carlos Mesa y tras intensas movilizaciones en Tarija, se contrató a la empresa Queiroz Galvao mediante decreto supremo para construir la carretera de 415 kilómetros. El precio inicial fue de 180 millones de dólares. El 2004 se inició la ejecución, pero presuntas irregularidades en la obra salieron a la luz por fisuras en la plataforma, lo que dio lugar a su paralización el 2007 cuando ya gobernaba Evo Morales. Tras polémicas decisiones, mediante una cesión sin licitación, el 2009 la empresa OAS reemplazó a Queiroz y firmó contrato con ABC por 226 millones de dólares, y acordó concluir el proyecto en 29 meses, plazo que venció en noviembre de 2011. La constructora brasileña pidió siete meses más de ampliación, pero nuevamente el 26 de junio de 2012, feneció el plazo sin que se complete la obra.
La carretera fue entregada como concluida en julio de 2013 en un acto realizado en el Comité Cívico de Tarija, pero no se procedió a su recepción definitiva, pese a que la ABC participó del evento. Previamente, la ABC le restó responsabilidades a OAS, la más importante de ellas fue la reposición de parte del pavimento rígido que presentaba rajaduras y hundimiento en la plataforma ejecutada antes por la Queiroz Galvao. La OAS transfirió a la ABC 10 millones de dólares para la reposición de las losetas desde Cineguillas hasta El Puente, trabajo que se adjudicó a terceras empresas.
Peralta: Suba de $us 100 MM es suficiente para dudar
El secretario de Coordinación de la Gobernación de Tarija, Waldemar Peralta, puso a disposición de la comisión de investigación toda la documentación en poder de la Gobernación de Tarija sobre la construcción de la vía Tarija – Potosí, que fue ejecutada por la empresa brasilera OAS, luego de heredarla sin licitación de manos de la también brasilera Queiroz Galvao.
Peralta pidió una investigación completa e indicó que “el incremento de 100 millones de dólares a pesar de bajar la calidad del pavimento, de rígido a flexible, son suficientes motivos para dudar de la OAS y llegar en la investigación hasta el final”.
Peralta además indicó estar documentando todos los pagos que la Gobernación de Tarija realizó sobre la vía como contraparte y que solo en 2012 podrían haber superado los 38 millones de bolivianos.
El ex presidente del Servicio Nacional de Caminos José María Bakovic, fallecido en 2013, habló con el diario El Nacional de Tarija sobre estos asuntos advirtiendo favoritismos con la empresa OAS. “Cada vez que me han detenido en prisión se estaba cubriendo un gran negociado: en marzo del 2006 se adjudicaba directamente Potosí – Uyuni, con un sobreprecio de 46 millones de dólares, y en agosto del 2007 se rescindía precipitadamente el contrato Potosí – Tarija. Buscaban traspasar esa obra a OAS. Se dice que esta empresa financió la campaña del MAS el año 2005 y que, en pago, se le prometió todas las obras carreteras del país. Ese arreglo le hubiera costado al país al menos 100 millones de dólares adicionales. Espero que la adjudicación de Villa Tunari-San Ignacio no signifique una nueva detención para mi persona, para crear una cortina de humo que tape este negociado”.