Maffei presentó la biografía novelada de Adela Zamudio
El autor mendocino trabajó desde Tarija para lograr su primera novela, a la que puso punto final después de 5 años.
En el patio central del restaurante El Marqués, César Maffei se acompañó de Isa Antelo, Liliana Arce y Alejandra Zurita para recibir a unas 70 personas que llegaron a escuchar algunos pormenores de la confección de una obra que, a través de la ficción, pero sin abandonar el rigor histórico, ofrece al lector una rica idea de la vida de Adela Zamudio y su tiempo.
Maffei relató que se encontró con Adela gracias a un trabajo fallido sobre historia de Bolivia, a partir del cual comenzó a leer sobre ella, quedando impresionado por los datos de su vida. Asumida la obsesión, el mendocino investigó mucho y elaboró una cronología de la vida de Zamudio para estructurar una historia consistente.
“Era una virtud quedarse en la casa, no exponerse. De la casa del padre a la casa del marido, y rogar que este no se muera”
A través de recursos narrativos inspirados en el lenguaje cinematográfico, su esfuerzo nos presenta a una Adela que prescinde de los adornos morales de su época, en los que los biógrafos trataron de encasillar los hechos de su vida y los fundamentos de sus ideas. Además, tratando de salvar “el lío de ponerla a caminar en la Cochabamba de 1880”, Maffei consigue describir calles, mercados, instrumentos de escritura, billetes de banco, personajes y el ambiente de opresión patriarcal del cual Zamudio se apartó con el golpe de su firma.
“Era una virtud quedarse en la casa, no exponerse. De la casa del padre a la casa del marido, y rogar que este no se muera. Tener que esconder su nombre si tenía que decir lo que pensaba o sentía. Pero Adela fue pionera por escribir con nombre propio. Se da el lujo de firmar”, comentó Maffei.
Contestando por qué decidió presentar la biografía novelada en Tarija, el autor respondió que simplemente quería que viera luz ahí donde nació la obra, además de la ciudad natal de Adela. Pero también compartió un nexo contundente entre la vida de Adela y un personaje tarijeño al comentar el tiempo de la creación de escuelas laicas en las que se impulsó la educación de las niñas. Adela Zamudio fue encargada de crear y dirigir la primera escuela municipal con este enfoque, y en su gestión recibió el apoyo del entonces Ministro de Instrucción Juan Misael Saracho, cuyos actos han sido parte de la historia de la educación en Bolivia.