“Pintar es vivir el instante”: la emoción según Waldo Oropeza
La exposición Emociones reúne más de 20 obras del artista potosino Waldo Oropeza, quien hace del color una forma de resolver la vida. Sus óleos y acrílicos pueden verse en la Casa de la Cultura de Tarija hasta el 14 de junio.



“Yo nunca había pensado venir a Tarija ni quería venir a Tarija”, dice, como quien aún se sorprende del giro que dio su vida, el pintor potosino Waldo Oropeza. Llegó por un accidente, literalmente. Un hombro lesionado en el fútbol le impidió continuar con trabajos manuales, y en una caminata sin rumbo fijo se topó con un cartel que lo cambiaría todo: “Escuela de Artes”. Entró, y nunca más salió del mundo de la pintura.
Desde entonces, ha cultivado una obra que parte de un principio tan simple como profundo: pintar es sentir. “El momento de pintar es la emoción. Es una forma de vivir. Uno se plantea el pequeño problema de saber cómo va a resolver una obra, qué color voy a tomar para expresar las emociones”. Esa forma de vivir se traduce en una exposición íntima y honesta, Emociones, donde reúne más de 20 piezas, entre óleos y acrílicos, que fueron parte de colectivas anteriores, y que ahora dialogan entre sí en un solo espacio.

La muestra se presenta en la Galería de la Casa de la Cultura desde el 9 hasta el 14 de junio. Como en las trinidades que retrata en sus cuadros, comparte sala con dos artistas que también marcaron su camino: Willy Loza y Roger Vargas. Loza, además, fue su primer maestro. “El profesor Willy Loza ha sido mi docente desde que empecé la carrera. Hoy en día, sigo haciendo acuarelas, y pienso que voy a seguir haciéndolo hasta el final de mis días. La acuarela es un desafío personal para cualquier artista. Pocos han logrado dominarla”.
A sus 55 años, Oropeza ha pintado más de mil acuarelas y alrededor de 200 óleos. Vive con ellas, las archiva, las guarda, como si su obra fuera un registro emocional más que un producto para vender. “Yo solamente vivo el momento de pintar. Me gusta cuando pinto. Ya cuando termino, quedó ahí y estoy pensando en otra cosa”.

La vocación, en su caso, es también una forma de compromiso con la realidad. “El compromiso de las personas es trabajar por la sociedad. Y nosotros lo hemos asumido de esa manera. Mucha gente piensa en lo económico y dice, ‘¿cómo voy a pintar si nunca vendo mi obra?’. Bueno, es una probabilidad que vendas o no vendas. Pero como artista estás obligado a poder ver o hacer expresar la realidad de tu entorno para que la gente también pueda entender lo que es hacer arte”.
Para Waldo Oropeza, pintar es observar —la luz, las sombras, la perspectiva—, pero sobre todo es dar forma al instante. En Emociones, ese instante se vuelve materia viva. La muestra, breve y esencial, es una oportunidad para ver lo que sucede cuando alguien pinta no para gustar, sino para entender. Como decía aquel viejo maestro suyo: “Observe. Ahí está. Interprétenlo”.