“Homenaje al Moto Méndez”, una exposición del Grupo Colores de Tarija
Waldo Oropeza, Varinia Torrico, Walter López, Wilma Camacho y Soraya N. Hoyos reunieron sus obras en la Galería de la Casa de la Cultura.
Colores de Tarija tiene al menos 6 años de vida. En este año, han realizado ya 3 exposiciones, siendo la tercera un “Homenaje al Moto Méndez”, que fue inaugurada el lunes 16 de septiembre en la Galería de la Casa de la Cultura. Les esperan otras dos en octubre y diciembre, a las que en su momento trataremos de dar atención.
Por ahora, podemos decir que el “Homenaje” no sólo toma la figura del “Moto”. De hecho, son Walter y Waldo quienes lo retratan, cada uno a su manera, tomando su efigie frontal, o aludiendo en manchas de acuarela. Entonces, además de ver al “Moto”, también se verán estampas y motivos tarijeños, cosa muy común en las exposiciones de arte de la línea académica.
En “Homenaje”, se aprecia el cuidadoso clasicismo de Torrico, la composición simbólica de Walter López, el estilo suelto de Oropeza que funde lo figurativo y lo abstracto, la factura naturalista de Hoyos, y las alegorías tarijeñas de Camacho.
Aunque asoman algunas obras nuevas, muchas otras son “ya vistas”. Esto puede ser o no un problema, pero digamos que refleja la importancia de insistir en la lucha, tal como hizo el “Moto”, que los artistas y trabajadores del arte y la cultura tienen en esta apreciada y nunca bien ponderada ciudad.
La exposición estará disponible en la Galería de la Casa de la Cultura hasta el sábado 21 de septiembre, cuando se retirará para dar paso a la primavera.
Acerca de Eustaquio
El “Moto” Méndez fue un guerrero de su tiempo y un héroe boliviano que dejó una huella imborrable en la historia. Nació en Tarija el 19 de septiembre de 1784, por lo que, si hoy siguiera vivo, cumpliría 240 años. Aunque se pensó que su discapacidad lo frenaría, el “Moto” convirtió su limitación en fuerza: después de perder su brazo derecho en la batalla, en lugar de rendirse, se acomodó el apodo y siguió liderando con mayor determinación.
Méndez comandó a los legendarios “Montoneros”, un grupo de guerrilleros que conocían cada rincón de las montañas de Tarija y se especializaban en tácticas de guerra rápida y sorpresiva, siempre un paso adelante de los realistas que defendían la colonia española. Sus conocimientos del terreno, su audacia y su liderazgo lo convirtieron en una pesadilla para los opresores.
A pesar de las heridas y las batallas, nunca se rindió. El “Moto” Méndez luchó hasta el final por la libertad de su tierra, y gracias a su resistencia y valentía, hoy lo recordamos como un ícono de lucha y sacrificio. Su historia sigue viva, no solo en los libros, sino en el espíritu de todos los que creen en la libertad que se levanta y sigue adelante, pase lo que pase.