Helen Ugarte y la magia de dar vida al croché
No hay personaje que Helen no pueda replicar con su punto y creatividad.



En la búsqueda de nuevas oportunidades fue que hace 16 años Helen Ugarte se mudó de su natal Potosí a la ciudad de Tarija. Y es en la carrera por independizarse que emprende con sus productos a croché en su negocio Creaciones Kira.
A sus 48 años Helen tiene tres hijos con los que vive y quienes la apoyan en su labor de emprendedora. Esa intención de empezar a generar ingresos con un negocio propio siempre estuvo de la mano con las ganas de crear, pues Helen tiene una faceta artística que le permite diseñar sus productos con un cariño y sensibilidad únicos.
Creaciones Kira tiene a los amigurumis como sus principales productos. Estos son unos muñecos de entre 15 a 25 centímetros de puro croché. Con esa técnica Helen replica a casi cualquier personaje a pedido de sus clientes. Aunque personajes famosos y modernos como el Capitán América, Iron Man o Remy de Ratatouille le son los más exitosos, la habilidad de darles vida con sus manos la adquirió hace cuatro décadas.
“Pongo todo de mí para crear un muñeco”.
Helen aprendió las bases del croché en el colegio, y fue su madre quien la introdujo al mundo de la costura con variedad de técnicas. Sin embargo, es con el punto enano, el más simple según cuenta, con el que diseña los cuerpos, músculos, miradas, armaduras, trajes, zapatos y todo lo referente a un personaje. La única dificultad con la que suele toparse es la limitada paleta de colores; cuenta que entre la oferta local no siempre halla el tono exacto que requiere, pero sus clientes lo dejan pasar.
Para crear estos amigurumis Helen tomó inspiración de las imágenes en internet. Sin guías ni cursos empezó a imitar los muñecos y fue aprendiendo cómo dotarlos de vida y personalidad. Para ella es un trabajo que implica mucho de su parte, más allá del tiempo, que son unos dos a tres días por producto, Helen se esmera por lograr cada detalle. Pone tanto de sí misma que ella que siente que suele transmitir su estado de ánimo en las expresiones de sus muñecos, motivo por el cual a veces posterga un día la producción si su humor no es el mejor.
Entre las anécdotas que su trabajo le hizo vivir está la vez que don Carlos, un fiel cliente, le encargó 17 muñecos en un solo pedido. Se trataba de toda la colección de héroes de Marvel.
La reacción de un cliente feliz es lo que la motiva a seguir cada día, así como los constantes desafíos con los que se topa. El saber que cada amigurumi es único hace aun más especial su trabajo.