Ángel Castillo y la cruzada por crear una cultura del café boliviano
Ángel promueve el consumo y valoración del café boliviano.



La historia de Ángel Castillo Lizarazu con el café empieza hace 6 años. Él, gran apasionado por el café, sentía una especial atracción y curiosidad por el arte latte. Esta capacidad de crear diseños en la misma espuma de la bebida fue la chispa que encendió la ardiente pasión por este mundo.
“A mí, como a muchas otras personas, fue el arte latte lo que me atrapó. Muchos empezamos por ahí”, cuenta Ángel.
“Tenemos una tierra bendecida, no hay que desperdiciar su producto”.
Desde entonces Ángel se capacitado de distintas maneras para ser alguien certificado en el medio, además de que fue hace 6 años que tuvo su primer trabajo en una cafetería. Desde entonces no se ha separado nunca de los granos por moler y las tazas por llenar.
A sus 31 años tiene la misión de la crianza de su hijo junto a su esposa, pero también tiene otro objetivo bien marcado y de vital importancia para él: crear una cultura del café boliviano. Su pasión no se trata solo de catar y preparar cafés, sino de trabajar todos los días para que este producto boliviano pueda ser reconocido en el país como él cree que se merece.
Ángel explica variados motivos por los que los bolivianos deberían valorar más el café nacional, todos de igual importancia. Entre los primeros, dice: “Tenemos una tierra bendecida capaz de darnos un producto de muy buena calidad. No hay nada que envidiar al extranjero”.
La cadena de producción del café es extensa. Inicia con las personas que lo siembran y cosechan; luego están los que realizan el transporte a la ciudad; ya en un café, los trabajadores que lo muelen, preparan y llevan a la mesa; finalmente, el consumidor. En el medio hay más intermediarios, catadores y tostadores. Es toda una industria.
“Hay una falta de cultura del café y educación por consumir el producto boliviano”.
Si ya hay competencia con cafés extranjeros, también puede haberla con otros productos nacionales. Ángel cuenta que muchos sembradores de café deciden empezar a sembrar coca porque hay más cosechas anuales y les resulta más lucrativo.
Para salvar y hacer crecer al café boliviano, Ángel brinda talleres de diversos temas relacionados, asegura que “falta la educación y cultura de conocer los productos locales”. Sus próximos talleres serán en Cochabamba y La Paz.
Finalmente, aconseja a los que recién entran a este mundo: “La base del cambio está en el conocimiento. Para apreciar un café debemos conocer su trazabilidad, origen, historia, características, productor… Un café gourmet no dice nada sin lo anterior. Además, hay que brindar un pago justo”.