199 aniversario de Bolivia
Tarija 1825 – 1826, un año de pulsos y decisiones que hicieron la Historia
Tarija batalló por su independencia de forma autónoma y con algunas coordinaciones con los ejércitos auxiliares argentinos y años después, la irrupción de O’Connor alimentó la posibilidad de formar parte de la nueva nación conformada por las provincias del Alto Perú. La búsqueda de la mayor capacida
El 6 de agosto de 1825, es decir hace 199 años, nació a la vida política independiente la república de Bolívar, posteriormente Bolivia, como resultado de la decisión libre de sus provincias: Charcas (Chuquisaca), Cochabamba - Santa Cruz, La Paz y Potosí y solo un año después se sumó al conglomerado el territorio de Tarija.
Con motivo de este aniversario previo al Bicentenario, en El País hemos conversado ampliamente de aquel contexto con tres reconocidos historiadores a nivel nacional: Elías Vacaflor Dorakis, Jesús Miguel Molina y Sayuri Loza, además de con el presidente del colegio de Economía, Fernando Romero, para explorar algunos de los interrogantes que acompañan a este periodo convulso respecto a las motivaciones y condicionantes que llevaron a tomar una u otra decisión. También exploramos, a modo de distopía, qué podría haber pasado si Tarija hubiera tomado otro camino, bien como parte de Salta dentro de Argentina, bien como provincia Unida separada o incluso como país independiente. Recomendamos acceder a la web para leer las entrevistas individuales completas.
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- Sayuri Loza: los tarijeños han sido los primeros federalistas
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A continuación, les dejamos un resumen de todo ello.
¿Qué sucedía en Tarija en 1825? ¿Qué opciones tenía Tarija?
Bolivia fue el primer territorio en el que se registraron gritos libertarios, pero fue de los últimos en constituirse en República Independiente de forma legal, algo que se consolida en 1825, luego de la batalla de Ayacucho que pone punto final a la presencia de las tropas realistas en el Perú. “En ese ínterin - recuerda Vacaflor Dorakis - O`Connor y Sucre visitaron varios poblados del Alto Perú que era el último bastión con representantes más radicales de la Corona de España como era Pedro Antonio Olañeta, que seguía acantonado por el sur de Bolivia muy cerca de Tupiza de Tumusla.
Según Dorakis, aquellas incursiones le sirven a Sucre y O’Connor a hacerse una idea de lo que los pobladores querían que sucediera, y ya en febrero convoca a las cuatro provincias del Alto Perú a una Asamblea Constituyente, que sin embargo no se celebrará hasta julio. De ese tiempo está documentada la discrepancia de Bolívar sobre la fundación de la nueva República, a lo que finalmente accede, sin embargo, nunca se contempló la participación de Tarija en esa nueva fundación.
Sayuri Loza da una clave elemental: “A diferencia de regiones más centralizadas como La Paz, la misma Potosí o Cochabamba, Tarija a partir de 1806 o 1807 tiene una ambigüedad. A partir de las nuevas disposiciones del Rey Carlos IV, que de ser parte de la jurisdicción de Potosí le había entregado la jurisdicción de Tarija a las Provincias Unidas del Río de la Plata, en realidad la intendencia de Salta”. Esta pulsión independentista se vive durante todo el periodo de la Guerra de la Independencia, y llegado el momento de tomar decisiones, Tarija no quiere ni formar parte de Salta, ni de Potosí.
“Tarija no quería ser parte de ello porque, precisamente por ese extremado centralismo potosino, no les llegaban ni presupuestos ni obras ni tenían la capacidad de tener, por ejemplo, una catedral importante o un obispado. No había espacio porque Potosí ocupaba todo, entonces Tarija no quería seguir siendo parte de Potosí” señala.
Vacaflor Dorakis señala que anoticiados del momento fundacional tanto al norte como al sur es seducido por la opción del nuevo país: “un grupo de gente comandada por Bernardo Trigo Espejo y secundada por Eustaquio Méndez que le daba el tono de popular, comenzaron a moverse clandestinamente e hicieron llegar una solicitud a Sucre para que auxiliara a Tarija y enviara a una partida militar para definir el asunto en apoyo”. Todo aquello desemboca en el arribo de O’Connor con sus tropas, la unción de un nuevo prefecto y la selección de diputados para participar de la Asamblea Constituyente, que finalmente no son aceptados al no haber sido invitados. Aun así, la influencia de Bernardo Trigo crece y en noviembre de 2026 Tarija será incluido en Bolivia.
El catedrático Jesús Miguel Molina discrepa del apoyo del Moto Méndez, pues es quien más incide en la idea de la “traición” a la voluntad original del departamento y lo sostiene sobre documentos históricos. “Había la irrupción de esa clase política que fue la que decidió que Tarija pertenezca al Alto Perú, hoy Bolivia, y no se mantenga como un ente autónomo independiente como participó durante los 16 años de conflagración por la independencia. Tarija jamás se subordinó a órdenes de ninguna de las guerrillas de el Alto Perú, y sí coordinó actividades con los ejércitos auxiliares argentinos, pero en un nivel de igualdad, no en un nivel de subordinación. Eso es lo que sucedía en 1825” sentencia.
Sayuri Loza, con una mirada más amplia señala que “de alguna manera, si nos ponemos a pensar, los tarijeños han sido los primeros federalistas, los primeros en querer salir del centralismo porque el Alto Perú, Bolivia, tiene una historia muy fuerte de centralismos”.
¿Qué aspectos se valoraron en la toma de decisión y por qué se tomó la decisión de unirse a Bolivia”
Para Vacaflor Dorakis hubo una parte de hechos consumados que impiden valorar a plenitud lo que sucedió. “Los tarijeños querían seguir perteneciendo a los abajeños, es decir, al Río de la Plata y esto generó la polarización de Tarija” pero también situaciones delicadas en el aspecto geopolítico del momento, pues el historiador recuerda como la famosa “cuestión de Tarija” surge luego de que los delegados del Gobierno argentino Carlos Albert y Miguel Días Vélez acuden en viaje oficial a visitar Bolívar al Alto Perú para pedirle colaboración defensiva en este caso para enfrentar al Reino de Brasil, pues al ser negado por parte del Libertador le exigen que devuelva Tarija, ocupada por las tropas de O’Connor.
Entre julio de 1825 y noviembre de 1826 Tarija pasa de nuevo a manos del gobernador salteño, algo que no gusta tampoco a los tarijeños, que en realidad deseaban autogobernarse en uno u otro país. En aquel contexto se da el apresamiento del Moto Méndez que consolida la idea de sumarse a Bolivia, pues cuando llega el reconocimiento del Congreso Argentina de ser independientes, a decir de Vacaflor Dorakis, es demasiado tarde.
Para Miguel Molina esla historia de una traición: “Los nuevos patriotas que desenmascara Moto Méndez, tenían relaciones comerciales con la gente de Potosí y de Sucre, de ahí que ellos privilegiaron esa relación comercial con Potosí y Sucre, por lo tanto, privilegiaron su situación económica por encima del objetivo político de la sociedad tarijeña (…) Esto es una traición enorme al sueño político de los tarijeños de 1810 que iniciaron la independencia y que tenían entre ellos, la idea de que Tarija podía constituirse en un Estado independiente sólido y autónomo en el resto de la comunidad sudamericana.
Sayuri le resta cierto romanticismo al tema de la toma de las decisiones y lo enmarca en un momento de emergencia fundacional no solo en Bolivia sino en todo el continente: “Entonces, hay por un lado la voluntad de Bolivia de querer reinsertar la Tarija y que sea parte del país, hay voluntad de tarijeños. Pero, por otro lado, también hay una fuerte presión de parte de las Provincias Unidas del Río de la Plata y de otros tarijeños que les parece más interesante ser parte de Argentina. (…) Es decir, no hay no hay un acuerdo, hay conflicto bélico, hay presión política, hay también una cuestión económica. En algún momento las Provincias Unidas del Río de la Plata se van a enfrentar al Reino de Brasil, que todavía era reino, eso les hace retroceder un poco en sus ambiciones por anexionarse a Argentina.
¿Y qué hubiera sido sí…?
A los historiadores no les gusta demasiado hacer historia prospectiva ni hablar de lo que podía haber sido si se hubieran tomado otras decisiones, pero aún así los entrevistados han dejado algunas reflexiones interesantes:
“Nuestra historia es, sobre todo entre 1825 y 1826, muy dramática porque polarizó los sentimientos del pueblo tarijeño, me refiero a los citadinos con los pueblerinos - los del pueblo - porque en aquel entonces cuando había elecciones se llamaba elecciones censitarias” señala Vacaflor Dorakis que añade que “no sabemos con certeza que hubiese pasado a Bolivia sin Tarija pero si hacemos un recuento de la historia casi contemporánea, por supuesto que la situación hubiese sido muy difícil porque la relación que tuvo el Estado boliviano con el pueblo tarijeño está escrito en miles de capítulos de un abandono de deslealtad de injusticia de maltrato, siempre nos han tratado como provincianos, como periféricos, es decir, nunca hemos tenido un peso específico”.
“Podría animarme a decir que quizás si Tarija hubiera sido independiente, habría sido un país como Uruguay. Uruguay, en su momento, tuvo una situación muy parecida a Tarija, que quería anexionarse a las Provincias Unidas, que querían ser parte de Argentina. Pero llegó un momento en el que Uruguay decidió batírsela solita y hoy es uno de los países más tranquilos, más avanzados, mejor armados de toda Latinoamérica. Han tenido sus problemas, por supuesto, los tupamarus, las terribles dictaduras que han sufrido, igual que nosotros. Pero actualmente son un país muy rico, son ganaderos, les va muy bien les va mucho mejor de lo que nos va a los bolivianos, sin duda” señala Sayuri, quien sin embargo se cuestiona “si pensamos en cómo en el siglo XIX los países latinoamericanos han sido capaces de insertarse al mercado internacional. Por ejemplo, los ecuatorianos exportaban chocolate, los peruanos exportaban el guano, a nosotros nos tocó exportar la plata y la Argentina tuvo un movimiento económico de los productos cárnicos que exportaba Europa, muchísima carne, al igual que Uruguay. Pero ¿qué hubiera exportado Tarija?, ¿cómo se hubiera sumado al mercado internacional del siglo XIX para poder tener un crecimiento?”.
Contundente, Miguel Molina señala que “Tarija ingresó a este país con 270.000 kilómetros cuadrados aproximadamente, hoy tenemos 37.000 km2. ¿Dónde creen que se fueron los 233.000 km2? Distribuidos en la misma Bolivia, y Bolivia tajeando a Tarija, entregando ese territorio para compensar cosas inútiles con el resto de países”.
Romero: Tarija ha aportado el 60% de la producción nacional
El presidente del Colegio de Economistas de Tarija, Fernando Romero, no entra en los aspectos históricos por motivos evidentes, pero sí hace hincapié en el papel que Tarija ha jugado en la construcción del país, sobre todo en el último siglo, con la producción de los hidrocarburos.
“Es difícil de saber, el hecho que se cambie algo tan pequeño altera el orden de todas las cosas, los factores son escenarios posibles, nadie puede asegurar que nos hubiera ido mejor o peor, es simplemente una apuesta que se dio. Tampoco se garantiza si hubiese habido la Guerra del Chaco, o si hubiésemos ganado, incluso si hubiésemos perdido territorio, así hay muchas probabilidades, tal vez en cada situación muchos dirán ‘era que seamos parte de la Argentina’ ya que junto con Brasil son potencia a nivel sudamericano y eso no sucedió, pero recalco que no se puede cambiar el pasado, somos parte de Bolivia, quien sabe tal vez en un futuro se hable de una posibilidad pero es simplemente imaginar lo que podría pasar” señala Romero, quien sí pide ponderar el aporte de Tarija y sus recursos al conjunto del país.
“Yo creo que no hubiera ido tan bien, ya que el modelo económico que tenemos el gobierno socialista se sustenta gracias los ingresos económicos generados de Tarija como principal departamento productor que ha aportado alrededor del 60 por ciento de la producción nacional, de aquí han salido los recursos que han permitido el desarrollo del país de los departamentos más fuertes, principalmente del eje central, ha permitido la implementación y la aplicación de diferentes políticas públicas y económicas en todos los hábitos para financiar el gasto público en sí, nosotros como si fuéramos un banco hemos dado los recursos como préstamo al estado boliviano para que sea administrado, pero a pesar que haya bajado más del 50 por ciento de la producción de los hidrocarburos del país, Bolivia está agradecido con Tarija por lo que ha dado y sigue dando que en algún momento Bolivia tendrá que reconocer todo lo que dio el departamento y agradecer que en ese entonces la población de ese entonces haya decidido ser parte de Bolivia porque tal vez otra hubiera sido la historia del país”.