La mayoría de los padres no le presta atención a la buena alimentación
La anemia infantil en Tarija, un problema que se eterniza
En Bolivia, la deficiencia de hierro constituye el trastorno nutricional más común y la principal causa de anemia, con una prevalencia general de anemia del 56%, alcanzando un 86,6% de niños entre 6 a 23 meses



Claudia Vásquez tiene 35 años y un bebé de un año y cuatro meses, y aunque su hijo tiene el peso ideal (10.800 Kg) le detectaron anemia. Ella muy sorprendida se llenó de mil interrogantes, que de inmediato las formuló ante el pediatra de su niño. Éste le dijo que en Tarija y a esa edad muchos de los menores tienen deficiencia de hierro, debido a que las madres no dan mucho valor a la buena alimentación o a los suplementos que lo contienen.
Claudia en su experiencia dice que su bebé aún se alimenta de leche materna, come caldos y cremas de verdura, pero admite que por temor al “ahogamiento” no le ha dado ningún tipo de carne, ni licuada. “Pensé que la leche lo tenía todo y estaba yendo lento con la alimentación, tengo temor a que se tranque con algún alimento”, señala y admite que tampoco le ha suministrado algún suplemento de hierro.
Pero ésta no es la única causa de la falta de este suplemento en menores, también está la comida “chatarra”, la falta de conocimiento sobre el tema, el desconocer los alimentos que lo contienen, pero sobre todo la pobreza que aún persiste en nuestro país en gran magnitud.
En Bolivia, la deficiencia de hierro constituye el trastorno nutricional más común y la principal causa de anemia, con una prevalencia general de anemia del 56%, alcanzando un 86,6% de niños entre 6 a 23 meses de edad y 34.7% en escolares.
Actualmente, Bolivia se encuentra entre los países con los porcentajes más elevados de desnutrición crónica, tres de cada diez niños menores de 5 años tienen talla baja para la edad, tasa nacional que enmascara marcadas inequidades, por ejemplo, el 41,8% de los niños de la población más pobre, padece desnutrición crónica, versus 5.4% de los niños de la población más rica.
Aún cuando en el último tiempo se han implementado Programas de Alimentación es escasa la información sobre la prevalencia de anemia y el estado nutricional en niños escolares de Bolivia tanto a nivel nacional como departamental.
Tarija y el problema eterno
En Tarija el panorama es similar, en el año 2017 el Servicio Departamental de Salud (Sedes), reportó que los casos de anemia se incrementaron en cinco por ciento, sobre todo entre los escolares. Pero además una investigación reveló que el tiempo de comida que los padres descuidan para sus hijos es la cena.
La responsable del Programa de Nutrición y Alimentación, Elba Gisbert, mencionó que los estudiantes de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho (UAJMS) hicieron investigaciones y se vio la influencia de una mala alimentación en el rendimiento académico, no solo en la misma estatal, sino también en los centros infantiles y en los niveles de educación primaria, donde se evidenció el incremento de casos de anemia.
La nutricionista Rufina Fernández dijo que esta enfermedad generalmente se presenta en niños menores de cinco años, también se puede ver en escolares y adolescentes, todos por una mala alimentación. Pero las gestantes tampoco están exentas de este mal, pues en esa etapa las mujeres necesitan más hierro, de no consumirlo, los bebés pueden nacer con bajo peso.
Ambas profesionales recomiendan aumentar el consumo de alimentos ricos en hierro, como los de origen animal, carnes, hígado, verduras de hojas de color verde oscuro, como las leguminosas, pero también lentejas, garbanzo y porotos.
Los menores en etapa de transición hacia los alimentos sólidos son las mayores víctimas de la anemia
Según Gisbert, a los padres de familia tiene que llamarles la atención si sus hijos no quieren comer, pues cuando se empieza con anemia, les quita el apetito, tienen desgano y paran durmiendo. Pero cuando el niño juega y tiene su actividad inquieta, que es propia de la edad, entonces es una señal de que el niño está bien.
La anemia y cómo combatirla
De acuerdo a la pediatra Patricia Molina la anemia es una afección en la cual el cuerpo ya no tiene suficientes glóbulos rojos sanos. Los glóbulos rojos llevan oxígeno a los tejidos corporales.
Destaca que el hierro ayuda a la formación de glóbulos rojos y los ayuda a llevar el oxígeno necesario. La falta de éste en el cuerpo puede provocar anemia. El término médico de esta afección es anemia por deficiencia de hierro o anemia ferropénica.
Una alimentación sin la cantidad suficiente de hierro es la causa más común de este tipo de anemia en niños. Cuando un niño crece rápidamente, como en la pubertad, se necesita incluso más hierro. “Los niños pequeños que toman demasiada leche de vaca pueden también volverse anémicos si no consumen otros alimentos saludables que contengan hierro”, señala.
Entre otras causas, menos frecuentes, que destaca Molina están:
-La incapacidad del cuerpo para absorber bien el hierro, aunque el niño esté consumiendo suficiente cantidad de este elemento.
-La pérdida de sangre lenta y prolongada, generalmente a causa de los periodos menstruales o de sangrado en el tubo digestivo.
-La deficiencia de hierro en los niños también puede estar relacionada con la intoxicación con plomo.
Los principales síntomas
Es posible que la anemia leve no presente síntomas. A medida que el nivel de hierro y los conteos sanguíneos disminuyen, su hijo puede:
-Actuar irritable
-Tener dificultad para respirar
-Ansiar alimentos inusuales (pica)
-Comer menos
-Sentirse cansado o débil todo el tiempo
-Tener la lengua adolorida
-Tener dolor de cabeza o mareos
-Con anemia más grave su hijo puede tener:
-Coloración azulada o muy pálida de la esclerótica de los ojos
-Uñas quebradizas
-Piel pálida
Pero ¿Cuál es el tratamiento? De acuerdo a Molina, debido a que los niños solo absorben una pequeña cantidad del hierro que consumen, la mayoría de ellos necesitan de 3 mg a 6 mg de hierro por día.
La pediatra destaca que comer alimentos saludables es la forma más importante para prevenir y tratar la deficiencia de hierro. Las buenas fuentes de hierro incluyen:
- Albaricoques
-Pollo, pavo, pescado y otras carnes
-Fríjoles secos, lentejas y semillas de soya
-Huevos
-Hígado
-Harina de avena
-Mantequilla de maní
-Jugo de ciruela
-Uvas pasas y ciruelas pasas
-Espinaca, col rizada y otros vegetales de hoja verde
Al margen de los alimentos también están los suplementos de hierro. Éstos se toman por vía oral. Más aún, Molina destaca que se les debe dar a los niños suplementos de hierro ni vitaminas con hierro sin antes consultar con el pediatra de su hija o hijo. Pues éste le recetará el tipo correcto de suplemento. “Si su niño toma demasiado hierro, esto le puede causar intoxicación”, resalta.
Apuntes sobre la temática
Expectativas
Con tratamiento, es probable que el pronóstico sea bueno. En la mayoría de los casos, los conteos sanguíneos retornarán a su normalidad en 2 o 3 meses. Es importante que el médico encuentre la causa de la deficiencia de hierro.
Complicaciones
La anemia causada por un bajo nivel de hierro puede afectar la capacidad de la niña o niño para aprender en la escuela. Un bajo nivel de hierro puede causar disminución del período de atención, reducción de la lucidez mental y problemas de aprendizaje.
Prevención
Consumir una variedad de alimentos saludables es la manera más importante de prevenir y tratar la deficiencia de hierro.