Dianela Marinaro: “Mi corazón está en la pintura”
La joven artista tarijeña también estudia Diseño Gráfico y quiere abrir su propia agencia.



En Tarija no hay una sola universidad que ofrezca una licenciatura en Artes Plásticas. Por eso muchos artistas están obligados a conformarse con otras carreras o niveles de profesionalización. En el caso de Dianela Marinaro, pintora y muralista, Diseño Gráfico es la opción. Para ella, el diseño le da perspectiva laboral, “para ganar, hay que diseñar”. Pero Dianela no puede evitarlo: “Mi corazón está en la pintura”.

Se ha dado a conocer a través del activismo, creando afiches y dibujos para causas feministas y ambientalistas. “Es mi voluntariado de diseño”, bromea con Pura Cepa, y aunque tiene otros trabajos pagos, conoce bien su circunstancia: “El arte es lo que uno siente, el diseño es lo que el cliente quiere”. La escisión es clara, y le ha valido para rechazar “consejos profesionales”: “Me dijeron que haga obras más comerciales, pero no voy a pintar chunchos ni lo que se ve en todas las exposiciones”.
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“Yo aprendí mucho copiando a Toulouse-Lautrec, a Egon Schiele, pero no les ponía mi nombre a sus obras para venderlas”
Dianela sólo quiere hacer su arte y mostrarlo, no pintar porque sí. Para ello, se empeña en engullir y apropiarse de sus varias influencias, art noveau para empezar: “Me gusta mucho, por eso me gusta la Casa Dorada”. El menú sigue con dadaísmo, impresionismo austriaco y realismo, tanto las corrientes como sus exponentes principales. Le encanta la obra de Cecilio Guzmán de Rojas, y es ferviente seguidora de las ideas de Antonio García Villarán.
“Ahora vemos, en el arte conceptual moderno, una hoja de papel arrugada en una esquina, y te dicen que es arte, que es la mente humana llena de problemas. Y no lo es. Sólo quieren venderte gato por liebre”, ilustra Marinaro, estudiante aplicada del arte y sus muchas manifestaciones: “Estudio cada parte. Quiero aprender a bailar, cantar, hacer teatro. Todo, no sólo la pintura”.

En su camino formativo, se ha encontrado en un punto de inflexión del cual extrae un mensaje para todos los aspirantes del pago: “Últimamente, hay mucho plagio y falsificación. Hay obras que son impresiones pixeladas, y las venden a 300 bolivianos. Otras las sacan de Pinterest, las pintan igual y las venden. Hay muy poco valor artístico en eso. Está bien para aprender. Yo aprendí mucho copiando a Toulouse-Lautrec, a Egon Schiele, pero no les ponía mi nombre a sus obras para venderlas”.
En esta nota, compartimos algunas obras de Dianela Marinaro que nos permiten apreciar su estilo simbólico, lírico si se quiere. La artista explora su mundo interior, las interacciones con los signos principales de su cultura, y las maneras de representar esas búsquedas. Con los años, hallaremos nuevos matices y sonidos a los latidos de su corazón.
