Recuerdos espontáneos: la pintura de Gabriela López Lea Plaza
A punta de intuiciones, Gabriela descarga colores sobre el lienzo para atrapar emociones y experiencias.
“Reminiscencia” es la cuarta exposición de la pintora tarijeña, Gabriela López Lea Plaza. En ella, Gabriela se propuso explorar el vínculo entre la memoria y el instante, purgando de su interior una variedad de imágenes que nos hablan de su infancia y juventud, de su feminidad, y de la interminable exploración de su propia existencia.
Aunque ha pintado “toda la vida”, ha vendido dibujos y participado en ferias callejeras, hace siete años comenzó a convertir sus trazos en la impronta de una artista, y desde el año pasado comenzó a exponer colecciones completas, como “Entendimiento Secreto” y “Tercero”, en las que también se aprecia la diversidad de su registro y la solidez discursiva, algo que no es fácil de lograr en la abstracción.
La intuición del instante llevó a un encuentro con la pintora en Los Altos del Marqués, donde su más reciente exposición permanecerá hasta el 14 de diciembre. En esta entrevista exclusiva de Pura Cepa, Gabriela expresó, sucinta, la génesis de una práctica que se basa en lo más primitivo que tenemos: la capacidad de hacer memorias.
Pura Cepa (PC). ¿Cómo te volcaste hacia la abstracción y al estilo de pintura activa?
Gabriela López Lea Plaza (GL). Bueno, me guío más que nada por mis sentimientos. Es totalmente intuitiva la técnica y espero que el espectador pueda sentir y conectarse con todas las obras.
PC. Es fuerte la influencia de Jackson Pollock.
GL. Exacto. Uso específicamente su técnica, la del salteo, que aprendí cuando estaba en los Estados Unidos. Me fui a los 25 años con una beca. Ahí también he estudiado mucho en los museos que iba a visitar en mis días libres, de arte contemporáneo, de arte americano. Ahí aprendí.
PC. ¿Ahora vives de tu arte?
GL. Únicamente del arte. Tengo otras cosas que también suelo hacer, pero el arte es mi gran ingreso por ahora. Y salieron muchos de mis cuadros al exterior, con coleccionistas de Tarija.
PC. ¿Cómo escoges vivir del arte en una ciudad en la que ese mercado apenas comienza?
GL. La verdad que solté el miedo de tener ese prejuicio de que no se puede vivir del arte, y empecé a sacar mis colecciones. Así empecé a tener mis clientes. Los coleccionistas llegan a tener esa conexión que logro hacer al crear mis obras. Se conectan con eso, con las historias, los colores. Así fui creciendo.
PC. ¿Qué rol tiene tu familia en esta carrera?
GL. Me apoya mucho. Especialmente mi padre, es mi mano derecha, él me ayuda a realizar los lienzos. Y mi madre también, siempre me apoyó y me tiró para adelante, para que pueda hacer lo que amo. Mis hermanos también, siempre presentes, apoyándome siempre. Toda mi familia, en realidad. Tíos, primos, hasta buenos amigos, siempre estuvieron ayudándome, apoyando.
PC. ¿Trabajas en taller?
GL. Sí, tengo un taller en mi hogar. Es un lugar amplio el que necesito tener, ya que mis obras son grandes. Es ahí donde puse toda la magia, y también tengo un espacio para que el coleccionista vaya a ver las obras. Me contactan, van al estudio y compran la obra de la que se enamoran.
PC. ¿Tienes una rutina de trabajo?
GL. La verdad que es algo muy espontáneo, no tengo horarios, pero sí lo hago todos los días, y es totalmente intuitivo. No tengo un boceto previo, no sé qué colores ni qué técnica voy a usar, ni qué va a salir. Simplemente, me pongo frente al lienzo y él me va diciendo cómo se va a ir haciendo. Entonces, mientras voy creando la textura, y viendo qué colores voy a usar, y qué formas veo, de ahí nace.
PC. ¿Cuántas obras has hecho ya?
GL. Debo tener más de doscientas, muchas más. Desde cuadritos pequeños hasta cuadros de dos metros. También hago murales, y suelo hacer diseños en poleras, en stickers, o cuadritos de papel. También uso mucho carbónico, acuarela, lápices de color. De todo. Mi carrera es Diseño Gráfico, así que voy complementando eso con el arte.
PC. ¿Cómo determinas el precio de una obra?
GL. Depende mucho del tamaño y de la técnica. Si no lleva mucha pintura, es más económico. Ahora tienes que calcular la tela, la madera, cuánta pintura lleva. Hay cuadros que llevan mucha pintura, y son mucho más pesados. Esos son más caros. No suelo pintar cuadros pequeños, porque me aburro. Siento que pongo un poquito de color y ya se acabó. Por eso me gustan los cuadros muy grandes. Entonces llevan, sí, mucho tiempo. Hay cuadros que son de muchos meses, y eso también lo considero para poner el precio. Como llevan muchas capas de colores, hay que esperar a que sequen para poner otro color encima. Es hacer algo todos los días, y eso lleva su buen tiempo.