El agresor fue reconocido
Una menor fue golpeada violada y casi asfixiada
Sucedió en la comunidad de Yaguaca, del municipio de Yacuiba. Tras la agresión, la adolescente pudo reconocer a su agresor cuando éste se daba a la fuga
El municipio de Yacuiba fue testigo de un nuevo caso de violación a una menor de edad, un hecho que casi termina en feminicidio, cuando una adolescente de 15 años de edad fue golpeada, violada y casi asfixiada por su agresor, un joven de 21 años, al que finalmente pudo reconocer la víctima.
De acuerdo con información proporcionada a la Defensoría de la Niñez y Adolescencia DNA de aquel municipio, el hecho sucedió en abril, pero la denuncia se presentó recién la anterior semana. La agresión sucedió en la comunidad de Yaguaca, debajo del puente de aquel lugar y el agresor identificado por la víctima sería M.V.R. (según sus iniciales), de 21 años de edad.
De acuerdo al relato de la adolescente a la DNA, el hecho sucedió el 29 de abril en hora de la mañana, cuando ella estaba pasteando los chanchos de su familia, junto a su hermano y hermana, pero ella tuvo que alejarse de ellos, puesto que los chanchos se metieron adentro del monte y tuvo que ir a buscarlos, mientras que sus otros dos hermanos se quedaron atrás con los otros chanchos.
Recuerda que cuando estaba yendo detrás de sus animales, vio que un hombre apareció detrás de ella y cuando éste vio que ella se dio cuenta, fue rápidamente hacia la menor y la golpeó con una piedra en la cabeza, haciéndola caer al piso y perder el conocimiento.
La menor dijo que quería levantarse, pero no podía reaccionar y sólo sentía que era arrastrada por el piso por el sujeto, quien la llevaba hacia el monte. Para esto le puso un trapo oscuro sobre su rostro, en el afán de que ella no lo reconociera.
Una vez que llegaron donde el sujeto pretendía, éste se puso encima de la menor, comenzó a sacarle la ropa, le puso unos trapos en su boca para que la adolescente no grite y comenzó a cometer la agresión sexual, realizándole toques impúdicos en primera instancia y después perpetrando la agresión carnal.
La menor lloraba y luchaba para detener a su agresor, pero éste la amenazó con matarla si no se callaba, pero ella no podía parar, por lo que el sujeto envolvió sobre el cuello de la menor una chompa de ella misma y con eso comenzó a asfixiar a la adolescente, por lo que la víctima luchó con más fuerzas para liberarse y al ver esta reacción de ella, el sindicado la soltó y se fue corriendo para darse a la fuga.
Sin embargo, en su afán por escaparse y ver cómo dejó a su víctima, el sindicado se dio la vuelta y ahí fue reconocido por la adolescente. Tras esto, la menor contó lo sucedido a sus hermanos, quienes la llevaron hasta su domicilio.