Agenda Salud
El tabaquismo retrocede, pero en Bolivia aún mata 12 personas al día
La población consumidora de tabaco ha bajado de 28 o 16% en 2020 pero las autoridades de salud creen que es temporal. En Bolivia recomiendan subir el impuesto para disuadir el consumo y evitar gasto sanitario: en 2015 se gastaba en enfermedades derivadas del tabaquismo unos 1.700 millones de dólares
Los consumidores de tabaco en América han disminuido, de 28 % de la población en el año 2000 a 16,3 % en 2020, pero es un logro amenazado por la industria del ramo y los cigarrillos electrónicos, advirtió en un nuevo informe la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Desnivel En Bolivia se gastan más de 1.700 millones de dólares en atención de salud por tabaquismo pero apenas se recaudan 100 millones en impuestos
Los daños siguen siendo enormes, pues “el tabaco causa casi un millón de muertes anuales en la región y es el único producto de consumo legal que mata hasta a la mitad de los que lo consumen”, indicó Alselm Hennis, director del Departamento de Enfermedades no Transmisibles y Salud Mental de la OPS.
En todo el mundo, el tabaco es la causa de más de ocho millones de muertes anuales, siete millones de las cuales son el resultado del consumo directo, mientras que alrededor de 1,2 millones se registran en personas que no son fumadoras pero que han estado expuestas al humo del tabaco.
El consumo de tabaco es el principal factor de riesgo en seis de las ocho mayores causas de muerte en el mundo, así como para las cuatro enfermedades no transmisibles más prevenibles y prevalentes: cardiovasculares, diabetes, cáncer y afecciones respiratorias crónicas.
En el hemisferio la media regional de consumo de tabaco es de 21,3 % en hombres y de 11,3% en mujeres, en comparación con la mundial que asciende a 36,7 % en hombres y 7,8% mujeres.
El informe destaca que unos 900 millones de personas de 35 países de América, 96% de la población, cuentan con al menos una de las seis medidas de control del tabaco recomendadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS), 50% más que las registradas el año 2007.
Las seis medidas son monitoreo, ambientes públicos sin humo, servicios para abandonar el tabaco, normas sobre empaquetado y etiquetado, prohibición de promoción y publicidad, y aumento de impuestos.
En 26 de los 35 países del hemisferio se ha logrado el máximo nivel de aplicación de al menos una de esas medidas, pero otras, como aumentar los impuestos al tabaco, han avanzado con lentitud, y nueve países todavía no han adoptado ninguna medida.
Brasil es el país con mejor puntuación en la aplicación de esas recomendaciones, seguido de un grupo en el que están Argentina, Canadá, Chile, Costa Rica, Panamá y Uruguay, mientras que los países del Caribe están entre los más rezagados.
América del Sur se convirtió en 2020 en la primera subregión del hemisferio donde está absolutamente prohibido fumar en lugares públicos cerrados, en el trabajo y en el transporte público.
El dilema de los electrónicos
El estudio también advierte sobre la alta disponibilidad y accesibilidad de nuevos productos que pueden contener nicotina, como los cigarrillos electrónicos, y alerta sobre las afirmaciones engañosas que usa la industria del tabaco para ganar consumidores e introducirse en nuevos mercados.
La agencia recomienda a los gobiernos regulaciones que impidan que los no fumadores se inicien en el uso de estos productos, impedir que el consumo de tabaco vuelva a normalizarse en la sociedad, y proteger a las generaciones futuras.
Siete países de América prohíben la venta de sistemas electrónicos de administración de nicotina, y 18 adoptaron medidas parciales para prohibir su uso, limitar su publicidad, promoción y patrocinio, o exigieron advertencias en su empaquetado. Por el contrario, 15 no imponen ningún marco regulador.
Hennis dijo que ante la amenaza del tabaquismo “la respuesta debe ser igualmente agresiva. Las medidas de control funcionan y debemos avanzar más rápidamente en la aplicación de todas ellas”.
Otros hallazgos del estudio, efectuado durante el año pasado, indican que 24 países americanos aplican medidas para proteger de la exposición al humo de tabaco ajeno, y 22 utilizan advertencias gráficas grandes sobre los peligros de fumar en los paquetes de productos que contienen tabaco.
Diez países disponen de sistemas de vigilancia con datos recientes, periódicos y representativos del consumo de tabaco, tanto en adultos como en jóvenes, seis ofrecen ayuda integral para dejar de fumar, y nueve establecen prohibiciones totales sobre la publicidad, promoción y el patrocinio del tabaco.
Entre los 26 países con información sobre cigarrillos electrónicos, Estados Unidos ostenta la prevalencia más alta de consumo de este tipo de cigarrillos en la población joven (19,6 %), y Brasil, la más baja (0,2 %).
Y solo seis Estados (Brasil, Canadá, El Salvador, Estados Unidos, Jamaica y México) han puesto a disposición de la población líneas telefónicas nacionales gratuitas para dejar de fumar, tratamiento accesible de sustitución con nicotina y servicios de apoyo para abandonar el consumo de tabaco.
El impacto en Bolivia
Según una investigación colaborativa coordinada por el Departamento de Evaluación de Tecnologías Sanitarias y Economía de la Salud del IECS y realizada por un equipo de más de 40 investigadores y decisores sanitarios de universidades, centros de investigación e instituciones públicas de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Honduras, México, Paraguay, Perú y Uruguay en el año 2015, se definió que el 8,1% de las muertes en el país son responsabilidad directa o indirecta del tabaco.
Según ese estudio, 12 personas mueren por día en Bolivia a causa del tabaquismo y se estimaba ya entonces que se gastaban 1.724 millones de dólares cada año para tratar problemas de salud provocados por el tabaco, mientras que la recaudación impositiva logra apenas 103,5 millones de dólares, es decir, menos del 7 por ciento del gasto que provoca.
“El aumento del precio de los cigarrillos a través de impuestos es reconocido en el mundo como la medida más costo-efectiva para reducir su consumo, sobre todo cuando se logran políticas fiscales sostenidas en el tiempo. Como puede observarse en los resultados de esta investigación, con un incremento en el precio de los cigarrillos en Bolivia podrían lograrse enormes beneficios para toda la población. Un aumento del 50% podría llegar a evitar 10.868 muertes, 6.330 enfermedades cardíacas, 3.141 nuevos cánceres y eliminar 11.960 accidentes cerebrovasculares (ACV) en diez años. Además, se podrían generar recursos por $4.827 millones, cifra derivada del ahorro en gastos sanitarios y del aumento en la recaudación impositiva” concluye el informe.
Bolivia tiene Ley Antitabaco pero el resultado es irregular
En febrero de 2020 la entonces presidenta de la Cámara de Senadores, Eva Copa, promulgó una ley de control del tabaco que trataba de reducir su consumo para tratar de proteger a millones de bolivianos y bolivianas de los daños asociados al tabaquismo.
La nueva ley establecía que todos los espacios cerrados de acceso público y lugares de trabajo debían ser 100% libres de humo de tabaco, sin excepciones, protegiendo a toda la población de los riesgos de la exposición al humo de segunda mano. La ley también exige advertencias sanitarias gráficas que cubran el 60% de los paquetes de cigarrillos, tanto en la parte delantera como en la trasera, y establece algunas restricciones a la publicidad, promoción y patrocinio del tabaco, protegiendo a los niños y niñas de la comercialización de los productos de tabaco.
Con la aprobación de esta ley de control de tabaco en Bolivia, casi toda Sudamérica fue libre de humo de tabaco. Con la excepción de Paraguay, todos los países del continente han prohibido fumar en lugares públicos, protegiendo a más de 400 millones de personas del peligro del humo de segunda mano.
El tabaquismo es una epidemia mundial con graves consecuencias sanitarias, sociales y económicas. En Bolivia, el 21,9% de los hombres y alrededor del 9% de las mujeres consumen tabaco diariamente. Más aún, 46.6% de las personas jóvenes están expuestas al humo de tabaco ajeno y cada año, más de 4.600 bolivianos y bolivianas mueren por enfermedades relacionadas al consumo de tabaco.
Los expertos señalan que en Bolivia el hábito de fumar no está tan arraigado como en otros países y los consumidores suelen fumar de forma discontinua o en coincidencia con eventos señalados, aunque una gran mayoría de la juventud fuma. Las medidas de la Ley, que en su mayoría se aplicaban intuitivamente antes de que entrara en vigor la norma, son especialmente incumplidas en las noches.
Cuidado con los métodos de dejar de fumar…
Al instante o de forma gradual
No hay una sola manera correcta para abandonar el hábito de fumar. Muchos fumadores dejan el hábito de repente y por completo, sin medicinas ni reemplazo de nicotina. Algunas personas pueden comenzar a fumar menos cigarrillos por algunas semanas antes de dejar de fumar. Es decir, se va reduciendo un poco el número de cigarrillos que se fuma al día eliminando algunos rituales o reduciéndolo a ciertas horas.
Hierbas, suplementos y sustitutos
Existe poca evidencia científica que apoye el uso de productos homeopáticos y suplementos herbarios como métodos para dejar de fumar. Debido a que están mercadeados como suplementos dietéticos (no medicamentos), no necesitan la aprobación de la FDA para ser vendidos. Esto significa que los fabricantes no tienen que probar que son eficaces, ni seguros.
Asegúrese de leer detenidamente la etiqueta de cualquier producto que indique que le ayudará a dejar de fumar.
Prácticas de mente-cuerpo
Algunos estudios han analizado los programas para dejar de fumar usando yoga, atención y conciencia plena, y meditación para ayudar a abandonar el hábito. Los resultados no fueron claramente a favor de estos métodos, aunque algunos reportaron menos ansias de fumar y menos hábito. Se necesitan más investigaciones, y estudios de estas prácticas están todavía en curso. También se han estado estudiando métodos de terapia de conducta cognitiva.