Policía allana oficinas de la constructora IMER por presunta estafa en Tarija



Este miércoles la Policía allanó las instalaciones de la empresa IMER Internacional en Tarija, pues un grupo de personas denunciaron que esta constructora habría estafado a más de 600 familias prometiéndoles casas a cambio de una cuota de 5.000 bolivianos.
Este monto de dinero por familia fue entregado hace más de cuatro años para que se relice un estudio a diseño final de las casas, posterior a ello, la empresa captaría un préstamo internacional, compraría los lotes, construiría las viviendas y las vendería a bajo costo por cuotas a 20 años plazo, según señalaron los afectados a Play Noticias.
Son 14 asociaciones que fueron parte de este "proyecto de viviendas", cada asociación alberga entre 50 y 200 familias.Quienes estarían al frente de esta empresa según los denunciantes son: Jose Luis Orozas, Gerardo Orozas y Yasmani Rivera Pando Castillo.
El abogado de IMER, Fernando Aguilera, señaló que esta empresa es una gestora de proyectos y que los pagos se realizaron a consultores externos de la empresa, por lo cual, asegura que no habrían pruebas de que las personas depositaron el dinero a nombre de la empresa.
Sin embargo, los afectados señalaron a El País que fueron personas que trabajaban en esa empresa las que señalaron como debía hacerse el proceso para acceder a las viviendas, primero debían conformar una asociación con personería jurídica, ellos trajeron un abogado que "tenía conocimiento del tema", después indicaron que la constructora Castle era la más indicada para realizar el diseño de la urbanización, pues este debía ser enviado a Argentina y allí ya habían aprobado proyectos que realizó dicha constructora.
Posterior a ello, los ingenieros que socializaban el proyecto con cada asociación indicaron que sería IMER quien estaría al frente de la construcción de las viviendas. Los mismos dueños de esta última empresa participaron en varias reuniones con las asociaciones, señalaron que los recursos porque eran "muchos" tardaban en llegar al país y que se necesitaban una serie de permisos, mientras tanto los años continuaron pasando y IMER pedía paciencia.