Sadid Arancibia, el artista multifacético que cuestiona la territorialidad del arte en Tarija
El joven tarijeño es pintor, muralista, actor de teatro, dramaturgo y escritor.
Aunque se enfoca más en el muralismo, Sadid conoce las técnicas de pintura acrílica, acuarela, tinta china y dibujo. El joven artista forma parte del colectivo muralista “Nereta Movimiento Artístico”, y sueña con “una comunidad de muralistas tarijeños con la que proyectamos una visión de lucha social y cuestionamos la manera en que los espacios sociales se cierran y se nos excluye”.
El artista se formó en la Escuela de Bellas Artes José Santis Mujica, y en el Instituto Superior CCA del Sur. “Atribuyo el crecimiento de mi trabajo a todos y todas mis compañeras de Nereta; a maestros como Roberto Albisú o Viviana Palestini; a las grandes obras de maestros del arte como Walter Solón Romero o Gil Imana”.
“En algún momento, todos querían que se acabe la cuarentena. Pero ahora quieren todo virtual. Ya no quieren encontrarse”
Sadid es miembro activo de “Ñandereko Territorio Cultural”, centro cultural ubicado en el barrio 19 de marzo desde el cual lucha por la desprivatización del arte en Tarija. Él quiere que se entienda que la ciudad no se acaba en las tres cuadras que rodean el centro, y que existe una periferia rica en cultura y arte; que las artes son un trabajo, y aquellos que las hacen deben atreverse a ganar y dejar de ofrecer sus obras por nada, acostumbrando al público tarijeño a que todo sea gratis.
Su reclamo parte de la experiencia en otras ciudades bolivianas en las que las lógicas de los colectivos de arte permiten el desarrollo de una economía dinámica. “En La Paz, el movimiento artístico está instaurado y la gente no se queja por pagar Bs.100 para ver una obra de teatro. En Tarija, si cobras más de Bs.15 ya lo ven caro. Y no porque lo sea, sino porque no hay la misma mirada sobre el trabajo del artista”.
Sadid también estudió en la Escuela de Instructores de Teatro Popular, y creció con experiencias y aprendizajes junto a maestros y compañeros como Freddy Chipana, Daniel Martínez y Ronald Millares. Es actor y colaborador incansable de los grupos Itaú Teatro y Jësaete Teatro, y con este último ha montado “00H:23M:23S”, obra de su autoría. “Ha sido muy complicado durante la pandemia. Intentamos hacer radio teatro u otras actividades, pero nunca fue lo mismo. El muralismo nos sostuvo. A pesar de las condiciones en las que nos encontrábamos, llegaron contratos”.
La obra de Sadid puede verse en murales de ciudades como Tarija, Santa Cruz y Cochabamba, en los que ha ilustrado problemáticas diversas como el cambio climático, la diversidad sexual, la violencia contra la mujer y el avasallamiento de territorios indígenas y campesinos. Pero hoy enfrenta la problemática de un público que ya no se acerca a la actividad cultural. “En algún momento, todos querían que se acabe la cuarentena. Pero ahora quieren todo virtual. Ya no quieren encontrarse”.