Grillo Villegas: “Almaqueloide explotó y le debo mi carrera” (VIDEOS)
25 años pasaron desde que el Grillo Villegas pensara en soltar la rienda, no sin antes hacer una última apuesta. Tras un cuarto de siglo, el músico paceño comparte una perspectiva que sana cualquier herida.



Falta poco para que en Tarija podamos revivir Almaqueloide en su integridad. Grillo Villegas se presentará con su banda el 18 de noviembre a las 19:30 horas en el Teatro de la Cultura. Los boletos están disponibles al 70227371, y de 18:30 a 23 horas en La U Resto Bar.
Publicidad aparte, el músico charló con Pura Cepa sobre el valor de esa apuesta arriesgada que lo encaminó a ser uno de los músicos más importantes de la escena boliviana, autor de docenas de éxitos, con una carrera en la que puede darse el lujo de hacerse tributo a sí mismo. Pa’ qué más.
Pura Cepa (PC). ¿Qué motivó la escritura de Almaqueloide y cómo lo valoras a 25 años de distancia?
Grillo Villegas (GV). Fue algo muy interesante en mi carrera lo que sucedió con Almaqueloide. Después de cerrar con mi banda Loukass, el ‘94 empiezo mi proyecto personal Llegas. ‘96 saco el primer disco, Huye El Sol, que me gusta mucho, pero parece demasiado depre, demasiado oscuro. Quizá también por la cercanía con Loukass, que era una banda muy radial, muy de fiesta, no se parecía en nada a lo mío, no tenía nada que ver. Me quedé sin público y dejé de tocar. Tuve que suspender shows porque no iba nadie. El ‘97 me puse a escribir un nuevo álbum estando así, con un “fracaso” de un álbum anterior y siendo muy exitoso con Loukass. Tenía una presión muy fuerte que, ahora, viendo desde esta distancia, veo a un joven músico apostando su vida a esto, veo con muchísima ternura cuánto trabaje, porque me acuerdo que era muy difícil grabar, no como ahora que grabas en tu casa, en tu compu. Cuando tuve las 11 canciones de Almaqueloide me di cuenta que estaba agarrando algo que podía estar bueno. Conseguí una plata y grabé un demo con cinco canciones. Gustó mucho, grabé el Almaqueloide, sale el ‘98 y explotó. Claro, era totalmente distinto al Huye El Sol, con un diseño sonoro que se llamó “funk paceño”, guitarras distorsionadas con wah, bajo, bata, un sonido muy del Almaqueloide. Y nada, por eso le agradezco tanto, porque pude armar una banda de nuevo y salir a tocar por todo el país, y la gente cantaba todo, “Epílogo”, “Momentos”, “Títeres”, “Rocas”, no sé, todas esas canciones. Prácticamente, le debo mi carrera. Si este segundo disco tampoco funcionaba, seguramente las exigencias de un mundo en el que tienes que conseguir plata para vivir, me hubieran alejado de ser músico. Por ahí intentas unos años más, pero el Almaqueloide explotó y le debo mi carrera.
Yo lo que sé es que muero de ganas de escribir canciones, amo escribir y salir a tocar.
PC. ¿Hace 25 años imaginabas este momento?
GV. Por supuesto que no me imaginaba este momento. Cuando empecé a sentir que la gente coreaba las canciones y todo el Almaqueloide, si me imaginé que mi carrera estaba encaminándose, me dio muchísima esperanza a mi vida, muchísimo ánimo. Y he llegado a 10 años sin tocar en boliches, solamente en teatros y festivales, con público y teatros agotados en todas las ciudades. No, no me imaginaba.
PC. ¿Qué puede esperar tu audiencia de este concierto de 25 años?
GV. Es una recreación lo más cercana a lo que se grabó en el ‘98, y eso es muy divertido, porque ya en el repertorio normal tocamos varias canciones, pero las he ido arreglando un poco, metiendo cosas, y ahora estamos volviendo a la versión más fiel posible. Eso me causa problema, porque yo hace 25 años tenía un poco más agilidad y tocaba distinto la guitarra. Hay unos tres solos que me están haciendo sufrir. Pero es divertido, es un desafío de mí mismo contra mi yo joven que ando disfrutando. Estamos haciendo las 11 canciones del álbum en orden, en su tonalidad original. Y eso no es normal, por eso te lo cuento, porque, sin tirar muchos nombres, muchísima de la gente que tiene un recorrido largo y hace festejos de 25, 30 años de sus discos, le bajan un tono, tono y medio, porque obviamente los años pesan y es difícil. Pero yo quiero arriesgarme, quiero lograr cantar y tocar en la tonalidad original del ‘98. Y después vamos a tocar una selección de clásicos, lo que pida la gente.
PC. Recientemente hiciste la gira Teoría de Cuerdas, ¿qué proyectos traes para los próximos años?
GV. Acabamos de terminar la gira. Fue muy lindo, he disfrutado muchísimo. Muy distinto a lo que he venido haciendo todos estos años. Otro concepto musical, un diálogo con un cuarteto de cuerdas clásico, cuatro chicas de la Orquesta Sinfónica Nacional, muy capas, y un cuarteto popular, que éramos nosotros, pero con un sistema y un diseño para que haya una conversación. Fue muy lindo escribir esos arreglos y tengo cosas que voy a continuar. Yo creo que mis proyectos para el 2024 pasarían primero por escribir un álbum nuevo, estoy con muchísimas ganas. En segundo lugar, es muy posible que tenga dos proyectos para grabar, uno está listo, el Hermetismo tiene una parte dos que ya está escrita. Salió en pandemia y dejé 8 canciones afuera, que están buenas y merecen ser grabadas. Pero también tengo en la cabeza, luego de Teoría de Cuerdas, regrabar una versión nueva del Hermetismo que sea con cuerdas. Con esas tres cosas tengo por demás, y quizás un poco más de eso.
Eso es la felicidad. Mi gato y eso.
PC. ¿Qué es un cuarto de siglo para ti?
GV. Nombrarlo suena bastante pesado, largo, denso. O no. Depende de cómo lo mires y cómo te sientas. Llevo 33 años de carrera encima de los escenarios, en el estudio de grabación, escribiendo en mi casa y dando clases. Eso me ha hecho muy feliz. Soy muy feliz tocando. No he hecho otra cosa en mi vida, a pesar de haber estudiado Economía. Agradecer al jovencito que fui, terco y necio, que he peleado con mi familia, con mis padres para poder estudiar y seguir haciendo mi vida con esto. Por supuesto que la vida pasa, estoy envejeciendo y la cosa se va a poner más complicada cada vez. No sé cuánto tiempo más pueda estar así, tocando, lo que la salud me permita. Yo lo que sé es que muero de ganas de escribir canciones, amo escribir y salir a tocar. Soy, y lo digo sin ninguna arrogancia, uno de los pocos músicos que vive y labura y gira y da conciertos y graba tocando 100% de composiciones propias, con público que paga entrada para verme. Eso es la felicidad. Mi gato y eso. Así que mientras tenga esta pasión tan viva, que me hace sentir igual que cuando tenía 20, 18, 23 años, voy a estar aquí.