Las nuevas “reglas” del básquet también se discuten en Tarija
Reaves, Marmota, el triple y los 3,8 centímetros que hemos crecido en Bolivia
Tarija, cuna nacional del básquet, acoge estos días a la selección nacional que prepara su partido contra Ecuador del próximo mes en un momento en el que el juego está en ebullición. La talla media en Bolivia llega a 168,1 centímetros



¿Podría tener más minutos en la NBA de hoy Julio “Marmota” Mendoza que Josh Reaves? Tal vez sí, y eso que el boliviano - estadounidense es un buen tirador desde el perímetro con porcentajes del 32% promedio en sus cuatro años de carrera en la Universidad Estatal de Pensilvania, pero es que el juego ha cambiado y es más que nunca el mejor escenario para un buen tirador, como lo fue en sus años en activo en basquetbolista tarijeño, considerado el mejor triplista del panorama nacional.
Los haters dirán que estamos locos, pero el reportaje publicado en Marca la pasada semana titulado “El virus del triple: ¿un baloncesto infectado o la solución final?” se exponen todos los datos que evidencian esa deriva del básquet a nivel mundial, y por ello ya se están empezando a analizar nuevas normas que hagan el juego más dinámico.
El combinado nacional entrena estos días en Tarija a las órdenes del técnico más laureado de la Libobasquet, Giovanni Vargas, quien prepara la participación en el Sudamericano ante Ecuador con más posibilidades que nunca, no solo por la presencia del norteamericano, sino también por el aporte de los jóvenes al combinado nacional.
La tiranía del triple es ya una realidad que se siente en las ligas donde hay mayor presencia física. Atrás ha quedado ese básquet de rotación, bloqueo y tiro fácil desde la zona de dos, y donde brillaron Heriberto Lema o el Chino Fernández, y desde donde se empieza a abrir camino otro de los crack, Martín Ochoa, que ha modernizado su juego. Bolivia ha crecido, aunque todavía está lejos de los promedios mundiales. Aún así, es bueno adecuarse cuanto antes a las nuevas normas.
El virus del triple
El lunes 12 de abril, Stephen Curry se hizo una foto, que compartió en blanco y negro, para emular la famosa de Wilt Chamberlain en el día de su partido de los 100 puntos, en marzo del 62. Había llegado a los 17.818 tantos con la camiseta de los Warriors, más que el gran plusmarquista de la NBA, que jugó gran parte de su carrera en la franquicia de San Francisco. Imágenes vintage para un baloncesto moderno en una época en la que se debate sobre la propia naturaleza del juego, hacia dónde va, si conviene cambiar alguna regla, ampliar las dimensiones de la cancha, inventarse una nueva línea para un tiro más lejano que valga 4 puntos y consideraciones así.
Antes de la foto, Curry había metido 10 triples. Wilt llegó a la centena con tiros de dos y tiros libres. No existía la línea salvo en algún experimento colegial. Ahora el triple ya no es un complemento, es el hilo argumental de un nuevo juego cosido con la puntería, con una redefinición de los espacios, jugado en unos nuevos confines de la cancha. Para algunos es una perversión del baloncesto que va perdiendo sus referencias clásicas afectando incluso al trabajo de formación. Ya avisó Jaycee Carroll en El País. "A mí me enseñaron primero a tirar de dos y luego me fui alejando". En estos días el jugador se aleja para estar más cerca del éxito.
Para otros el uso del triple es la solución final, la selección natural de un deporte que abrazó la productividad (juego más rápido, más posesiones), un juego que se especializó cada vez más; que se entregó a la analítica con fruición; una disciplina de súper atletas, más rápidos de desplazamientos, dotados de mayor envergadura, jugadores que abarcan más y niegan el pan y la sal bajo canasta. De la necesidad, no podíamos tirar cómodos cerca del aro, nació una virtud, las metemos desde lejos. Luego llegó la evolución de la especie, la mejora de la técnica individual, el progreso. Si ahora podemos hacer operaciones bancarias desde el móvil, un jugador puede meter triples desde cerca del centro del campo como si tal cosa. El highlight que asombraba ya es cotidiano.
Una secuencia inaudita
El pasado 5 de abril, durante el Mavericks-Jazz, Marc Cuban, propietario de la franquicia de Dallas, hizo una captura de pantalla del 'play by play' del partido. En siete posesiones seguidas hubo triple. Se preguntaba si era récord. Del 92-77 al 101-89 en apenas tres minutos. El Real Madrid logró 19 triples en Estambul, en el partido ante el Fenerbahçe que le valió la clasificación para los playoffs de la Euroliga. Récord del equipo blanco en el torneo.
Líder de la Liga Endesa, el equipo de Laso es el que tira más triples (29 por partido). Cinco de los ocho clasificados para los cuartos de la Euroliga (Armani, Fenrbahçe, Barça, Bayern y Efes) estaban entre los nueve mejores en porcentaje de triples. Tres de ellos están en la Final Four. Utah Jazz, el líder de la NBA, ha llegado a meter 18 triples al descanso. Asegura 17 por partido. Y es el primero en la historia que ha metido al menos 10 triples en los 75 partidos de temporada regular. El pasado 22 de marzo en 10 partidos de la NBA se lanzaron 675 triples, 67 por encuentro. El triple es trending topic todos los días en el baloncesto.
¿Por qué?
La paradoja es que en el baloncesto moderno es más fácil meter un triple que una canasta de dos puntos, especialmente en el mundo FIBA. Es un juego para Robin Hood no para gigantes. Con jugadores más atléticos y versátiles, que ocupan cada vez más espacio, que llegan antes a todas partes y la cancha con los límites de siempre, el último tiro, el más cómodo, suele ser un triple. Hay demasiado tráfico en la zona, muchos brazos, y es relativamente sencillo proteger el aro. Piensen en la figura de Tavares.
Triplistas El desarrollo físico de los jugadores ha hecho que los tiradores se alejen cada vez más de la zona porque los números así lo recomiendan
El pívot del Madrid es referente en Europa por su rol de intimidador. Mejor defensor en la Liga Endesa y en la Euroliga. Tavares y otros grandes invitan a tirar triples porque ¿quién se atreve a acercarse a la zona? En la NBA Walter no era feliz. Allí existen reglas como la de los tres segundos defensivos que impiden que un jugador en la zona se pueda quedar sin asignación defensiva clara durante más de ese tiempo. Olvídense de las ayudas.
Aún así, con esa regla que en teoría favorecería el flujo continuo de canastas de dos, en América se está trabajando mucho más en el tiro (el triple) y en la elaboración de la jugada que desemboca en este lanzamiento, y la velocidad del juego es más elevada porque el nivel técnico y físico del jugador medio por lo general es superior.
"No merecen la pena"
Sergio Scariolo, seleccionador nacional y entrenador ayudante en los Raptors, conocedor del básket en las dos orillas, cree sencillamente que hay muchos tiros de dos que ya no merecen la pena. "Yo desde Europa lo veía muy diferente, pero desde la NBA te cambia la perspectiva. Cuanto más alto es el nivel físico de los jugadores, más complicado es lanzar buenos tiros de dos puntos, salvo las bandejas. En Europa se ven muchos tiros malos, punteados. Imagínate en la NBA con la exuberancia física de los defensores".
El entrenador italiano considera también que hay una cuestión matemática. "Hay que tener un elevadísimo porcentaje en tiros de dos para que te compense. Luego están los gustos de cada uno, lo estético. Creo que hay tiros de dos puntos con sentido, concretamente en un par de áreas de la pista, pero no mucho más, una penetración, un mate, penetrar y doblar... Honestamente lo que no puedo soportar es la cantidad de tiros de dos punteados que se hacen en Europa alrededor de la pintura. Eso para mí es bajísima calidad de juego. Me gusta ver un tiro fácil. El objetivo final es un tiro abierto. El tiro ideal ahora mismo es mover la pelota con una defensa activa y acabar con un tiro abierto. Los porcentajes de tiro están subiendo aquí porque al margen de los enormes tiradores que hay en la NBA, la mayoría de las acciones son más elaboradas. Porque aquí se está trabajando más en el tiro, pero a la vez se está mejorando en la construcción de las acciones".
Y para encontrar los motivos de la mejoría en el juego ofensivo, hay que mirar hacia atrás. Porque en la NBA se reprimió la defensa hasta que emergió un monstruo, el ataque, al que ya no se puede encerrar.
Si los Pistons de los 90 no hubiesen sido tan malos chicos... Aquel equipo de Isiah Thomas, Dumars, Laimbeer, Rodman, el del mamporro en última instancia, el del baloncesto que justificaba los medios, el de los dos anillos, por otro lado, terminó provocando el colapso del ataque. La NBA, seducida por Jordan, al que había que dejar volar, intervencionista, avanzada, ejemplar en muchos casos, nunca se cruzó de brazos si no le gustaba lo que veía. El show debía continuar pero de otra manera. Los contactos se penalizaron. El efecto rebote de tanta normativa que protegía al atacante terminó neutralizando al defensor. Se pasó de consentir el golpe a castigar el roce con unos jugadores cada vez más sueltos. Catenaccio o libertad.
Nadie interpretó mejor ese nuevo orden que los Suns de D'Antoni, que consideraban que en 24 segundos se podía atacar dos veces. En esa revolución, el triple fue como la guillotina para acabar con los jerarcas del Antiguo Régimen. En la época donde se atacaba más seguido y más rápido, este tiro vino a optimizar el trabajo porque las matemáticas no engañan y tres es más que dos. De hecho, un porcentaje del 34% en triples es más eficiente que un 50% en tiros de dos. La analítica terminó de abrir un mundo nuevo por explorar.
Curry fue Colón, pero en 2014. LeBron James es el mejor jugador de esta época. Curry, sin embargo, es el más influyente. "Steph cambió el juego, ya no te piden tiros de media distancia, te piden triples". Son palabras de Jayson Tatum, la estrella de los Celtics. El primer MVP unánime de la historia cambió la geometría del baloncesto y redefinió los límites espaciales del juego. Si el espacio que un equipo debe defender consta de alrededor de 335 metros cuadrados, Curry lo ha llevado hasta los 370.
Su compendio de habilidades únicas provocaron que el radio de acción del jugador se extendiera de tal manera que nació un nuevo básket donde son posibles canastas impensables en otra época. Ahora el tiro normal es un triple. Curry lanzaba más veces, desde más lejos y era más efectivo. Los hechos le dieron la razón. Eureka. Los Warriors ganaron tres anillos, batieron el récord de partidos ganados en temporada regular (73-9), el de los míticos Bulls de Jordan y Pippen, marcaron tendencia en un deporte donde todo estaba inventado. Curry lo sigue haciendo: ha tenido una racha de cinco partidos con 46 triples (en cuatro de ellos metió al menos 10). En abril metió 96 en 15 partidos. No había pasado nunca en la NBA. Terminó con 5 triples anotados por partido. El mesías de la nueva religión.
¿Cuánto hemos crecido en Bolivia en los últimos años?
La altura de las personas no está determinada solo por su genética. Un estudio global publicado a finales de 2020 en la revista The Lancet y dirigido por el Imperial College de Londres, revela que la mala alimentación en los niños y jóvenes de edad escolar puede haber generado una diferencia promedio de 20 centímetros de altura entre los países con la población más alta y más baja.
Esta diferencia representa en promedio una brecha de crecimiento de ocho años para las niñas y de seis años para los niños. Los hallazgos del estudio concluyen, por ejemplo, que una joven promedio de 19 años en Bangladés o Guatemala, las naciones con las mujeres más bajas del mundo, tiene la misma altura que una niña de 11 años en los Países Bajos, el país con las jóvenes más altas.
Andrea Rodríguez Martínez, autora principal del estudio e investigadora de la Escuela de Salud Pública de Imperial College, cuenta por teléfono que es la primera vez que se analiza la altura y la masa corporal de 65 millones de niños y adolescentes de 5 a 19 años en 193 países de todo el mundo desde 1985 hasta 2019.
Según el estudio, en cuanto a varones, Bolivia es el 48 país que más ha subido la talla media, pasando de una altura promedio entre los varones de 164,3 centímetros a 168,1 centímetros de media. De esta forma pasamos de ser el país 178 al 167.
En el caso de las mujeres, Bolivia es el octavo país que más ha crecido en ese tiempo, pasando de una altura promedio entre los varones de 151,1 centímetros a 155,6 centímetros de media, si bien eso no evita que Bolivia siga en la cola del ranking mundial, concretamente en el puesto 178 de 200 países. Es verdad que en 1985 ocupábamos el puesto 190.