#DiaMundialdelPeaton
Un paso más en el Día Mundial del Peatón
El 17 de agosto de 1897 ocurrió el primer incidente de tráfico que dejó como víctima a Bridget Driscoll, arrollada por un coche en Londres, Inglaterra. En su honor, hoy es el Día Mundial del Peatón.
Este día, diversas organizaciones y asociaciones promueven la cultura vial del peatón y los espacios adecuados para esta forma de vida que se contrapone a la forma tradicional de priorizar al automóvil particular por encima del resto de opciones de movilidad urbana. Al invertir la jerarquía, analizando vulnerabilidad, eficiencia en ocupación de espacio y energía, y costo para la sociedad, se obtiene la Pirámide de la Movilidad Urbana Sostenible, cuyo esquema reproducimos a partir de la Propuesta de Lineamientos para la Formulación de Programas Municipales de Transporte, un documento que ONU-Habitat realizó para Bolivia en 2022.
La fecha es relevante pues la estadística afirma que en el mundo cada 23 segundos muere una persona por un accidente de tránsito, lo que resulta en la pérdida de cerca de 1,3 millones de vidas al año. Incidentes de esta naturaleza son la principal causa de mortalidad entre personas de 5 a 29 años de edad. Por ello, quienes transitamos por la ciudad y sus calles, con o sin ruedas, con o sin motores, tenemos la responsabilidad de conocer y difundir la cultura vial.
Situándonos en Tarija y para tratar el tema desde otra perspectiva, preguntamos a algunos profesionales de la Arquitectura, el Urbanismo y la Planificación sus criterios sobre las propuestas de peatonalización y la experiencia peatonal en la ciudad.
Para la arquitecta, Andrea Álvarez, Tarija es “una ciudad caminable, como para dar un buen lineamiento de planificación urbana. Caminar por la ciudad es menos caótico que ir en auto. Sin embargo, apenas tenemos una calle peatonal (el pasaje Baldivieso)”. Andar a pie y usar el transporte público son sus alternativas de movilidad preferidas.
El arquitecto, Mauricio Ávila, opina que la peatonalización del centro histórico debe partir de un proyecto cultural-turístico. “Si es un proyecto para los fines de semana, no tiene relevancia. Lo interesante será a largo plazo, concertando con entendidos en rescate, patrimonio, movilidad y demás”. Para Ávila, “tener auto en una ciudad tan chica no es inteligente”, y la falta de reglamentación sobre aceras es la causa de una variedad de problemas e incidentes en la experiencia peatonal: materiales inadecuados, anchuras irregulares, rampas, escaleras y bajantes de agua, invasión del comercio informal, y un municipio ausente que no cumple su deber.
Rodrigo Sierra ha colaborado con organismos internacionales analizando las calles de Tarija, y encuentra que “el peatón la pasa mal, no solo aquí, sino en todo Bolivia”. Sierra defiende la peatonalización de la General Trigo, desde San Roque hasta la Plaza Luis de Fuentes, y dice que, “cuando hay actividad económica, hay espacio público”, como sucede en el Mercado Central con su patio interior, mientras otros sitios mantienen su potencial intacto, como el Barrio El Molino, donde se pueden “hacer calles peatonales, abrir más comercio, abrirse al turismo, al arte, a la música. Los proyectos no se implementan porque la gente se pregunta dónde va a parquear, como si lo importante fuera el vehículo. No ha cambiado la mentalidad”.
Finalmente, para el planificador, Hugo Borda, el tema peatonal se queda en el centro, porque a las afueras “la gente no camina por aceras que son inaccesibles”. Borda observa que la nivelación de aceras es un deber del municipio, cuyos funcionarios usan la sostenibilidad en el discurso, pero no en la práctica, que carece de estudios y planes estratégicos integrales, aunque observa que “es una gran idea hacer la ciclovía en medio de la avenida principal”, conectando así los barrios con el centro. “La peatonalización merece tener un plan maestro de toda la ciudad que incluya el tema productivo, social, cultural, patrimonial. Pero va a terminar la gestión y no se está planificando nada, no hay planificadores, y se paga sueldos a gente que no está produciendo nada útil para la ciudad”.
Dando un paso más allá, Borda trae a colación la Ley 247 de Regularización del Derecho Propietario, del 5 de junio de 2012, con vigencia de cinco años, cuyo objeto en otras palabras fue aprobar construcciones y urbanizaciones ya consolidadas, pero que en la práctica sirvió también para que muchas personas practicaran el modelo de urbanización latinoamericano estándar, es decir, ocupar, consolidar y entonces regularizar. Por ello, Borda observa que una medida como la dotación de planimetrías, amparada en la 247, es una práctica de “aprobación de la clandestinidad, con bombos y platillos”.
“Hay que pensar como ciudadanos y exigir mejores cosas a las autoridades. ¿Están preparando un proyecto para llegar al poder o para tener una hermosa ciudad? Tarija está creciendo sin planificación, sin áreas verdes. A futuro no va a tener equipamientos, escuelas, hospitales, ni espacio público, ni seguridad, ni áreas rurales, ni cultivos. Se está aprobando la tugurización de Tarija”.