La Covid-19 empeoró la situación
El trabajo infantil, un flagelo que se instala sin remedio
En el caso de Bolivia se ha evidenciado el incremento del trabajo infantil, particularmente en los rubros de la agricultura y la actividad comercial informal
El pasado año ya en Tarija se vio crecer el trabajo infantil en las calles y aunque muchos culpaban a la suspensión de clases, más tarde que temprano, se vio que éste no era el único problema. Pues los niños dedicados al comercio informal continuaron llenando la ciudad. Hoy a dos años de la pandemia el problema ha hecho hueco en objetivos que estaban prontos a alcanzarse.
Un informe conjunto de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef), da cuenta que los avances para acabar con el trabajo infantil se han estancado por primera vez en dos décadas y la pandemia de Covid-19 amenaza con llegar a una cifra de trabajo infantil de nueve millones más de niños para 2022.
Este nuevo estudio publicado ayer indica que el mundo no está en vías de eliminar el flagelo para 2025 y que, para cumplir esa meta, el progreso global tendría que ser casi 18 veces más rápido que en los últimos 20 años.
Desde estos dos organismos se advierte que los avances para acabar con el trabajo infantil se han estancado por primera vez en 20 años, invirtiendo una tendencia a la baja que permitió reducir esta problemática en 94 millones entre 2000 y 2016.
“Pero esas no son las únicas malas noticias que aporta el informe, lanzado un día antes de la celebración del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, ambos organismos advierten que la cifra todavía podría crecer más debido a debido a la Covid-19”, detalla el portal de la ONU.
Se calcula que la pandemia del coronavirus podría abocar a nueve millones más de niños al trabajo infantil hacia finales de 2022 y que, según las predicciones de un modelo de simulación, esta cifra podría aumentar hasta los 46 millo.
El reporte señala que se ha producido un aumento significativo del número de niños de 5 a 11 años que trabajan, “una franja de edad que representa algo más de la mitad de la cifra total mundial, y que desde 2016 también creció en 6,5 millones el número de menores de 5 a 17 años que desempeñan tareas peligrosas, hasta alcanzar los 79 millones”.
El estudio indica que “el mundo no está en vías de eliminar el trabajo infantil para 2025, como lo plantean los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Para cumplir esa meta, el progreso global tendría que ser casi 18 veces más rápido que el ritmo alcanzado en las dos últimas décadas”.
Según las estimaciones realizadas antes de la pandemia del coronavirus y basadas en la velocidad de los cambios entre 2008 y 2016, en 2025 habrá unos 140 millones de niños trabajando si no se toman las medidas adecuadas de forma acelerada.
En el caso de Bolivia, también se ha evidenciado el incremento del trabajo infantil, particularmente en los rubros de la agricultura y la actividad comercial informal.
Por ello, instituciones públicas y privadas, además de organismos internacionales comenzaron a potenciar la conformación de una red de empresas e industrias que ejecuten un plan de acción para luchar contra el trabajo infantil, forzoso y discriminado ante la alerta de incremento por la pandemia del coronavirus.
“La articulación de una red de empresas puede significar una importante contribución para la movilización de recursos y la identificación de oportunidades para la prevención y la reducción del trabajo infantil peligroso. Contribuirá en la generación de empleos dignos para los adultos, en el desarrollo de programas y servicios de apoyo familiar, escolar y oportunidades de formación”, dijo en esa oportunidad la Jefa de Protección de la Niñez y Adolescencia de Unicef, Virginia Pérez.
Los rubros del trabajo infantil en Tarija
Desde la Secretaría de la Mujer y Familia se informó que en el censo realizado en 2014 se encontró que en el departamento de Tarija existían 18.334 menores de edad en actividades laborales. Mientras que en la ciudad había 108 a partir de los 14 años.
El Instituto Nacional de Estadística (INE) muestra que para el año 2019 la principal actividad laboral a la que se dedican los menores de edad en Tarija es la agricultura, ganadería, pesca y caza con un 54,5 por ciento.
Mientras que un 5,4 por ciento está en el área de la industria manufacturera; un 4 por ciento en la construcción; un 24 por ciento a la venta por mayor y menor, reparación de automotores; un 4 por ciento a la actividad de alojamientos y servicios de comida; finalmente, un 7 por ciento se dedica a otro tipo de actividades.