Vida en pandemia
Crianza en tiempos de Covid-19, consejos para manejar la ira
En las últimas semanas se ha visto mayor cantidad de niños de la mano de sus padres en las calles de nuestra ciudad, armados de barbijos, algunos con gafas y otros sin ellas. Más aún, en muchas casas las historias se cuentan diferente
Aunque ya nos encontramos en la etapa de pos confinamiento los niños no dejan de ser los más afectados y en los que a menudo los padres descargan su nerviosismo, sus miedos y su falta de paciencia.
En las últimas semanas se ha visto mayor cantidad de niños de la mano de sus padres en las calles de nuestra ciudad, armados de barbijos, algunos con gafas y otros sin ellas. Más aún, en muchas casas las historias se cuentan diferente.
El miedo y la incertidumbre para disminuir la propagación del Covid-19 pueden hacer que sea difícil para las familias mantener un estado de calma. Sin embargo, los pediatras consultados por El País aseguran que es importante ayudar a los niños a sentirse seguros, mantener rutinas saludables, controlar su comportamiento y fomentar resiliencia. Sobre todo en esta etapa cuando de manera paulatina vamos tomando confianza en el espacio.
Los padres también deben cerciorarse de tomar tiempo para cuidarse ellos mismos físicamente: comer saludablemente, hacer ejercicio y dormir lo suficiente
La academia española de pediatras “Healthy children” y pediatras consultados como Ana Guerra y Patricia Molina brindan algunos consejos para ayudar a los padres en la crianza de los niños durante esta etapa. Los detallamos a continuación:
Hable sobre los temores de los niños
Apuntan que esto es fundamental, pues los niños confían en sus padres como fuente de seguridad, tanto física como emocional. Tranquilice a sus hijos; dígales que cuentan con ellos para ayudarlos y que su familia va a poder superar todo esto estando unida.
Responda las preguntas de manera simple y honesta
Éste es otro consejo fundamental, pues según asegura la pediatra tarijeña Ana Guerra “hablar con los niños sobre cualquier noticia que los atemorice es clave”. Pueden hablar sobre la gente que se enferma, pero hablen también sobre seguir las reglas, cómo lavarse las manos y quedarse en casa para ayudar a que la familia se mantenga sana.
Valide los sentimientos de su hijo
Por ejemplo, diga tranquilamente: “Veo que estás molesto porque no pueden venir tus amigos a jugar". Las preguntas de guía pueden ayudar a los niños mayores y a los adolescentes a resolver los problemas (“Sé que es decepcionante no poder reunirte con tus amigos en este momento. ¿Cómo crees que puedes mantenerte en contacto con ellos?").
Manténgase en contacto con sus seres queridos
Puede que los niños se preocupen por un abuelo o abuela que viva solo o un familiar o amigo con más riesgo de contraer Covid-19. Las videollamadas pueden ayudar a aliviar esa ansiedad.
Dé el ejemplo de cómo manejar los sentimientos
Hable sobre cómo está manejando usted sus propios sentimientos. Por ejemplo manifestar: “Estoy preocupada por la abuela, ya que no puedo ir a visitarla. Lo mejor que puedo hacer es llamarla por teléfono con más frecuencia. Puse una nota en el teléfono para recordar llamarla por las mañanas y por las tardes hasta que termine esta epidemia".
Avise a su hijo antes de salir de casa a trabajar
Con voz calma y tranquilizadora, dígale a dónde va, cuánto tardará, cuándo regresará y que está tomando las medidas necesarias para cuidarse.
Miren al futuro
Dígales que los científicos están trabajando muchísimo para descubrir cómo ayudar a las personas que se enferman y que las cosas van a mejorar. Sumado a ello ofrezca más abrazos y diga “te quiero" con más frecuencia.
Mantenga rutinas saludables
Durante la pandemia, es más importante que nunca respetar la hora de ir a la cama y las demás rutinas. Ayudan a crear orden en el día lo que ofrece seguridad en tiempos muy inciertos. Todos los niños, inclusive los adolescentes, se benefician de rutinas predecibles, pero flexibles como para satisfacer las necesidades individuales.
Estructure el día
Con el cambio en las rutinas habituales, establezca horarios diarios nuevos. Divida en partes el trabajo escolar cuando sea posible. Los niños mayores y los adolescentes pueden ayudar con los horarios, pero deben seguir un orden general, por ejemplo:
-Rutinas para levantarse, vestirse, desayunar y jugar activamente un rato en la mañana, seguidas de juegos más tranquilos y un bocadillo para la transición a la hora del trabajo escolar.
-Almuerzo, tareas de la casa, ejercicio, algo de tiempo de socialización en línea con amigos y luego tareas escolares en la tarde.
-Hora familiar y lectura antes de dormir.
Practique disciplina positiva
Todos estamos más ansiosos y preocupados durante la pandemia. Es posible que los niños pequeños no tengan palabras para describir lo que sienten. Es más probable que se porten mal para exteriorizar su estrés, su ansiedad o su miedo a través de la conducta (lo que, a su vez, puede alterar a los padres, en particular si ya están estresados). Es posible que los niños mayores y los adolescentes estén particularmente irascibles ya que echan de menos el tiempo con sus amigos y se han cancelado los eventos especiales.
Algunas maneras en las que puede ayudar a sus hijos a manejar sus emociones y conductas son:
Redirija la mala conducta
Algunos niños se portan mal porque están aburridos o no saben hacer otra cosa. Búsqueles otra cosa para hacer.
Juego creativo
Sugiera a sus hijos que hagan dibujos de las formas en las que se está cuidando su familia. Hagan un montaje y cuélguenlo para recordarlo a todo el mundo. O construyan un fuerte o castillo dentro de la casa para mantener alejados a los gérmenes, guardando adentro a los animales de peluche o juguetes favoritos.
Dirija su atención
La atención, para reforzar buenas conductas y desestimular otras, es una herramienta poderosa. Note el buen comportamiento y destáquelo, elogiando el éxito y los buenos intentos. Explicar claramente las expectativas, en particular a los niños más grandes, puede ayudar en este aspecto.
Sepa cuándo no responder
Siempre y cuando su hijo no esté haciendo nada peligroso y llame la atención por cosas positivas, ignorar la mala conducta puede ser una forma eficaz para que deje de hacerlo.
Use las pausas obligadas
Esta herramienta de disciplina funciona mejor al advertir a los niños que, si no dejan de hacer lo que están haciendo, tendrán que hacer una pausa obligada. Recuérdeles lo que hicieron mal en muy pocas palabras y con la más mínima emoción que le sea posible. Luego, apártelos de la situación durante un período previamente dispuesto (1 minuto por año de edad es una buena guía de referencia).
Evite el castigo físico
Las nalgadas, los golpes y demás formas de castigo físico o “corporal” suponen un riesgo de lesión y no son eficaces. El castigo físico puede aumentar la agresividad de los niños a la larga, no les enseña a comportarse bien ni a practicar el autocontrol e incluso puede interferir con el desarrollo normal del cerebro. El castigo corporal puede quitarle al niño la habilidad de sentirse seguro y protegido en casa, que es algo muy necesario en este momento.
Cuide de sí mismo
Los padres o cuidadores también deben cerciorarse de tomar tiempo para cuidarse ellos mismos físicamente: comer saludablemente, hacer ejercicio y dormir lo suficiente. Busque formas de relajarse y tomar descansos. Si hay más de un padre en casa y si fuera posible, túrnense para cuidar a los niños.
Recuerde parar y respirar hondo
Además de acudir a los demás para obtener ayuda, se recomienda a los padres que se sientan agobiados o muy estresados que se tomen unos segundos y se pregunten:
¿El problema representa un peligro inmediato?
¿Cómo me sentiré mañana respecto a este problema?
¿Esta situación es permanente?
En muchos casos, las respuestas reducirán el pánico y el impulso de descargarse física o verbalmente con los niños.