Crisis: hostal ofrece muñecas sexuales
La dueña de una casa de huéspedes en Hong Kong se vió obligada a buscar una solución para su negocio en medio a la crisis del COVID-19. Para mantener su empresa a flote, decidió ofrecer muñecas sexuales a los clientes. Aunque Hong Kong presenta una cantidad relativamente baja de casos de...
La dueña de una casa de huéspedes en Hong Kong se vió obligada a buscar una solución para su negocio en medio a la crisis del COVID-19. Para mantener su empresa a flote, decidió ofrecer muñecas sexuales a los clientes.
Aunque Hong Kong presenta una cantidad relativamente baja de casos de COVID-19, poco menos de 900 personas contagiadas, sus calles, que suelen estar llenas de turistas, ahora están vacías. Debido a que la pandemia ha obligado a los países a suspender los viajes y confinar a las personas a sus hogares, se espera que unos 200 hoteles cierren en la ciudad solamente este mes debido a la ausencia de turistas.
Después de encontrarse con un amigo que vendía muñecas sexuales, Shirley (nombre fictício) decidió convertir su casa de huéspedes recién adquirida en Hong Kong en un burdel de muñecas.
Para evitar posibles problemas legales, Shirley y Kenneth han consultado a un abogado, quien les explicó que el burdel no infringe las leyes de Hong Kong.
“Si la presión pública me impide seguir, simplemente me rendiré. Eso no es gran cosa. Al menos lo he intentado”, dijo la empresaria.
Aunque Hong Kong presenta una cantidad relativamente baja de casos de COVID-19, poco menos de 900 personas contagiadas, sus calles, que suelen estar llenas de turistas, ahora están vacías. Debido a que la pandemia ha obligado a los países a suspender los viajes y confinar a las personas a sus hogares, se espera que unos 200 hoteles cierren en la ciudad solamente este mes debido a la ausencia de turistas.
Después de encontrarse con un amigo que vendía muñecas sexuales, Shirley (nombre fictício) decidió convertir su casa de huéspedes recién adquirida en Hong Kong en un burdel de muñecas.
Para evitar posibles problemas legales, Shirley y Kenneth han consultado a un abogado, quien les explicó que el burdel no infringe las leyes de Hong Kong.
“Si la presión pública me impide seguir, simplemente me rendiré. Eso no es gran cosa. Al menos lo he intentado”, dijo la empresaria.