¿Ejercicios sin desayunar?
José Arciénaga Preparador físico Parece que ejercitarse antes del desayuno puede ser más beneficioso para la salud que hacerlo después de ingerir los primeros alimentos de la mañana. Los resultados de un nuevo estudio sobre la actividad física indican que el momento en que comemos...



José Arciénaga Preparador físico
Parece que ejercitarse antes del desayuno puede ser más beneficioso para la salud que hacerlo después de ingerir los primeros alimentos de la mañana. Los resultados de un nuevo estudio sobre la actividad física indican que el momento en que comemos afecta cuánta grasa quemamos durante el ejercicio, además de que modifica la actividad molecular dentro de las células grasas o adiposas de manera que podría tener implicaciones a largo plazo para nuestro bienestar físico.
Desde hace tiempo los atletas y científicos han sabido que el momento de ingerir alimentos afecta el desempeño. Es muy obvio que, si comes primero, tienes niveles relativamente altos de azúcar en sangre. Los músculos que trabajan pueden usar rápidamente esta glucosa como combustible. Por otro lado, si estás en ayunas antes de hacer ejercicio, tus músculos dependen sobre todo del escaso abastecimiento en tu cuerpo de carbohidratos almacenados o de sus mayores reservas de grasa.
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Tener acceso a esta grasa, sin embargo, requiere de más pasos metabólicos para que esté disponible como energía, lo que la hace una fuente de combustible relativamente ineficaz durante los momentos de ejercicio extenuante. Como regla general, el cuerpo tiende a recurrir a la grasa como su fuente primaria de combustible cuando el ejercicio es más moderado. Sabiendo esto, muchos atletas experimentan con el momento de comer, a menudo entrenado arduamente con el estómago vacío, con la esperanza de que esta estrategia alentará a sus cuerpos a volverse más adeptos a usar la grasa como combustible.
Parece que ejercitarse antes del desayuno puede ser más beneficioso para la salud que hacerlo después de ingerir los primeros alimentos de la mañana. Los resultados de un nuevo estudio sobre la actividad física indican que el momento en que comemos afecta cuánta grasa quemamos durante el ejercicio, además de que modifica la actividad molecular dentro de las células grasas o adiposas de manera que podría tener implicaciones a largo plazo para nuestro bienestar físico.
Desde hace tiempo los atletas y científicos han sabido que el momento de ingerir alimentos afecta el desempeño. Es muy obvio que, si comes primero, tienes niveles relativamente altos de azúcar en sangre. Los músculos que trabajan pueden usar rápidamente esta glucosa como combustible. Por otro lado, si estás en ayunas antes de hacer ejercicio, tus músculos dependen sobre todo del escaso abastecimiento en tu cuerpo de carbohidratos almacenados o de sus mayores reservas de grasa.
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Tener acceso a esta grasa, sin embargo, requiere de más pasos metabólicos para que esté disponible como energía, lo que la hace una fuente de combustible relativamente ineficaz durante los momentos de ejercicio extenuante. Como regla general, el cuerpo tiende a recurrir a la grasa como su fuente primaria de combustible cuando el ejercicio es más moderado. Sabiendo esto, muchos atletas experimentan con el momento de comer, a menudo entrenado arduamente con el estómago vacío, con la esperanza de que esta estrategia alentará a sus cuerpos a volverse más adeptos a usar la grasa como combustible.