Un trastorno no atendido
Depresión postparto: Las madres también piden ayuda
Son recurrentes los casos en los que las mujeres atraviesan sentimientos de impotencia, culpa, melancolía o hasta rechazo a los bebés que acaban de dar a luz, pero el sistema de salud no lo atiende



Culpa, melancolía, falta de energía y hasta rechazo al recién nacido, son algunos de los síntomas que enfrentan las madres que padecen una depresión postparto, un mal que pasa desapercibido para el sistema sanitario boliviano porque la salud mental de la mujer durante y luego de la gestación no es atendida.
Se trata de un episodio que la mujer puede atravesar luego de un parto, ya sea por cesárea o natural, presenta sentimientos similares, pero relacionados a la maternidad y su relación con el neonato.
“Se supone que con la llegada del bebé la mujer tendría que estar rebosante de alegría, emocionada. Pero pasa que muchas mujeres que no viven esta etapa con la dicha esperable, se sumen en un sentimiento de tristeza, de angustia”, es parte de la explicación que da la psiquiatra Raquel Caero del Instituto Nacional de Prevención, Tratamiento y Rehabilitación de Drogodependencias y Salud Mental (Intraid).
Se trata de episodios que son desconocidos o menospreciados en muchas ocasiones por parte del entorno de la madre. Por esto, en lugar de brindar contención se juzga a las mujeres por no tener una reacción “normal” ante el nacimiento de su bebé.
“Para muchas personas es incomprensible y culpabilizan a la mujer porque no tiene la energía para cuidar a su bebé, no tiene la paciencia necesaria. Entonces les dicen cosas como ‘¿qué pasa?’ o ‘eres una mala madre’ y la mujer se siente mucho más presionada al tratar de disimular esta situación, eso puede ser peor porque conlleva a un mayor desgaste”.
Los datos oficiales y las estadísticas disponibles se centran en otros factores, como la edad de las madres, cantidad de hijos por familia, si se trata de un embarazo planificado o no.
Por otra parte, los controles prenatales se enfocan en el crecimiento del feto, tamaño, peso, sexo y si el estado físico de la gestante le permite llevar la gestación, más no hay una cifra sobre la cantidad de casos de depresión post parto.
Caero explica que las causas pueden ser multifactoriales. Un gran porcentaje está relacionado con situaciones previas, como que se trate de un embarazo no deseado, una economía inestable, una mala relación con el padre u otras que generan sentimientos de incertidumbre, ansiedad o tristeza.
También hay casos en los que existen alteraciones químicas en los neurotransmisores en el cerebro. Se trata de situaciones en los que la mujer no está preparada para adaptarse a los cambios que conlleva el embarazo, eso puede generar un desequilibrio físico y hormonal. “Puede que la mujer tenga el mejor matrimonio, una estabilidad económica muy buena, que sea un embarazo deseado, pero por esta situación puede presentar toda la sintomatología”.
Para etapas como la gestación, se preparan las doulas que tienen la misión de acompañar a las mujeres brindando información y apoyo. Laura Lea Plaza es una de ellas y relaciona aún más las condiciones de la vivencia del embarazo y una posible depresión post parto.
Hay también un cuadro denominado “baby blues” que es más leve que una depresión.
“Hay una melancolía difícil de explicar o llantos desbordados porque hay una dinámica hormonal. Una necesita su espacio y su tiempo para reacomodarse a que se escribe una nueva narrativa de vida”, apunta.
Para evitar estos episodios es importante que la mujer viva un embarazo gozoso, un parto informado y que no tenga que pasar por situaciones de violencia obstétrica, que son recurrentes.
El apunte
Necesidad de diagnóstico
La psiquiatra Raquel Caero asevera que al menos debería haber una consulta de evaluación a las mujeres cuando están gestando, a fin de descartar o identificar un posible caso de vulnerabilidad o inestabilidad emocional.
“Una consulta para que si no hay ninguna problemática se le pueda decir que está todo bien y puede no volver. Pero si existen factores de riesgo que hacen pensar que pueda pasar alguna cosa, la mujer debería ser sujeta a una evaluación y se podría hacer un abordaje para prevenir un cuadro de trastorno depresivo. En ese caso podría determinar si se requiere terapia o tal vez incluso un acompañamiento farmacológico”.