Leonardo “Gato” Ficcardi, un trabajador de vanguardia
El cofundador del estudio Boldrini & Ficcardi tiene más de 20 años de experiencia creando marcas de valor en la industria del vino y otras bebidas. Aquí encontrarás algunos de sus consejos y visiones.
A principios del siglo XX, los abuelos del “Gato” Ficcardi se establecieron en La Consulta, al sur de Mendoza, Argentina, donde formaron una familia alrededor de los viñedos. Su padre estudió medicina, y él estuvo a punto de seguirle los pasos, pero prefirió acercarse al mundo del Diseño Gráfico y en los 90s fundó un estudio con Víctor “Pupo” Boldrini.
En la gran crisis del 2001, la industria vitivinícola mendocina comenzó a crecer con inversión extranjera y mucha exportación. Boldrini & Ficcardi tomaron la posta, diseñaron etiquetas, y transformaron un mercado en el que la identidad no pasaba de ser copia de las marcas europeas. “Nos preguntábamos con mucha expectativa qué dirán en otros países del diseño argentino. Ahora estamos en un buen momento de identidad propia, y tenemos vinos de 100 puntos, la calidad máxima del mundo del vino”, rememoró el “Gato” en su paso por la Bienal del Cartel de Bolivia 2023.
Él y su socio son trabajadores incansables. “Hacíamos tapas de libros, posters, marcas de ropa, flyers de discoteca. Nos gusta trabajar, y ahora nuestra especialidad es el vino y el mundo del alcohol”. Boldrini & Ficcardi trabajan por igual la etiqueta de un vino sin puntaje y la de uno muy bien calificado. “En términos de diseño, a todos les ponemos la misma creatividad”. Su trabajo puede verse en botellas de clientes tarijeños como Aranjuez, Kuhlmann y Cruce del Zorro.
Con tanta experiencia y buen ojo, tiene algunos consejos para superar el cliché de la vid y los parrales, sabiendo siempre que el diseño es una gran herramienta para agregar valor, pero también para alinearlo:
- Crear identidad propia. “Hay marcas tradicionales que son una marca más. El consumidor, siempre bombardeado de cosas, genera una coraza ante eso, porque espera que lo de adentro sea más de lo mismo. Hay que romper barreras, innovar. Cuando hay algo distinto, emociona”.
- Lo artesanal es sinónimo de cuidado. “Un vino artesanal es bien visto frente a la producción industrial. Significa que el dueño ha tenido precauciones, porque tiene poca producción. Y eso hay que ponerlo en valor, que esa etiqueta o empaque transmita el carácter de una manera profesional, coherente y personal”.
- Calidad máxima, valor en mano. “Muy importante que la primera tirada de etiquetas sea de calidad máxima. No escatimar recursos, papel, nada. El valor sensitivo, a 30 centímetros de distancia, es muy importante, que se vea bien de lejos, pero que se sienta bien de cerca”.
Actualmente, el “Gato” y su socio están comenzando a diseñar empaques para medicinas y bebidas cannábicas. “Es un mundo que va a explotar, es lo que sigue”, comentó a Pura Cepa. Evidentemente, en Argentina se asumió que la lucha contra las drogas no era suficiente, y se abrazó la investigación para desarrollar la industria médica y regular el uso recreacional.
“Es un mundo que va a explotar, es lo que sigue”
¿Un consejo al respecto? “Un país necesita una dirigencia con la cabeza abierta y flexible, lo suficiente para entender que la prohibición sólo contrae y beneficia a pocos, que ciertos productos son naturales y generan beneficios de salud física y mental. Además, es un buen negocio, es una nueva industria de sanación y bienestar, de un consumo más responsable, no solamente recreacional”, dijo el “Gato” Ficcardi.