Natalia Landaeta: “Trabajo para que se respete la mano de obra local”
En Lotus Natalia ofrece tejidos fabricados por artesanos.



La vida de Natalia Landaeta Imaná se divide en distintas áreas en las cuales se desempeña simultáneamente. Esta mujer cochabambina de 38 años mantiene dos emprendimientos a la par que ejerce como madre.
Aunque Natalia originalmente se formó como ingeniera ambiental, dejó de lado ese rubro para convertirse en la mamá que soñaba. Explica que la ingeniería ambiental requiere de mucho trabajo en áreas alejadas de la ciudad y por lo mismo implicaba alejarse de su familia.
Fue hace cuatro años que en uno de sus últimos trabajos en el campo conoció a una comunidad de tejedores. Ella recuerda que realizaban muy buenos trabajos con sus tejidos, mas sufrían de dificultades para comercializarlos. La comunidad estaba alejada, por lo que el movimiento económico era escaso.
De esa manera Natalia se propuso apoyar a la comunidad y encontrar la forma de que puedan vender sus productos. Para ese propósito creó Lotus, su emprendimiento. Luego de mostrar algunos tejidos a sus seres cercanos, y que estos se mostraran interesados, Natalia estaba segura de poder ayudar.
“Hay que respetar la mano de obra local”
La propuesta que les hizo a los tejedores era la de fungir como intermediaria y recibir una comisión a cambio. Ellos aceptaron al instante.
Desde el inicio que Natalia planeó el proyecto como una manera de revalorizar la mano de obra local y como una forma de manifestar respeto por el trabajo de los productores. Se sintió muy asombrada cuando vio la aceptación que los tejidos tenían en el mercado cochabambino. Los primeros productos fueron unas pañoletas tejidas con aguayo. Estas tuvieron un éxito rotundo.
Desde entonces que Natalia viajaba cada cierto tiempo a la comunidad para planear nuevos productos. La sociedad rendía los frutos que ella esperaba. Sin embargo, con la llegada de la pandemia por covid-19 las ventas bajaron tanto que Natalia daba a Lotus por perdido.
Una de las maneras que encontraron para salir adelante fue la reconfección de unas mochilas que habían comprado al por mayor. Estas significaron la “salvación” de Lotus. Natalia destaca que muchas se vendieron a Tarija.
El resto del catálogo de Lotus lo componen productos como cojines de puyo, alfombras e individuales.
Para el futuro Natalia espera, una vez la crisis pase, empezar a planear la apertura de una tienda física para Lotus.