Roberto Pérez, soñar y vivir música sin fronteras
Sin un profesor de flauta constante, entendió que sus oportunidades dependían de él



El primer acercamiento de Roberto Pérez Lujo al mundo de la música se dio con la guitarra, tocadas esporádicas y un aprendizaje empírico. A sus 12 años, un compañero lo invitó a clases en la Orquesta Departamental de Tarija, y él aceptó con la idea de que encontraría una guitarra entre los instrumentos de la institución, no fue así: “Yo quería entrar a guitarra, no sabía que no hay”.
“Entonces yo era tímido”, recuerda, “y al llegar al lugar mi amigo dijo que me den una flauta traversa, yo solo acepté”. Así comenzó la carrera musical que hoy, con 21 años, espera consolidar.
A Roberto le gustó más la idea del aprendizaje académico de la música que el empírico porque: “En la orquesta se trataba de progreso, de tocar cada vez mejor”.
“Se trata de progresar, la siguiente semana tocar mejor que esta, siempre”.
En los primeros meses de orquesta, Roberto dedicaba una hora diaria a ensayar y aprender, añade: “Como era gratis, no tenía que preocuparme si no podía entrar al siguiente mes, y me daban también el instrumento”. Progresivamente fue sumando horas diarias de aprendizaje, hasta dedicar todo el tiempo posible: “Si no estaba en el colegio, estaba ensayando”.
Roberto siente que esos primeros años fueron esenciales: “He sentado unas bases, que hasta hoy me sirven”. Explica: “Mi profesor tenía un método simple y eficaz, que me ayudo a forjar las bases esenciales para progresar”. Ése es un punto clave en la historia de Roberto.
Durante varios años Roberto no tuvo un profesor especifico de su instrumento, sin embargo, esto jamás fue un problema ya que, asistía cada que se presentaba la oportunidad, a talleres que gestionaba no solo la Casa de la Cultura, sino también la Orquesta Académica de Tarija y la fundación musical Bravura. Es gracias al convenio existente con Iberacademy que le permitían acceder a encuentros, talleres, masterclass, etc., con maestros de diferentes partes del mundo, especializados y reconocidos en diversas áreas, por ello se mantuvo siempre cerca del mundo académico y en un crecimiento constante.
“Me puse muy serio con la música. Tengo 21 años y se me acaba el tiempo”.
Fue gracias al programa y las gestiones de la OAT, junto con la Fundación musical Bravura de Cochabamba, que Iberacademy le dio una beca para estudiar el pregrado de Música en la Universidad EAFIT, donde se unirá próximamente para poder consolidar el sueño de dedicarse enteramente su pasión.
Roberto se dijo a sí mismo que lograr ese anhelo dependía solo de él: “Me tomé muy enserio el estudio”, ahora está a punto de comenzar ese sueño de vivir de su pasión.