Una abuela se enfrentó a patadas a un ladrón
Una mujer resistió a patadas y bastonazos el pasado lunes al robo de su cartera en pleno centro de Neuquén. “Jamás en mis 85 años me había pasado algo así”, confesó María Laura Bustamante luego de haber sido arrojada al suelo por el delincuente para robarle. Todo comenzó cuando...
Una mujer resistió a patadas y bastonazos el pasado lunes al robo de su cartera en pleno centro de Neuquén.
“Jamás en mis 85 años me había pasado algo así”, confesó María Laura Bustamante luego de haber sido arrojada al suelo por el delincuente para robarle.
Todo comenzó cuando la anciana se dirigía a pagar unas recetas y un hombre se le acercó, y empezó a interrogarla sobre aspectos de su vida, queriendo confundirla haciéndose pasar por alguien cercano y solidario, al cual no ve hace mucho.
Según la jubilada, el joven se presentó como un gasista conocido de su familia. Si bien la mujer al principio le comentó, a medida que pasaba el tiempo, iba desconfiando y escondiendo su cartera.
“Me preguntó por qué me costaba tanto caminar y me dijo que tenía una prima que vendía una pomada buenísima. Ahí me dijo: ’Deme la plata y yo se la compro’. Fue en ese momento en que me di cuenta y me cambié de lugar la cartera”, explicó la abuela.
Ante esta reacción el ladrón aprovechó la vulnerabilidad de la mujer y le abrió la cartera. “Me tiró al suelo y le encajé una patada. Traté de poder sentarme para pegarle de nuevo con el bastón pero él se levantó más rápido”, comentó atormentada María Laura.
Si bien varias personas que caminaban por el lugar llegaron a ayudarla, el delincuente consiguió escapar en su bicicleta, aunque en el camino se le cayó el monedero y “logró recuperar tarjetas y otra parte de efectivo que tenía”.
En el momento del asalto la Policía no se hizo presente a pesar del llamado de una joven.
“Jamás en mis 85 años me había pasado algo así”, confesó María Laura Bustamante luego de haber sido arrojada al suelo por el delincuente para robarle.
Todo comenzó cuando la anciana se dirigía a pagar unas recetas y un hombre se le acercó, y empezó a interrogarla sobre aspectos de su vida, queriendo confundirla haciéndose pasar por alguien cercano y solidario, al cual no ve hace mucho.
Según la jubilada, el joven se presentó como un gasista conocido de su familia. Si bien la mujer al principio le comentó, a medida que pasaba el tiempo, iba desconfiando y escondiendo su cartera.
“Me preguntó por qué me costaba tanto caminar y me dijo que tenía una prima que vendía una pomada buenísima. Ahí me dijo: ’Deme la plata y yo se la compro’. Fue en ese momento en que me di cuenta y me cambié de lugar la cartera”, explicó la abuela.
Ante esta reacción el ladrón aprovechó la vulnerabilidad de la mujer y le abrió la cartera. “Me tiró al suelo y le encajé una patada. Traté de poder sentarme para pegarle de nuevo con el bastón pero él se levantó más rápido”, comentó atormentada María Laura.
Si bien varias personas que caminaban por el lugar llegaron a ayudarla, el delincuente consiguió escapar en su bicicleta, aunque en el camino se le cayó el monedero y “logró recuperar tarjetas y otra parte de efectivo que tenía”.
En el momento del asalto la Policía no se hizo presente a pesar del llamado de una joven.