No solo el retorno laboral y las clases de los hijos perturban a los padres
La segunda ola de Covid-19 y el dilema de los padres en Tarija
Cuando la cabeza comenzaba a descansar, nuevamente se registró un repunte de casos, los pedidos de plasma en redes sociales se multiplicaron y las reuniones del Centro de Operaciones de Emergencia Departamental (COED) se volvieron una constante



No pasó mucho tiempo de la tensa calma que experimentó Tarija tras el descenso de casos de Covid-19. El estrés, las clases virtuales con los niños, las extremas medidas de bioseguridad al llegar a casa, la paranoia de las vitaminas, de los tratamientos, todo parecía ir quedando atrás. Más aún, con la llegada de fin de año.
Sin embargo, cuando la cabeza comenzaba a descansar, nuevamente se registró un repunte de casos, los pedidos de plasma en redes sociales se multiplicaron, también los necrológicos y las reuniones del Centro de Operaciones de Emergencia Departamental (COED) se volvieron una constante.
Una vez más los grupos de venta de vitaminas y elementos de bioseguridad se reactivaron, los precios de todo comenzaron a subir en las farmacias y las expectativas de volver a la normalidad se hicieron añicos.
Teresa Sánchez tiene 40 años, es madre de dos niñas, una de cuatro y otra de siete, afirma que como todos está cansada de la situación, más aun, siente que luchar contra el virus en esta segunda ola le será más difícil, pues sus niñas están agotadas de no poder hacer una vida normal. Sumado a esto ella se encuentra mal de salud debido a su diabetes y el dinero se lo gana a diario trabajando en un taller de costura, mismo que por la situación económica ya no cerrará aunque aumenten los contagios.
Similar experiencia tiene Lorena Téllez, quien dice que con el descenso de casos su trabajo ha vuelto a la normalidad, ella trabaja en un gimnasio de la ciudad haciendo limpieza. Revela también que para esto deja a sus niñas en un centro infantil que igualmente ha reabierto sus puertas con todas las medidas de bioseguridad.
Cuando se le pregunta cómo ha logrado sortear la primera ola de Covid-19 asegura que con mucho cuidados. “No salía de casa, con la cuarentena los trabajos se han cerrado y mis dos hijas permanecían en casa”, explica.
Admite que ahora el luchar contra el virus será un poco más complicado con el retorno al campo laboral, pues esto impide tener a sus hijas en casa. Pero no solo eso sino también agrega que los mismas niñas ya no quieren estar sin salir a algún lado.
Consultada sobre la determinación del COED de no contemplar una cuarentena rígida en el departamento, dice que para el bolsillo es una decisión muy acertada porque si no se trabaja no hay qué comer, pero de inmediato- como problematizada- añade que de alguna manera esto podría cobrar factura en la salud.
El retorno a clases
El gobierno de Bolivia determinó el pasado viernes el comienzo del año escolar 2021 mediante educación virtual, debido a que el país registra un incremento de la pandemia del covid-19.
Al respecto, tras un sondeo de opinión realizado por El País. De 30 padres de familia, que poseen niños entre 4 y 7 años, 25 aseguraron que lo mejor es continuar con las clases virtuales. “Los niños no entienden de cuidarse, ahí los tenemos sentándose en el piso, metiéndose las manos a la boca, sacándose el barbijo cuando quieren. Es complicado”, dice Rubén Farfán.
Martina Valencia está de acuerdo con Rubén más aún agrega que las clases virtuales se han convertido en su pesadilla, pues cuando esto sucede, todas las mañanas debe cocinar, cuidar a su bebé de ocho meses y hacer pasar clases a su niña de cinco años.
“Realmente me he vuelto loca en ese tiempo, a la niña hay que guiarle, ponerle los materiales, el celular para la clase y atender lo que dice la maestra, porque siempre dicen lo que se hará en la siguiente clase”, explica.
Pero el dilema continúa. Sobre el tema el profesor Rubén Echenique dice que aún hay mucha tela por cortar, pues si bien se establecerán clases virtuales los problemas de tecnología, de acceso a Internet y de capacitación docente deben resolverse de manera urgente, pero también agrega que es fundamental trabajar un modelo curricular adecuado a la realidad de la pandemia, a las condiciones de los estudiantes y a sus posibilidades.
“De otra manera no habrá buen aprovechamiento y los padres de familia tampoco estarán satisfechos”, asegura.
El cuidado extremo
Más aún, no solo el retorno laboral y las clases de los hijos perturban a los padres de familia, pues también están el cuidado extremo, las vitaminas y la alimentación para salir adelante en la pandemia. “Volvemos a lo mismo, a cuidarnos en extremo, a tener el alcohol en la puerta, los mil barbijos, ventilar las casas, desinfectar al que entra, tratar de comer sanos, con muchas vitaminas. Dios mío, sinceramente solo pido a Dios que nos ayude a soportar esta nueva ola”, dice Lourdes Figueroa.
Jesús Zenteno señala que está en el mismo dilema, y cuenta que en la primera ola le vino una crisis nerviosa que apenas pudo contener con ayuda médica. “Mi esposa me tenía súper controlado, el tema de la desinfección al entrar a casa era todo un ritual, fue tanto el estrés que enfermé de los nervios”, dice y añade “al mal tiempo buena cara”.
Calma ante todo
Respecto al problema la psicóloga Margot Herrera señala que lo mejor es tener la mente positiva, organizarnos de la mejor manera posible, cuidarnos sin llegar a obsesiones y distraerse con otros temas en la medida de nuestras posibilidades. Añade también que si se tiene niños no se debe recurrir a la violencia o a los gritos frente a los berrinches sino al diálogo y a la comprensión, pues como todos ellos también están aburridos de la situación. “En algún momento tenemos que salir de esto, y lo vamos a hacer ya falta poco”, concluyó.
Apuntes sobre la temática
Cuidados extremos
Los cuidados extremos en algunas familias se han convertido en una obsesión por lo que han afectado la paz en el hogar.
Crisis nerviosa
Muchas personas en Tarija sufrieron crisis nerviosas, otras adquirieron patologías como neuropatías debido al estrés y miedo frente a la pandemia.
Las clases
Las clases escolares se han convertido en un gran problema para los padres de familia, pues la modalidad virtual ha invadido sus quehaceres diarios, sin embargo, las prefieren ante el riesgo que correrían sus hijos