Día Mundial contra el Sida
En 2021 el VIH mató a 650.000 personas, un 15% menores
Según datos de ONUSIDA en 2021 contrajeron la infección un 5,79 % menos de personas que el año anterior, aunque “no estamos en camino de erradicar el sida”. La cura funcional de la enfermedad está más cerca
Unas 650.000 personas fallecieron en 2021 a causa del sida y un millón y medio en todo el mundo contrajeron la infección por VIH, que sin tratamiento causa la enfermedad, según el informe anual del Programa de las Naciones Unidas de Lucha contra el VIH/Sida (ONUSIDA). Los datos de nuevas infecciones son similares a los de 2020, mientras los fallecimientos bajaron un 5,79%.
Pese a ese descenso, lo más alarmante es la tasa de mortalidad entre los niños. Según la organización, el 15% de todas las muertes con Sida en 2021 correspondieron a menores de 14 años, a pesar de que representan menos del 15% de los seropositivos en todo el mundo. En total, murieron por esta causa cerca de 97.500 niños.
Según las últimas estadísticas, 38,4 millones de personas viven con VIH. Estas han aumentado un 1,5% respecto a 2020, cuando la enfermedad afectaba a unos 37,8 millones de personas, de acuerdo al informe presentado en vísperas del Día Mundial de la Lucha contra el Sida, el 1 de diciembre. Así, las nuevas infecciones se han reducido un 54% desde su pico en 1996 y los fallecimientos han descendido un 32% desde 2004, cuando dos millones de personas perdieron la vida por el sida.
El dato positivo es que en 2021 aumentó el número de personas con acceso a las terapias con medicamentos antirretrovirales, que se incrementó en un 5,22%. Ese año, 28,7 millones de personas estaban en tratamiento. Esto supone un paso importante en el control del virus, tanto entre aquellas personas que han sido diagnosticadas como desde un abordaje de salud pública. Las personas en tratamiento con carga viral indetectable no pueden transmitir el virus en ningún caso.
“No estamos en el camino de erradicar el sida”
Por regiones, el este y el sur de África siguen siendo las zonas más afectadas por la epidemia. Allí se acumulan casi la mitad de los casos totales de todo el mundo. Son 20,6 millones de personas, de las cuales un 78% tiene acceso a tratamiento. El uso de estos medicamentos es menos común en el norte del continente y en Asia central, donde apenas la mitad de la población afectada dispone de terapias antirretrovirales.
“No estamos en el camino de erradicar el sida, las nuevas infecciones aumentan y las muertes por la enfermedad continúan en demasiadas comunidades”, ha señalado la directora ejecutiva de ONUSIDA, Winnie Byanyima, en la introducción del informe.
En el documento, además, se señalan las desigualdades de género en la lucha contra el sida, con especial impacto en las mujeres del África subsahariana. Las jóvenes de 15 a 19 años tienen el doble de probabilidades de infección que los hombres del mismo grupo de edad. Un 63 % de las nuevas infecciones por VIH en la región fueron mujeres, casi diez puntos porcentuales más que en las estadísticas globales.
Byanyima ha señalado que, para contrarrestar esa tendencia, se debe garantizar la escolarización de las niñas, plantear soluciones a la violencia de género y promover modelos de masculinidad no dañinos.
Estancados los avances en jóvenes y niños
Alrededor De 110 000 niños, niñas y adolescentes (de cero a 19 años) murieron en 2021 por causas relacionadas con el sida, y se registraron además 310 000 nuevas infecciones, lo que elevó a 2,7 millones el total de jóvenes que viven con el VIH, indicó este lunes 28 un nuevo reporte de Unicef.
Aunque desde hace tiempo los niños están a la zaga en la respuesta contra el sida, “el estancamiento en los tres últimos años no tiene precedentes y pone a demasiados jóvenes en riesgo de sufrir la enfermedad y de morir”, dijo Anurita Bains, jefa asociada de VIH/sida en el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
El reporte, divulgado con motivo del Día Mundial de Lucha contra el Sida, el jueves 1 de diciembre, advierte que a la brecha existente y cada vez mayor entre niños y adultos en el acceso a tratamientos se suma que muchas regiones aún no han alcanzado la cobertura de servicios que tenían antes de la pandemia covid-19.
“Los niños y las niñas están quedando desprotegidos porque no estamos consiguiendo localizarlos, hacerles pruebas y prescribirles tratamientos que les salven la vida. Cada día que pasa sin avances, más de 300 niños, niñas y adolescentes pierden en su lucha contra el sida”, afirmó Bains.
Aunque solo constituyen siete por ciento del total de personas que viven con el VIH, en 2021 los niños, las niñas y los adolescentes representaron 17 % del total de muertes relacionadas con el sida y el 21 % de las nuevas infecciones con el virus.
Epidemia Actualmente en el mundo 38,4 millones de personas viven con VIH/sida, 1,5 millones lo contrajeron en 2021, al tiempo que perecieron 650 000 por enfermedades relacionadas con el sida.
Unicef advierte por ello que si no se atajan las causas de la desigualdad en el acceso a los tratamientos, la erradicación del sida en niños y adolescentes seguirá siendo un sueño lejano.
Con todo, las tendencias a largo plazo se mantienen positivas, según el reporte, pues entre 2010 y 2021 las nuevas infecciones por VIH disminuyeron en 52 % entre las niñas y niños de menor edad (de cero a 14 años), al igual que entre los adolescentes (de 15 a 19 años), en donde se redujeron en 40 %.
De igual forma, la cobertura del tratamiento antirretrovírico de por vida en mujeres embarazadas que viven con el VIH ha pasado de 4 a 81% en una sola década.
El informe insiste en que aun si la cifra total de niños y niñas que viven con el VIH está disminuyendo, la brecha en materia de tratamientos entre niños y adultos sigue aumentando.
En los países prioritarios para Unicef en la respuesta al VIH, la cobertura del tratamiento antirretrovírico en la infancia era de 56 % en 2020, y disminuyó a 54 % en 2021.
Este descenso se debe a factores como la pandemia y otras crisis mundiales, que han acentuado la marginación y la pobreza, pero según Unicef también es reflejo de la escasa voluntad política y la tibia respuesta frente al sida en la población infantil.
La cobertura entre el total de adultos que viven con el VIH (76 %) superó en más de 20 puntos porcentuales a la de los niños y las niñas. La brecha es aún mayor entre los niños y las mujeres embarazadas que padecen VIH (81 %).
El porcentaje de niños y niñas de cero a 4 años que viven con el VIH y que no reciben tratamientos antirretrovíricos ha aumentado de forma preocupante en los últimos siete años. En 2021 alcanzó 72 %, una cifra similar a la de 2012.
En numerosas regiones, entre ellas África occidental y central, África oriental y meridional, América Latina y el Caribe, Asia y el Pacífico, Oriente Medio y Norte de África, también se registró durante 2020 un descenso de la cobertura de los tratamientos entre las mujeres embarazadas y en periodo de lactancia.
En 2021, en Asia y el Pacífico y Oriente Medio y Norte de África se observaron nuevas disminuciones. Con la excepción de África occidental y central, que sigue registrando la mayor incidencia de la transmisión maternoinfantil, ninguna de las regiones mencionadas ha vuelto a los niveles de cobertura alcanzados en 2019.
Estas perturbaciones ponen en mayor riesgo la vida de los recién nacidos. En 2021 se produjeron más de 75 000 nuevas infecciones en niños debido a que las mujeres embarazadas no fueron diagnosticadas ni sometidas a tratamiento.
En un nuevo llamado de atención, Bains sostuvo que “con un compromiso político renovado que permita llegar a los más vulnerables, asociaciones estratégicas y recursos para ampliar los programas, podemos erradicar el sida en los niños y niñas, los adolescentes y las mujeres”.
Según el Programa Conjunto de las Naciones Unidas sobre el VIH/Sida (Onusida), actualmente en el mundo 38,4 millones de personas viven con VIH/sida, 1,5 millones lo contrajeron en 2021, al tiempo que perecieron 650 000 por enfermedades relacionadas con el sida.
La cura funcional mediante terapia génica, más cerca
Investigadores estadounidenses van a evaluar la seguridad y eficacia de una única inyección de terapia génica en primates no humanos que podría lograr que el organismo produjera su propio tratamiento antirretroviral de forma permanente. Se evitaría así la necesidad de medicación crónica que hoy tienen los 38,4 millones de personas que viven en el mundo con el virus causante del sida
En la actualidad, la terapia antirretroviral (TAR) es el tratamiento convencional de quienes viven con VIH. Consiste en una combinación de fármacos que limita la multiplicación del virus en la sangre cuyo objetivo final es reducir la carga viral hasta un nivel indetectable, lo que impide la transmisión y eventualmente acabaría con la pandemia del VIH y el sida. No obstante, no es curativa y ha de mantenerse de forma crónica.
Ahora, un nuevo estudio preclínico de la Universidad de Salud y Ciencia de Oregón (OHSU), en EE.UU, se dispone a evaluar el potencial de un fármaco experimental, el anticuerpo monoclonal leronlimab, administrado como terapia génica para evitar que los 38,4 millones de personas que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), viven en el mundo con VIH tengan que tomar medicamentos antivirales a diario durante toda la vida.
Mediante estas técnicas de terapia génica, los investigadores buscan introducir en el organismo de quien esté infectado material genético que permita al individuo sintetizar su propio leronlimab de forma permanente, un proyecto prometedor que atajaría las eventuales dificultades de adhesión a la TAR, pero de resultados aun inciertos y no exento de riesgos.
Como paso previo a ensayos en humanos, la investigación inicial evaluará su seguridad y eficacia en primates no humanos infectados por el virus de inmunodeficiencia en simios (VIS) —emparentado con el VIH, causante del sida— y será financiada con hasta 5 millones de dólares del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), que forma parte de los Institutos Nacionales de Salud (NIH) estadounidenses.
“Esta subvención financiará el desarrollo y el estudio inicial de leronlimab como posible terapia génica de una sola inyección”, afirmaba Jonah Sacha, investigador principal, profesor del Instituto de Vacunas y Terapia Génica y del Centro Nacional de Investigación de Primates de Oregón, centros ambos adscritos a la OHSU, en un comunicado.
“Si este enfoque funciona como se espera, podría proporcionar una cura funcional para el VIH, lo que significa que podría suprimirlo lo suficiente como para que los pacientes ya no necesitaran tomar medicación antiviral diaria durante el resto de sus vidas”, añadía este especialista en microbiología médica e inmunología, que también es asesor científico de CytoDyn, la empresa de biotecnología enfocada en la medicina personalizada y de precisión que está desarrollando el fármaco.
“Por curar entendemos que no tengas que tomar medicamentos de por vida y que el virus en sangre sea indetectable para que no pueda ser transmisible”, aclara Martínez-Picado. “Hablamos de curación funcional cuando tu sistema inmunitario es capaz de controlar la replicación del virus o de erradicación, cuando conseguimos eliminar completamente el virus del cuerpo”, añade.
Bolivia, en problemas para el seguimiento
Bolivia presenta una epidemia concentrada con 32.600 casos notificados de VIH entre 1984 y diciembre 2021, un periodo que ha sido revisado por la Organización Panamericana de la Salud puesto que uno de los problemas más graves que tiene Bolivia es el escaso seguimiento que se puede hacer a los pacientes con la enfermedad.
Profesionales y expertos reconocen que por las escasas capacidades instaladas, hacer seguimiento a todos los pacientes es prácticamente imposible cuando el contagiado que ha sido notificado decide no colaborar en su tratamiento. Así, muchos de los notificados rechazan el diagnóstico o bien cambian de ciudad o de país en busca de una mejor atención médica de la que se puede brindar en Bolivia.
En los últimos años se viene detectando un incremento sostenido de pacientes diagnosticados. En general, la prevalencia de VIH es baja en Bolivia con infecciones en solo el 0.3% de la población entre 15-49 años (vea Mapa 1 de abajo), pero se ha incrementado un 0,1 cada década y ya se habla de un 0,15% del total de la población contagiada.