El santo oficial era San Bernardo
El día crucial en el que Tarija decidió venerar a San Roque
La iglesia San Roque inicialmente nació como capilla o ermita. De acuerdo a los datos históricos en 1791 ya había comenzado su vida religiosa servicial y su gran devoción al patrono de Tarija
San Roque es un nombre que eriza la piel a todo tarijeño, pues se trata del santo patrono de esta tierra, que finalmente eligió al santo que veneraría con todo el corazón. La historia popular da cuenta que don Francisco de Toledo, quien ordenó la fundación de Tarija, dispuso que llevaría el nombre de San Bernardo, por ser éste Santo, hidalgo abogado que encarna la pureza.
Más los pobladores decidieron tener su “Santo” que los protegiese de los ataques de los salvajes. Así cuentan que designaron a tal finalidad a don Francisco de Chávez la elección del “Patrono”, mismo que debía ser el reflejo de sus afectos y alegrías, y médico de sus dolencias.
Don Francisco Chávez era el más agudo pensador del Cabildo y el más ingenioso rimador de la frase. De esta manera, vino San Roque a ser el Santo del Cabildo, a cuyo nombre se elevaban al Señor, los ruegos para que extermine las pestes y los males de los pobladores, en esos tiempos la lepra.
De acuerdo al historiador Edwin Rivera Miranda se dispusieron los festejos de la forma más resonante. Los indígenas del partido de Canasmoro trajeron sus “Cañas” para entonar la música lúgubre del dolor y que toca las fibras del recuerdo. Los de la Vitoria y Erquis, trajeron la “Caja” y el “Erque”, que evocan días de claro vivir -cuando los “Orejones” abatían a los chiriguanos, y los “Chunchos”-.
¿Pero quién es San Roque? El nombre de Roque significa “fuerte como roca”. No existe acuerdo entre los historiadores sobre el año de nacimiento de San Roque. Según la tradición, nació en Montpellier (actual Francia) hacia el año 1295, mientras que otras versiones lo trasladan al siglo XIV, entre los años 1348 y 1350.
En una biografía escrita en 1478 por el veneciano Francisco Diedo se afirma que Roque era hijo del gobernador de Montpellier, Jean Roch de La Croix. Quedó huérfano a los veinte años; entonces decidió vender todas sus posesiones, repartir el dinero entre los pobres y hacer una peregrinación a Roma con la intención de visitar los santuarios. En esa época se desató una epidemia de peste que provocó gran mortandad en toda Europa.
Roque recorrió Italia y se dedicó a curar y atender a todos los enfermos de la peste. La tradición popular decía que curaba a muchos enfermos con solo hacer sobre ellos la señal de la cruz. A los que morían, él mismo les hacía la sepultura, pues nadie más se atrevía a acercarse a los cadáveres por el miedo a contagiarse de la peste.
En Piacenza contrajo la enfermedad; su cuerpo quedó lleno de manchas negras y úlceras. Como no quería ser una carga para nadie, se arrastró hasta las afueras de la ciudad para morir solo y se refugió en un bosque; allí nació un aljibe de agua que le calmaba la sed.
Poco después, un perro llegó con un pan y se lo dio a Roque para alimentarlo; esto ocurrió por varios días, pues el perro sacaba el pan de la cocina de su amo, hasta que un día el amo decidió seguir a su perro y descubrió lo que ocurría. Entonces el amo del perro se encargó de cuidar a Roque y curarle sus llagas. Cuando se recuperó, regresó a la ciudad, donde siguió curando no solo a personas, sino también a animales.
Según datos históricos falleció tras un largo periodo en prisión, pues en una guerra que hubo en Montpellier lo confundieron con un espía y lo tomaron prisionero. Además, tampoco quiso revelar quién era. Tradicionalmente, se consideraba que falleció en Italia, pero actualmente se estima que murió en Montpellier encerrado por su tío.
La gran devoción
Su devoción se extendió muy rápidamente a partir del siglo XV. Desde Venecia se extendió el culto hacia el mundo germánico y a los Países Bajos. En 1477, con ocasión de una epidemia de peste, se fundó en Venecia una cofradía que bajo su nombre, se dedicó al hospedaje de enfermos de peste y fue conocida como Confraternità o Scuole di San Rocco. Dicha agrupación fomentó la devoción al santo construyendo capillas y más centros de acogida por toda Italia.
Una de las iglesias más conocidas que están dedicadas a este santo está en París, muy cerca del Museo del Louvre; la hizo edificar Luis XIV en 1653. Toda Europa e Hispanoamérica están sembradas de templos que le fueron dedicados.
La iglesia de San Roque en Tarija
La iglesia de San Roque en antaño
En 1791 el Padre Manuel Mingo de la Concepción nos da la descripción urbanística, que sigue, de la ciudad de Tarija:
“... y las ermitas o capillas pertenecientes a este curato son solamente tres. La una (inmediata a la Villa) está dedicada a San Juan Evangelista, que es el patrón segundo o menos principal del pueblo, a cuya fiesta asiste y debe asistir el cabildo en atención a que en dicha capilla (aunque de unos años a esta parte reedificada o renovada) estuvo la primera pila bautismal cuando se fundó Tarija y también en atención a la tradición que en dicho sitio se apareció el dicho santo apóstol. La otra ermita o capilla (también inmediata) se halla dedicada a San Roque, cuya fiesta hacen voluntariamente sus devotos; ambas están en una lomitas o cerros bajos, que están en los extremos del pueblo.(...)” (Breve Guía Histórica, Artística y Cultural del Convento San Francisco de Tarija, P. Lorenzo Calzavarini, Pág.21).
Ese fue el nacimiento de la iglesia de San Roque, inicialmente nacida como capilla o ermita. De acuerdo a los datos históricos la Iglesia de San Roque en 1791 ya había comenzado su vida religiosa servicial y obviamente su devoción a su Patrón. Más tarde, recién en 1907 fue nombrada Parroquia, teniendo como su primer Párroco al Padre Columbano María Puccetti de la Orden los Frailes Menores y Misionero Apostólico, más conocidos como franciscanos.
Al principio en nuestra Parroquia San Roque no había sacerdotes fijos, pero frailes o sacerdotes ayudaban en el servicio parroquial. Fue recién en 1956, cuando los Carmelitas llegaron a Tarija y se les entregó la Parroquia San Roque para su custodia y administración.