A 45 kilómetros de la ciudad de Tarija
Los secretos que guarda la casa más antigua de Colón Norte
A 300 años de su construcción, más de siete generaciones de familiares la heredaron, hoy sus habitantes nos hablan sobre ella y sobre los cuentos que se han tejido sobre sus años



En la comunidad de Colon Norte, en la provincia Avilés del departamento de Tarija, se encuentra ubicada, la casa más añeja de la zona, conocida como "La casa de más de 300 años". Ésta es de propiedad de la familia Lazcano Yurquina.
La casa tiene una hermosa vista hacia los inmensos viñedos. Una pirca de piedra es la que separa la casa de la viña, alrededor de la posada se encuentran longevos molles, árboles de naranja y limoneros, por ahí también pasa un canal de riego que es usado para regar las plantaciones.
En la actualidad la casa más longeva de la Comunidad de Colón Norte en el departamento de Tarija se encuentra en refacción
Lindolfo Lazcano Yurquina de 70 años, hijo mayor de la familia nos revela que “el primer propietario de la residencia fue Luis Lazcano Beltrán después de su fallecimiento la casa pasó a ser de la hija, Carmen Lazcano; posteriormente fue residida por la hija María Irene Lazcano y tiempo después quedó a nombre del padre de Lindolfo, José Luis Lazcano, quien al fallecer la dejó a cargo de su madre”.
Paula Yurquina de 90 años quien es la actual propietaria cuenta que se casó cuando tenía 20 años, con el heredero de la casa hace 70 años, y desde entonces vive en ella.
Esta residencia antigua cobijó a más de siete generaciones de la familia Yurquina -nacieron, crecieron y convivieron, tejiendo historias con gratos recuerdos que continúan siendo contados con cariño, hasta el día de hoy.
Características de la casa

La casa guarda la esencia del tiempo, se yergue en medio de un hermoso verdor que se matiza con un gran viñedo. Posee un gran estilo colonial que refleja los rastros de la vida del campo.
El piso es de tierra y arcilla; sus columnas y anchas paredes de adobe miden aproximadamente medio metro, lo que le ha dado la posibilidad de mantenerse en pie durante tantos años.
La puerta de ingreso a la casa es pequeña y mide un metro de alto, está hecha de madera y se asegura con una goma a un tronco. Consta de cuatro ambientes, que tuvieron que ser remodelados para permitir su habitabilidad.
En la parte inferior observamos dos ambientes bastante grandes que son utilizados como dormitorios; la cocina es un espacio reducido de un metro cuadrado, tienen un fogón de leña y una hornalla hecha con alambres y fierros, la pared está cubierta de ceniza y de hollín, también posee un horno empotrado en la pared, que nos refleja aún más la antigüedad de la morada.
Una grada empinada nos traslada a la parte superior donde se encuentran los cuartos más antiguos, que son utilizados como depósitos para guardar las herramientas de trabajo y los toneles dónde se macera el jugo de uva extraído de los viñedos, mismo que luego servirá para la producción del vino artesanal. El techo está construido de cañas y tejas coloniales.

Cuentos insólitos, el molle y el fuego
Sin embargo, sobre esta casa se han tejido muchos cuentos insólitos que la hacen aún más misteriosa. Cuentan los comunarios de la zona que a 150 metros de la casa de la familia Lazcano, existía un árbol muy nombrado por los lugareños como “El molle del duende”, esto debido a que en varias ocasiones se divisaba la presencia de un “duende” jugando en el lugar.
María Lazcano nos relata un episodio de la niñez de su padre, “mi papá me contó que cuando era pequeño jugaba mucho al pie del molle con su hermano y sus amiguitos. Un día, apareció un niño desconocido que insistía que debían irse con él; al día siguiente cuando regresaron al lugar el niño desconocido continuaba pidiendo que lo acompañaran”, relata y agrega que este personaje tomó de la mano a su papá
El niño al hacerse soltar sintió que éste tenía la mano pesada, porque no se podía soltar. “Mi tío, el hermano mayor al ver que se estaban llevando a mi papá, arrancó una rama del molle y le pegó al niño, quién largó en llanto como un bebé y desapareció”, sostuvo Lazcano.
Pero esa no es la única historia que alberga esta casa, “cuando éramos niños se veía arder fuego alrededor de unas ruinas de la época incaica, se afirmaba que era oro enterrado en chullpas. En algunas oportunidades cuando el fuego ardía de color amarillo significaba que era oro y si ardía con un color celeste eran huesos o plata”.
En la actualidad la casa más longeva de la Comunidad de Colón Norte en el departamento de Tarija se encuentra en refacción, ésta ha sido emprendida por sus propietarios.
Apuntes sobre la temática
Los viñedos
Una pirca de piedra separa la casa de los viñedos, la familia que habita actualmente la edificación fabrica vino artesanal
Los propietarios
Esta residencia antigua cobijó a más de siete generaciones de la familia Yurquina -nacieron, crecieron y convivieron, tejiendo historias con gratos recuerdos
El techo
La puerta de ingreso a la casa es pequeña y mide un metro de alto, está hecha de madera y se asegura con una goma a un tronco. El techo está construido de cañas y tejas coloniales.