¿Y si Tarija fuera Gaza?
En Tarija, una danza por Palestina sacudió la plaza y dejó una pregunta temblando. Porque lo que ocurre en Gaza no está tan lejos como creemos.



La mañana del martes 1 de julio, la plaza Luis de Fuentes dejó de ser solo un espacio de paso. Con pancartas, manifiestos, cuerpos danzantes y palabras que ardían, un grupo de ciudadanos y artistas tarijeños se congregó para denunciar el genocidio que Israel comete sobre el pueblo palestino desde octubre de 2023.
“¡Palestina existe y por eso resiste!”, decía una convocatoria política que con sensibilidad se convirtió en un manifiesto poético, corporal y estético a través de la danza dabke, con más de 2.000 años de historia, que fue recuperada en escena por mujeres jóvenes que decidieron mover el cuerpo como forma de hacer memoria y resistencia.
“La hicimos porque la danza es la identidad, la cultura, la existencia de un pueblo”, dijo Luna, una de las artistas. “Hay muchos videos de niños en Gaza danzando entre ruinas. El dabke surgió de la necesidad de afirmar la tierra para sostener una casa. Ahora es una forma de afirmar la vida”, explicó. Otra de las intérpretes, Lorena, no contuvo la emoción: “En Tarija tenemos todo y estamos bien. Allá están muriendo niños a cada segundo. Sentía impotencia. Danzar fue traer la memoria de ese territorio, y también una forma de pedir justicia.”
La acción fue organizada de manera espontánea, pero con un horizonte claro: sostener la protesta con frecuencia y ampliar el alcance. “Queremos que esto se repita cada semana. La cultura palestina está siendo atacada. Recuperarla es un acto político y humano”, señaló Javier, uno de los impulsores. “No se puede utilizar el agua ni los alimentos como armas. Eso está penado por el Derecho Internacional. Lo que ocurre en Gaza es un genocidio, y todos los que vinimos lo hicimos desde un afán de paz, no solo para Palestina, sino para todo el mundo.”
La actividad fue acompañada por otras acciones previas, como la proyección de cine palestino y la lectura de textos, en un esfuerzo por contrarrestar el silencio de los medios y la indiferencia institucional. “Estamos acostumbrados a que aquí es todo pacífico, dentro de lo que es una ciudad”, dijo Lorena, mirando alrededor. “Pero una guerra no se espera. Y no podemos estar preparados si no estamos unidos como una gran tribu humana.”
Gaza: epicentro del horror
Según el diario israelí Haaretz, citado por la Agencia Anadolu, cerca de 100.000 palestinos han muerto en Gaza desde el inicio de la ofensiva israelí en octubre de 2023. Esa cifra representa el 4% de la población del enclave. El 56% de los fallecidos son mujeres y niños, en lo que ya se considera uno de los conflictos más sangrientos y desproporcionados del siglo XXI, de acuerdo al experto en conflictos violentos Michael Spagat.
Los informes indican que, además de los bombardeos directos, la población está muriendo de hambre, enfermedades y colapso sanitario, mientras Israel impide el acceso seguro a ayuda humanitaria. A pesar de las órdenes de arresto internacional contra el primer ministro Benjamín Netanyahu y su exministro de Defensa, la ofensiva continúa. Israel también enfrenta un juicio por genocidio ante la Corte Internacional de Justicia.
Mientras las potencias del mundo venden armas, en Tarija, a más de 13.000 kilómetros de Gaza, el eco del horror se transformó en arte. Y en el centro de la plaza, corazón simbólico de la ciudad, la danza dijo lo que no pueden las palabras: que la empatía no tiene frontera, y que cada vida, incluso desde aquí, vibra con lo que ocurre allá.