Lo que nos faltaba: sexo, sexualidad y sexología
Nació la Asociación Boliviana de Sexología y Salud Sexual (ABS) y se dejó sentir, por primera vez, con un encuentro histórico.
La ABS fue oficialmente presentada el 23 de julio en el Auditorio de la carrera de Psicología de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho, donde también sucedió el Primer Encuentro de Sexología, con un programa de siete ponencias, a cada cual más estimulante, que dejaron clara la misión de la nueva plataforma de investigación y diálogo: hacer de la salud sexual un derecho fundamental para una vida plena.
Hay que medirnos
En primer lugar, la Dr. Med. Patricia Escóbar, presidente de la ABS, habló de la salud sexual como un eje transversal en la vida de todos los seres humanos: “Poder hablar abiertamente de sexualidad te da una gran satisfacción, aparte de las que ya sabemos”.
Ya que la falta de información de las generaciones pasadas repercute en las vivencias de las generaciones actuales y futuras, Escóbar enfatizó la necesidad de contar con datos sobre las problemáticas de salud sexual en Bolivia, por ejemplo, el embarazo y aborto en la edad escolar, para lograr así un diagnóstico real de la población.
En otras palabras, hay que empezar a medirnos, y dejar de medírnosla, para saber a dónde vamos y a dónde queremos ir.
Para Escóbar, tarijeña de nacimiento, “el Estado debe ser garante, guía y protector”, y busca que la colaboración con España, país donde vive y trabaja, y el compromiso de las instituciones y profesionales bolivianos mejoren el acceso a la información para implementar políticas públicas que nazcan de un conocimiento profundo de la población, sus vivencias y su territorio.
“¿Quién tuvo sexo en los últimos cinco días?”
Se levantaron seis manos en un auditorio de cien personas cuando Rodra Blanco, activista en Derechos Humanos, especializado en masculinidades y educación sexual, planteó la pregunta. Buena forma de calentar el histórico primer encuentro, y de revelar la promiscuidad que desdibuja las definiciones de sexo, sexualidad y sexología.
“El sexo es, biológicamente, si sos macho o si sos hembra”, zanjó el argentino, y explicó que la sexualidad es “un tema más amplio, porque hablamos de una expresión de nuestras emociones, de nuestro lenguaje, incluso hasta de nuestra genitalidad”. La sexología simplemente se trata de “la especialidad para alcanzar una salud sexual plena, teniendo en cuenta el sexo y la sexualidad”.
“¿Cómo aprendemos la sexualidad?”, preguntó Blanco. Para él, hay dos herramientas: “Principalmente la aprendemos en la práctica, o con el porno. Es lo que tenemos. Y el porno nos da una imagen completamente irreal de la sexualidad. Por eso ofrecemos este espacio, para tener un faro de conocimiento. Y tenemos el gran desafío de hablar de educación sexual integral como herramienta válida para prevenir el embarazo adolescente, las enfermedades de transmisión sexual, la violencia, pero también para conocernos”.
Gran desafío enfrentar el tabú del sexo y la sexualidad en una sociedad acostumbrada a guardar las formas, a callar ciertos temas, a la violencia, al feminicidio. ¿Cuántos siglos seguiremos sin abordar los problemas? “Para eso está la ABS, para redefinir las cosas”.
La creación heterosexual y la naturaleza
El vicepresidente de la Sociedad Científica de Estudiantes de Psicología, Facundo Vergara, expuso un recorrido intelectual basado en la tesis de la ausencia de naturalidad en lo sexual para cuestionar la idea de masculinidad. Vergara se preguntó con el público qué ha hecho que en la sociedad lleguemos a pensar que un hombre, por mera biología, debe ser activo, fuerte, ir al gimnasio, y otras cosas.
“El hombre pone las reglas, y la mujer obedece. Pero me he dado cuenta que esta asignación de roles son creaciones que dependen del contexto histórico, político, cultural”, dijo Vergara. En un repaso por varias fuentes bibliográficas, teóricas e históricas, habló de cómo “la cultura heterosexual fue creada y convertida en la norma, convirtiendo la homosexualidad en un problema”.
Más aún, el pensamiento de Vergara llegó a una importante revelación: hay muchas cosas que asumimos como “naturales”, pero son cosas que han sido creadas, como el deseo, que generalmente suele ser una emoción implantada a través de la imitación. “La idea de que el hombre es más violento sólo por tener pene es una invención cultural. Y esto es importante decirlo, porque entonces se puede cambiar”.
Un antropólogo en el antro
Gran noticia saber que Daniel Vacaflores está abordando la disciplina psicológica y la sexología desde su vasta mirada antropológica. Para él, investigar el tema es muy importante, y “hay que pensar nuestra sexualidad como un hecho social, susceptible a ser investigado y trabajado más allá de lo patológico o lo puramente biológico”.
Yendo por la línea que abrió con Pene y Vagina, libro de reflexiones sobre sexualidad y otros temas (del cual hablamos aquí), el “Vaco” presentó algunas imágenes capturadas en sus andanzas por boliches: el grafiti de un pene, los letreros que distinguen el baño de mujeres y hombres, o el eslogan en la propaganda de un motel. “Todas ellas tienen en común lo poético, tienen su magia. Nos están hablando de un lenguaje sexualizado que muestra diferentes relaciones de poder y formas de interactuar con otros y otras. Es metafórico, pero también hay violencias discursivas”.
Para el antropólogo tarijeño, “la sexualidad es algo que nos atraviesa no solamente en lo biológico, también en lo social y lo cultural”. Vacaflores dejó claro que hay un imaginario (es decir, ese conjunto de ideas y nociones comunes en una sociedad) sexual. “Es mentira que no pensamos en el sexo. El problema es que lo pensamos con la cabeza de abajo, con un pensamiento reprimido y un discurso recluido. O es un pensamiento instintivo, también, guiado por nuestros impulsos sexuales”.
El humor de las imágenes expuestas despertó en la audiencia preguntas sobre la cultura. ¿Cómo distinguir si en un aro-aro hay ingenio y chiste, y no violencia y discriminación?
“¿Quiénes aquí son heterosexuales?”
No faltó quien gritara, “¡heterosexual, por siempre!”, mientras el resto, ya habituado a los planteos capciosos de los expositores, callaba con una sonrisa. La pregunta de Linder Zenteno, activista y defensor de los derechos de la población LGBTI y personas cero positivas, sirvió para hablar sobre la multiplicidad de orientaciones, identidades de género y sexualidades diversas.
“La sexualidad es lo que soy, desde la manera en cómo me paro, me visto, me peino, hablo, camino, seduzco, amo, vivo, converso. Es todo, y la manera en que lo hace cada quien es muy diferente. Entonces también existe diversidad dentro de la heterosexualidad”, dijo Linder, y de inmediato preguntó por el motivo de la división entre esa y las otras identidades, orientaciones y expresiones de género: “La heteronormatividad, el binarismo”.
Sacando banderas al aire, explicó las definiciones de homosexualidad, transexualidad, no binarismo, intersexualidad y otras expresiones. “A las diversidades sexuales, la comunidad LGBTI y todas las siglas que pueda haber, se nos ha puesto en una situación de vulnerabilidad, y no se reconoce ni se respeta la diversidad sexual”.
La gravedad de vivir en un sistema heteronormativo, binario, es que la otra parte que no está dentro de “lo normal” o “lo correcto”, sufre verdaderas vulneraciones de sus derechos humanos. Linder compartió que dentro del 53% de la población LGBTI que ha sufrido discriminación por ser diferente en Bolivia, existe un número considerable de hombres trans (es decir, una persona cuya identidad sexual no corresponde con su biología de hembra humana) que “en su juventud están teniendo embarazos no deseados, y un motivo es por violencia sexual con el objetivo de hacer un proceso de corrección de su orientación sexual”.
Heterosexual a la fuerza, ¿no? Hay que darse cuenta. “La heterosexualidad también tendría que sentirse representada en esta bandera de la diversidad sexual y las identidades. Si llegamos a entender y respetar, no van a haber brechas, ni violencia, ni discriminación”, dijo Linder, cerrando su participación mientras desplegaba muchos, muchos colores.
Agua fría
Graciela Lizeth Condori Misericordia, abogada penalista, puso un cable a tierra al hablar sobre los delitos contra la libertad sexual, aquellas acciones que atentan contra el desarrollo y la dignidad de las personas, que se incluyen en el Título 11 del Código Penal, y se desarrollan en sus artículos 308 al 323.
“¿Cuántas sentencias constitucionales tienen que seguir emergiendo hasta que entendamos y sepamos diferenciar entre un chiste y la vulneración de los derechos de una mujer?”, espetó la jurista. “Tenemos que aprender y saber adaptarnos a la actualidad social”, dijo en referencia a la Ley 348, “porque nuestra libre expresión y nuestros derechos terminan cuando vulneramos los de otra persona”.
El baldazo de Condori vino bien, pues de los casos de violencia sexual, el 94% de las víctimas son mujeres, y cada 4 minutos una mujer sufre violencia sexual en el mundo. Pero, al mismo tiempo y como representante de la ley, la abogada recomendó responsabilidad “a la hora de activar el sistema judicial”:
“Las víctimas vienen con distintos relatos, quieren dar un escarmiento, y luego quieren volver con el esposo, que ya está enojado porque tiene antecedentes penales. ‘No me quiere perdonar, quiero retirar la denuncia’. Tanto hombres como mujeres están siendo denunciados por la Ley 348. La figura de desistimiento ya no existe. Al contrario, día a día se va potenciando más la presunción de veracidad de la declaración de las víctimas dentro de hechos de violencia. Hay que tener cuidado con incurrir en la denuncia falsa y temeraria”.
Por favor, no pares
Para no hacerla muy larga, la ONG Ipas intervino y dio a cada asistente un folleto informativo y un preservativo, ese elemento económico y de fácil acceso para tener placer seguro, y prevenir enfermedades y embarazos no deseados. Y el programa terminó con “¡Sexo! (tabúes y prejuicios)”, la exposición dialogada de Luis Araoz y Yilmar Lizárraga Bejarano, ejecutivos del Centro de Estudiantes de la Carrera de Psicología que le pusieron todo el picante que faltaba.
No es algo de lo que se pueda hablar. Lo tienes que ver. Te va a encantar:
Si quieres saber más de la ABS, llama al 63039321 y 73493166 en Tarija, 69713904 en La Paz, +34 692976918 en España, y sigue la cuenta en Instagram: @asociacion_sexologia_bolivia