La muerte del papa Francisco: Su legado y los favoritos a sucederlo
A lo largo de su pontificado, Francisco estuvo al frente de una serie de reformas internas que buscaban mejorar la estructura de la Iglesia



En los 12 años de papado de Jorge Mario Bergoglio, el nombre de pila del Papa Francisco, la Iglesia Católica vivió cambios trascendentales que redefinieron tanto su estructura interna como la percepción global sobre su papel en el mundo. Su llamado por la paz desde una perspectiva progresista estuvo presente en gran parte de su obra. En su último acto público, este Domingo de Pascua, aprovechó para reafirmar la importancia de centrar esfuerzos por los pueblos más necesitados y por el respeto a la libertad religiosa, pues “allí donde no hay libertad religiosa o libertad de pensamiento y de palabra, ni respeto de las opiniones ajenas, la paz no es posible”.
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“Allí donde no hay libertad religiosa o libertad de pensamiento y de palabra, la paz no es posible” Papa Francisco
El pontificado del primer papa latinoamericano y uno de los pocos papas no europeos en la historia de la Iglesia, estuvo marcado por una renovada búsqueda de justicia social, el cuidado del ambiente, la defensa de los derechos humanos y una serie de medidas internas que intentaron revitalizar una institución golpeada por varios escándalos. Sus posturas, sin embargo, no estuvieron exentas de resistencias de los sectores más conservadores dentro del catolicismo y del mundo político. La huella de Bergoglio será difícil de borrar, por eso recogemos algunas de sus decisiones y posturas más relevantes de su mandato.
La llegada como sumo pontífice
El 13 de marzo de 2013, Bergoglio asumió el papado tras la histórica renuncia de Benedicto XVI, tomando el nombre de Francisco. El nuevo pontífice se encontró con el desafío de una Iglesia que había perdido relevancia desde varias décadas, tanto en número de feligreses como en su influencia en un mundo cada vez más secularizado.
Nacido en Argentina en 1936 y parte de la orden jesuita, subrayó en varias oportunidades la necesidad de predicar incesantemente la doctrina social de la Iglesia. En sus 12 años desde la llegada al Vaticano, el Papa Francisco buscó recuperar el papel protagónico de la Iglesia en la geopolítica y en el mundo de la fe católica, abordando temas sociales urgentes, desde la migración hasta la desigualdad económica.
Algunas de sus posturas fueron críticas abiertas con el sistema económico neoliberal y las acciones de las potencias más poderosas del orden global.
A lo largo de su pontificado, Francisco estuvo al frente de una serie de reformas internas que buscaban mejorar la estructura de la Iglesia. En 2022, entró en vigor una nueva Constitución apostólica que descentralizaba la gestión de la Santa Sede y reorganizaba los dicasterios (o ministerios). Esta reforma fue vista como un intento por modernizar la Iglesia y hacerla más accesible a las necesidades del mundo contemporáneo. También renovó el sector financiero vaticano, que había estado envuelto en escándalos de corrupción. Sus decisiones a nivel interno, así como de proyección externa ante los fieles, marcaron un estilo de papado que fue considerado por muchos como una renovación de la Iglesia Católica.
Su obra
Uno de los momentos más emblemáticos de su papado fue la publicación de la encíclica Laudato Si’, el 18 de junio de 2015, donde el Papa alertó sobre la urgente necesidad de proteger el medio ambiente, haciendo un llamado a las potencias mundiales para que tomaran conciencia de lo que él consideraba una “ruta suicida” hacia la destrucción ecológica. Este mensaje no solo buscaba sensibilizar sobre la crisis climática, sino también convocar a un compromiso global y solidario para combatir el deterioro de la naturaleza.
En el ámbito político internacional, el Papa Francisco hizo historia el 22 de septiembre de 2018, al anunciar un acuerdo histórico con China sobre el nombramiento de obispos en el país asiático, que hasta entonces había estado marcado por tensiones y disputas religiosas. Este acuerdo, renovado en 2022, representó un paso hacia la reconciliación entre la Santa Sede y el gobierno comunista chino, abriendo nuevos caminos de diálogo y cooperación.
La postura del Papa frente a los conflictos geopolíticos fue clara. En el contexto del conflicto entre Israel y Palestina, por ejemplo, mostró su apoyo constante al pueblo palestino, estableciendo comunicaciones con el párroco de Gaza casi a diario y condenando las violencias del conflicto. Su empatía por los más necesitados se reflejó en su continuo llamado a la paz, la justicia y la protección de los derechos humanos en zonas de guerra. También sus peregrinaciones a diversas partes del mundo que sufren los efectos de la desigualdad fueron parte de su marca. Por ejemplo, el primer viaje que hizo fuera de Roma fue a Lampedusa, la isla italiana que recibe a cientos de miles de migrantes que se arriesgan a cruzar el Mediterráneo para buscar una mejor vida en Europa.
Sus declaraciones políticas, como el llamado a cesar la guerra en Gaza o sus críticas al gobierno de Javier Milei, provocaron críticas de sectores de extrema derecha. En Argentina, por ejemplo, cuando Milei decidió cerrar agencias estatales como Télam, el Papa mostró su apoyo a los trabajadores y criticó la represión en las calles.
Aunque el Papa, siendo latinoamericano, no se adhirió a la Teología de la Liberación que fue tan importante en esta región en la segunda parte del siglo XX, ni a la politización de la Iglesia, sí abogó por una Iglesia comprometida con los más vulnerables, un principio que, según dijo, existió mucho antes que las ideologías políticas. En su defensa de los derechos de los trabajadores, afirmó que explotar a las personas era uno de los pecados más graves, especialmente cuando se hacía para provecho propio. Lamentó que lo llamaran comunista por su empatía hacia los más débiles, y explicó que su preocupación por lo social estaba profundamente arraigada en la esencia del cristianismo, mucho antes del comunismo. “No es así. El Papa sigue el Evangelio”, señaló en 2023, subrayando que desde el Antiguo Testamento se promovía el cuidado de los más necesitados.
Las posturas del papado de Francisco ante los temas más controversiales
Francisco fue enfático en su condena a los abusos dentro de la Iglesia, asegurando que no había lugar para ellos ni para encubrimientos. En 2024, reconoció que los abusos sexuales a menores eran “la vergüenza y la humillación de la Iglesia” y, en 2021, reformó el Código de Derecho Canónico para endurecer las sanciones a los sacerdotes culpables de abuso.
Frente al lugar que ocupa la población LGBTIQ+ dentro de la Iglesia, el Papa reiteró que ser homosexual “no era un delito” y que todos éramos “hijos de Dios”, apelando al respeto por la dignidad de cada persona. Sin embargo, también sostuvo que, según la doctrina de la Iglesia Católica, la homosexualidad seguía siendo considerada un pecado.
Esta postura fue duramente cuestionada por sectores LGBTIQ+, quienes consideraron que, a pesar del tono aparentemente más compasivo, no hubo un verdadero avance en el reconocimiento pleno de sus derechos y dignidad. Algo similar ocurrió con el tema del aborto: aunque el Papa adoptó un lenguaje más moderado, se mantuvo firme en su oposición a este derecho. En definitiva, a pesar de ciertos intentos de apertura en el discurso, la Iglesia Católica, como institución profundamente arraigada en estructuras tradicionales, continuó sosteniendo posturas conservadoras en asuntos clave de derechos humanos.
A pesar de las divisiones que provocaron sus posturas, el Papa Francisco dejó un legado de apertura, diálogo y búsqueda de reformas dentro de la Iglesia Católica. Su liderazgo se caracterizó por un compromiso constante con la justicia social y por el esfuerzo de acercar la institución a los más marginados. Aunque su salud fue motivo de preocupación en sus últimos años, esto no le impidió seguir pronunciándose con claridad y determinación hasta el final.
Más allá de las controversias, su papado será recordado por el intento de modernizar una estructura históricamente conservadora, y por haber puesto en el centro valores como la compasión, la empatía y la solidaridad. Con su eventual sucesión, queda abierta la pregunta sobre el rumbo que tomará la Iglesia: si continuará el camino trazado por Francisco o si optará por retornar a posturas más tradicionales. Lo cierto es que su paso por el Vaticano marcó un antes y un después en la historia del catolicismo en el siglo XXI.
Mensaje en Bolivia
La muerte del papa Francisco ha despertado en Bolivia un profundo recuerdo de su visita en julio de 2015. Durante su paso por el país, el líder de la Iglesia Católica marcó historia al referirse a la demanda marítima boliviana, pedir perdón por los abusos cometidos contra los pueblos indígenas en nombre de la fe y visitar a los reclusos del penal de Palmasola.
Recibido por el entonces presidente Evo Morales, Francisco fue condecorado en el Palacio de Gobierno, pero lo que quedó en la memoria colectiva fueron sus gestos y palabras. En Santa Cruz, frente a miles de fieles, pidió perdón por los pecados de la Iglesia durante la colonización. “Se han cometido muchos y graves pecados contra los pueblos originarios en nombre de Dios”, dijo con voz firme y mirada compasiva.
El 10 de julio de 2015 concluyó su visita, pero su mensaje de justicia social, humildad y reconciliación sigue vigente para muchos bolivianos.
Estos son los favoritos para suceder a Francisco
El sitio College of Cardinals Report, especializado en la información de los posibles favoritos a ser papa, por su alto perfil, ha señalado a seis cardenales como los favoritos para suceder a Francisco en el próximo cónclave.
1. Péter Erdő: De nacionalidad húngara (72 años), fue creado cardenal por Juan Pablo II en 2003. Es visto como uno de los representantes de la línea más tradicionalista y se considera que podría frenar varias de las reformas que llevaba adelante Francisco.
2. Mateo Zuppi: De nacionalidad italiana (69 años), fue creado cardenal por Francisco, es considerado como el candidato con mayor afinidad con el fallecido papa, el arzobispo de Bolonia es visto como un sacerdote progresista.
3. Robert Sarah: Nacido en Guinea (79 años), creado cardenal por Benedicto XVI, fue uno de los favoritos en el cónclave que terminaría por elegir a Francisco. Es un ex alto funcionario del Vaticano, de mentalidad tradicional y ortodoxa.
4. Luis Tagle: Nacido en Filipinas (67 años). Comparte con el difunto papa su formación jesuita. Fue creado cardenal por Benedicto XVI, está entre los que son considerados los “favoritos” para continuar con las reformas de Francisco.
5. Malcom Ranjith: Nacido en Sri Lanka (77 años), es considerado conservador, con una profunda visión pastoral y amplia experiencia en el gobierno de la Iglesia. Ha compartido varios temas con Francisco, especialmente el de la preocupación por los pobres.
6.- Pietro Parolín: De nacionalidad italiana (70 años). Es secretario de Estado del Vaticano y principal responsable de la diplomacia de la Santa Sede, es un hombre muy cercano al papa y junto al cardenal Zuppi es considerado como un prelado que dará continuidad a las reformas iniciadas por Francisco.