María José Granier: “Lo rescatable de esta crisis es que estamos consumiendo más productos nuestros”
Entrevista exclusiva con la cofundadora de Jardín Oculto, una bodega que rescata la antigua cultura de la uva mollar para producir uno de los mejores vinos de Bolivia.
La administradora de empresas y estudiosa de la literatura española, María José Granier Vásquez, ha conseguido poner en el mapa mundial del vino a las variedades patrimoniales de Bolivia gracias al trabajo que durante cinco años lleva realizando junto a su hermana Mercedes, Nayan Gowda y Helios Mac Naught, el equipo nuclear de la bodega Jardín Oculto.
Este año, la guía Descorchados volvió a fijarse en la carta boliviana, y la Negra Criolla de Jardín Oculto, cosecha 2021 Los Membrillos, resultó elegida como el mejor tinto del país con 94, superando los 92 puntos que obtuvo la cosecha 2020 de la misma variedad y bodega.
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En esta entrevista exclusiva de Pura Cepa, María José habla acerca de lo que representa esta calificación para Jardín Oculto y la vitivinicultura boliviana, así como de otros temas que son de gran importancia para que Tarija goce de buena salud en los próximos años.
Pura Cepa (PC). ¿Qué significa este puntaje para ustedes?
María José Granier (MJG). Como Jardín Oculto, es muy importante porque nuestra visión es trabajar con viñas viejas que crecen enredadas en árboles, y es una revalorización de estas viñas. Mucha gente cree que, porque son viñas viejas o son variedades criollas, no son de calidad, y con esto confirmamos nuestra teoría de que si se puede hacer un vino de excelente calidad con variedades criollas.
PC. Este año le ganaron a Aranjuez.
MJG. Si. Es un puntaje, y es la percepción de Patricio Tapia. Estamos muy felices y orgullosos de haber logrado eso. Pero en Aranjuez, la cuestión es la impresionante trayectoria que tienen. Son muchos años trabajando, desarrollando viñas, empleando gente, desarrollando mercado. Han logrado que todos los bolivianos pensemos en vino. He escuchado gente preguntarse si Aranjuez es una variedad de uva o una bodega. Son así de respetables.
PC. ¿Cuál es la importancia de las viñas viejas?
MJG. Para nosotros es un patrimonio de Bolivia, porque son viñas que crecen enredadas en árboles, y a pesar de que todos los que vivimos en lugares vitivinícolas hemos visto viñas creciendo en algún patio, en un árbol, estos son viñedos en donde toda la uva crece sobre árboles, entonces es un tipo de viticultura que no existe en otras partes del mundo. Y el gran valor es que se trata de una agro-viticultura, no sólo de un monocultivo. Hay otro tipo de frutales, y eso es mejor para el medio ambiente.
PC. De alguna manera, es también un acto de resistencia.
MJG. Lo que hacemos es mostrar el viñedo interviniendo lo menos posible. No es que dejamos que las cosas se hagan solas, sino que nuestras prácticas son lo menos agresivas posibles para poder mostrar toda la belleza del viñedo a través de una botella, y no las capacidades grandiosas de los enólogos, que sí las tienen, pero no es el enfoque de la bodega. Entonces, cuando estás tomando una copa de vino, el primer comunicador es Jardín Oculto. La bodega se llama así porque es un jardín donde, además de viñas, molles y chañares, hay higueras, manzanas, olivos, granadas, ovejas, gallinas, perros, gatos. Y oculto porque el Valle de Cinti es un lugar bastante desconocido, en general, para los bolivianos, con viñedos que se han preservado gracias a que han estado ocultos del resto de la viticultura tradicional.
PC. La uva crece sobre árboles, de forma ancestral, artesanal. Pero, ¿cómo es la vinificación?
MJG. Mira, aquí tenemos maquinaria y tecnología, pero también procesos que son bastante artesanales. Por ejemplo, nuestro despalillado es manual, y no porque no creamos en la tecnología, sino porque somos tan pequeños que no podemos pagar una máquina despalilladora que pueda procesar la uva con la calidad que queremos. Hemos invertido en tanques de acero inoxidable y en una prensa bastante buena. El enfoque ha sido siempre darle más importancia al vino. Al final del día, lo que vendemos es vino y no etiquetas.
PC. Con cinco años de experiencia, ¿cómo perciben el mercado de vinos en Tarija, en Bolivia?
MJG. No es distinto al de otras partes del mundo, está buscando cosas nuevas que probar y cada vez está más comprometido con el medio ambiente. Hemos tenido una etapa muy fuerte de vino de contrabando. De esta crisis que nos está viniendo ahora, lo único rescatable es que ahora estamos consumiendo más productos nuestros, porque todo lo de Argentina se nos ha encarecido. Hay una necesidad de comprar cosas bolivianas, y el vino es parte de eso. Gracias a que se ha estado comprando vino de otros lados, se conoce más sobre distintas variedades y estilos de vinificación. El mercado es bastante más educado de lo que era hace 15 años, por ejemplo.
PC. ¿Qué hay del enoturismo, y qué ventajas y desventajas tiene para ustedes?
MJG. Es una oportunidad para todos los tarijeños. Hay un cambio radical desde que se celebran matrimonios en Tarija, se llena la ciudad de gente que llega, pasa el fin de semana y gasta bastante dinero en peluquería, restaurante, comprando ropa, yendo al mercado, yendo a las bodegas a conocer. Es algo sumamente importante para Tarija porque pareciera que va a ser nuestra alternativa económica. Obviamente, es una industria mucho más chica que la del gas, pero también es más tangible, porque durante la época del gas muchos de los trabajos se crearon en Santa Cruz y no en Tarija. Aquí se están creando más trabajos, y se está generando un movimiento económico que va creciendo. Es vital para nosotros seguir desarrollando esta industria.
PC. ¿Qué se necesita para lograr ese desarrollo?
MJG. Hay muchas cosas por hacer. La primera que se me viene a la mente es el costo del pasaje, que para llegar a Tarija es carísimo, y eso se convierte en una limitación para muchas personas que quieren venir. En cuanto a servicios, pienso que vamos por buen camino en la oferta culinaria, pero hay mucho espacio para crecer. Si quieres pasar una semana en Tarija como turista, te toca repetir restaurantes. Las posibilidades son muy grandes, y pienso que es cuestión de tiempo. Mientras haya demanda, la gente se va a ir dando cuenta y va a desarrollar distintas ofertas. Lo que nos beneficia un montón es que el tarijeño es conocido por ser muy jovial, muy bueno. No está intentando engañarte. Además, tenemos un clima excelente y eso atrae a la gente. Esta semana no es la mejor para hablar de clima, pero normalmente es un lugar donde es muy fácil estar al sol o a la sombra.
PC. En el tiempo que llevan trabajando como Jardín Oculto, ¿qué percepción tienen de las variaciones climáticas y qué amenazas perciben?
MJG. El calentamiento global es un hecho, y si, a pesar que son sólo cinco años, se siente cómo el cambio en el clima afecta. Este año hemos tenido muy poca agua en primavera, no hubo lluvias, y después empezó a llover muy fuerte justo para la cosecha. Hemos pasado de una sequía muy dura a inundarnos, y eso no ha sido excelente para las viñas, ni para la calidad ni para la cantidad.
PC. Entre ustedes, y quizá con otros productores también, ¿se habla del tema y se proyecta algún plan de resiliencia?
MJG. Es una preocupación a nivel mundial, y no hay una verdadera respuesta. Lo que se está haciendo es que en zonas que eran muy frías, en otras partes del mundo en las que no había viña, ahora se está plantando y están saliendo vinos de buena calidad. Inglaterra es uno de esos países donde muchas casas dueñas del champagne en Francia se han comprado terrenos y están haciendo vinos espumantes. Pero la verdad es que no hay un plan a nivel local. Pienso que todos estamos muy ocupados intentando salir adelante y no hemos tenido tiempo de pensar en formas de paliar el cambio climático.