Unicef hace un nuevo llamado de cooperación
Haití: Tres millones de niños requieren de ayuda urgente
Además de la violencia, el hambre y las enfermedades, la población se enfrenta a la amenaza constante de tormentas y terremotos



Tres millones de niños y niñas, la cifra más alta jamás registrada, necesitan ayuda humanitaria urgente en Haití, planteó, en un nuevo llamado a la cooperación internacional, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
“Hoy en día, ser niño en Haití es más duro y peligroso que nunca. Las amenazas y dificultades a las que se enfrentan son simplemente inimaginables. Necesitan desesperadamente protección y apoyo”, resumió Bruno Maes, representante de Unicef en Haití, el país más pobre del hemisferio.
El hambre y la desnutrición han alcanzado niveles sin precedentes en este país, de 27 755 kilómetros cuadrados y 12 millones de habitantes, con efectos potencialmente mortales, sobre todo en los barrios más pobres, inseguros y congestionados de la capital, Puerto Príncipe, donde viven 1,2 millones de personas.
Niños menores de 14 años son la mitad de los 46 mil casos de un nuevo brote de cólera que castiga al país
El número de niños que sufren desnutrición con riesgo de muerte se disparó 30 % desde el año pasado, y casi uno de cada cuatro niños de todo el país padece desnutrición crónica, según Unicef.
Niños menores de 14 años son la mitad de los 46 000 casos de un nuevo brote de cólera que castiga al país, ya sumido en la pobreza, el hambre y la desnutrición, un cuadro agravado por los alarmantes niveles de violencia, bajo el imperio de bandas criminales responsables de hasta cientos de muertes cada mes.
Los menores caen fácilmente en manos de grupos armados que se reparten y pelean por el control de barriadas enteras en Puerto Príncipe y otras zonas del país, en un ambiente de violencia, la pobreza y la desesperación, en el que muchas familias quedan atrapadas y sin posibilidad de acceder a alimentos y servicios básicos.
Niños y jóvenes de la zona metropolitana de Puerto Príncipe afirman que fueron obligados a alistarse a cambio de protección o de alimentos e ingresos para sus familias. Algunos aseguran que los grupos armados les proporcionan un sentimiento de identidad y pertenencia.
Las mujeres y las niñas sufren violencia sexual extrema y se multiplicaron los secuestros de estudiantes, profesores y personal sanitario, así como los ataques a escuelas. Decenas de miles de personas se han visto desplazadas por la violencia.
Además de la violencia, el hambre y las enfermedades, la población se enfrenta a la amenaza constante de tormentas y terremotos de carácter extremo.
A principios de junio, las fuertes lluvias, que coincidieron con el inicio de la temporada de huracanes, provocaron inundaciones destructivas que en muchos casos resultaron mortales. Pocos días después se registró un terremoto en la occidental región de Grand Anse, todavía está marcada por el seísmo de 2021.
“A pesar de los enormes desafíos, la ayuda humanitaria ha contribuido a evitar el hambre y una desnutrición de naturaleza catastrófica. Pero se necesita mucho más. La comunidad internacional no puede dar la espalda a los niños y niñas de Haití en el momento en que más necesitan su apoyo”, afirmó Maes.
Mientras, desde las sedes de la ONU, la directora ejecutiva de Unicef, Catherine Russell, y la del Programa Mundial de Alimentos (PMA), Cindy McCain, anunciaron que visitarán Haití la próxima semana, para evaluar sobre el terreno la situación y la respuesta posible.