Mercados y ferias, los elegidos por descuidistas en cuarentena
La cuarentena ha cambiado el ritmo de vida de la población en todo el mundo, lo mismo ocurrió con doña Silvia (nombre ficticio), quien ya tenía una rutina definida desde hace años. Ella salía todos los días muy temprano de su casa para vender sus productos en el Mercado Campesino. Ahora...
La cuarentena ha cambiado el ritmo de vida de la población en todo el mundo, lo mismo ocurrió con doña Silvia (nombre ficticio), quien ya tenía una rutina definida desde hace años. Ella salía todos los días muy temprano de su casa para vender sus productos en el Mercado Campesino.
Ahora con las diferentes restricciones se hace más complicado que ella pueda llegar desde el barrio Lourdes, pues no existe un servicio regular de transporte y a veces tiene que ir caminando. Lo hace para poder sustentar a su familia, dos hijas jóvenes y un nieto de menos de un año.
Ella cuenta que no siente tanto miedo del contagio del virus del que todos hablan, pero sí se cuida por sus seres queridos. En realidad ella habla de riesgos que siente que son más reales, uno de ellos, la inseguridad que existe en la zona donde vende y donde pasa la mayor parte del día.
Doña Silvia relata que como hace tantos años trabaja allí, ha logrado identificar a muchos de los que conoce como “descuidistas”, que roban las pertenencias de quienes están distraídos al hacer sus compras, aunque también hay quienes arrebatan las carteras o billeteras de sus dueños y se van corriendo.
La mayoría resulta que son adolescentes o jóvenes que conocen cada recoveco de la zona, cómo correr, camuflarse entre la gente y escapar de los policías. Pero doña Silvia no es la única que los reconoce, sino la mayoría de las vendedoras, pero por temor prefieren callar, las más valientes apenas atinan a advertir a quienes están comprando en sus puestos.
“Ellos ya no tienen miedo (…) no nos dicen nada, pero saben que los conocemos. También se dan cuenta a veces cuando le contamos a los policías cómo encontrarlos o cuando le avisamos a la gente igual”, relata.
Ella cuenta cómo una vez que habló con una joven a la que le robaron la billetera de la mochila y la ayudó para que los policías pudieran perseguir a los dos “descuidistas” que ya estaban escapando entre los puestos del interior del mercado. Al parecer otro de sus cómplices estaba afuera.
“Al día siguiente mi puesto estaba un desastre, se han sacado y han botado todo. Todo he perdido esa vez”, recuerda.
En realidad, doña Silvia corrió con suerte, pues dice que a algunas de las vendedoras los antisociales las increparon de frente diciendo que “ellas no tienen que meterse en asuntos ajenos”.
Así, resignada en parte, cuenta cómo se ha convertido en parte de la rutina tener a estos sujetos mezclándose entre la gente que, a pesar de la cuarentena, acude de forma masiva hasta este centro de abasto donde los controles nunca son suficientes porque ellos cada vez son más.
Los casos en números
El director departamental de la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen (FELCC), coronel Armando Asturizaga, informó que este tipo de hechos es más común de lo que uno piensa. Si bien el índice delincuencial se ha reducido aproximadamente en un cincuenta por ciento, lamentablemente aún se registran casos como el mencionado.
La autoridad presentó el informe oficial de toda la gestión 2020 con los datos de robos y hurtos, dando un total de 15 y 5 respectivamente.
En el detalle tenemos que en cuanto a robos en enero se tuvo 4, en febrero 3, en marzo 5 y en abril 3. Casos de hurto en enero hubo 1, en febrero 3 y en marzo 1. Sin embargo, hay que apuntar que en cuanto a los robos, aunque parezca bajar la cifra, aún no ha concluido el mes.
Asturizaga también señaló que hay casos en los que los “descuidistas” pueden ser atrapados por los oficiales, pero si no existe flagrancia o si las víctimas no formalizan la denuncia, la institución está obligada a dejarlos en libertad nuevamente.
Además, la autoridad refiere que estos casos no se registran solamente en el Mercado Campesino, sino que ahora también ocurren en las ferias de abastecimiento que se instalan en diferentes puntos de la ciudad.
“Estos antisociales operan en donde hay aglomeraciones, como los mercados y ferias. Por eso aconsejamos evitar lo más posible las multitudes en espacios reducidos porque ahí somos más vulnerables a que puedan sustraer nuestra billetera y demás”, apuntó.
También recomendó no utilizar el celular ni sacarlo a cada instante para llamar o enviar mensajes. Lo mismo con el dinero, que no se debe contarlo en esquinas o puntos donde la persona pueda ser observada por los delincuentes que así descubren dónde guarda sus pertenencias de valor. En general es preferible colocar todo lo que sea de valor en los bolsillos delanteros, igual que si lleva una cartera o mochila.
Finalmente, la autoridad conminó a las personas a que puedan hacer la denuncia para que se siga el proceso penal en contra de estos sujetos, y también brindar algunos consejos para la prevención de robos.
Ahora con las diferentes restricciones se hace más complicado que ella pueda llegar desde el barrio Lourdes, pues no existe un servicio regular de transporte y a veces tiene que ir caminando. Lo hace para poder sustentar a su familia, dos hijas jóvenes y un nieto de menos de un año.
Ella cuenta que no siente tanto miedo del contagio del virus del que todos hablan, pero sí se cuida por sus seres queridos. En realidad ella habla de riesgos que siente que son más reales, uno de ellos, la inseguridad que existe en la zona donde vende y donde pasa la mayor parte del día.
Doña Silvia relata que como hace tantos años trabaja allí, ha logrado identificar a muchos de los que conoce como “descuidistas”, que roban las pertenencias de quienes están distraídos al hacer sus compras, aunque también hay quienes arrebatan las carteras o billeteras de sus dueños y se van corriendo.
La mayoría resulta que son adolescentes o jóvenes que conocen cada recoveco de la zona, cómo correr, camuflarse entre la gente y escapar de los policías. Pero doña Silvia no es la única que los reconoce, sino la mayoría de las vendedoras, pero por temor prefieren callar, las más valientes apenas atinan a advertir a quienes están comprando en sus puestos.
“Ellos ya no tienen miedo (…) no nos dicen nada, pero saben que los conocemos. También se dan cuenta a veces cuando le contamos a los policías cómo encontrarlos o cuando le avisamos a la gente igual”, relata.
Ella cuenta cómo una vez que habló con una joven a la que le robaron la billetera de la mochila y la ayudó para que los policías pudieran perseguir a los dos “descuidistas” que ya estaban escapando entre los puestos del interior del mercado. Al parecer otro de sus cómplices estaba afuera.
“Al día siguiente mi puesto estaba un desastre, se han sacado y han botado todo. Todo he perdido esa vez”, recuerda.
En realidad, doña Silvia corrió con suerte, pues dice que a algunas de las vendedoras los antisociales las increparon de frente diciendo que “ellas no tienen que meterse en asuntos ajenos”.
Así, resignada en parte, cuenta cómo se ha convertido en parte de la rutina tener a estos sujetos mezclándose entre la gente que, a pesar de la cuarentena, acude de forma masiva hasta este centro de abasto donde los controles nunca son suficientes porque ellos cada vez son más.
Los casos en números
El director departamental de la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen (FELCC), coronel Armando Asturizaga, informó que este tipo de hechos es más común de lo que uno piensa. Si bien el índice delincuencial se ha reducido aproximadamente en un cincuenta por ciento, lamentablemente aún se registran casos como el mencionado.
La autoridad presentó el informe oficial de toda la gestión 2020 con los datos de robos y hurtos, dando un total de 15 y 5 respectivamente.
En el detalle tenemos que en cuanto a robos en enero se tuvo 4, en febrero 3, en marzo 5 y en abril 3. Casos de hurto en enero hubo 1, en febrero 3 y en marzo 1. Sin embargo, hay que apuntar que en cuanto a los robos, aunque parezca bajar la cifra, aún no ha concluido el mes.
Asturizaga también señaló que hay casos en los que los “descuidistas” pueden ser atrapados por los oficiales, pero si no existe flagrancia o si las víctimas no formalizan la denuncia, la institución está obligada a dejarlos en libertad nuevamente.
Además, la autoridad refiere que estos casos no se registran solamente en el Mercado Campesino, sino que ahora también ocurren en las ferias de abastecimiento que se instalan en diferentes puntos de la ciudad.
“Estos antisociales operan en donde hay aglomeraciones, como los mercados y ferias. Por eso aconsejamos evitar lo más posible las multitudes en espacios reducidos porque ahí somos más vulnerables a que puedan sustraer nuestra billetera y demás”, apuntó.
También recomendó no utilizar el celular ni sacarlo a cada instante para llamar o enviar mensajes. Lo mismo con el dinero, que no se debe contarlo en esquinas o puntos donde la persona pueda ser observada por los delincuentes que así descubren dónde guarda sus pertenencias de valor. En general es preferible colocar todo lo que sea de valor en los bolsillos delanteros, igual que si lleva una cartera o mochila.
Finalmente, la autoridad conminó a las personas a que puedan hacer la denuncia para que se siga el proceso penal en contra de estos sujetos, y también brindar algunos consejos para la prevención de robos.