Tarija de antaño
La llegada del cine a Tarija y las apasionantes proyecciones
De alguna manera en los inicios del cine tuvo mucha influencia el teatro General Bernardo Trigo, pues también fue escenario de muchas proyecciones cinematográficas. Éste se levantaba majestuoso en medio manzano de la esquina Campero-Ingavi
La historia del cine en Tarija está llena de sueños y hermosos momentos. Cuentan que los inicios se dieron a principios del siglo XX. Las primeras funciones se realizaron en el patio de la casa de Carlos Cherroni, con el nombre de Biógrafo.
Era un patio amplio en el que se instalaron sillas plegables frente al lienzo que servía de pantalla. “Los hermanos Campanini proyectaban la película con una máquina que funcionaba a manivela”, cuenta José Paz Garzón a partir de información que recopiló para la Sociedad Geográfica y de Historia de Bolivia.
Se trataba de un cine mudo, la gente se llenaba para verlo. Para ello pagaban tres reales. “Tenían que llegar temprano para encontrar sillas, sino debían ver la película de pie apoyados en la pared”.
Debido a las características de la infraestructura era deseable que no hubiera luna que perjudicara la nitidez de las imágenes, tampoco una lluvia inoportuna que interrumpiera definitivamente la proyección.
En la década de los 50 y 60 en las plazuelas de la ciudad, también en el patio del Palacio de Justicia, se proyectaba cine gratis.
Posteriormente Eulogio López inició las funciones con otra máquina a manivela en el teatro Bernardo Trigo. Las películas eran clásicos del cine mudo, interpretadas por Tom Mix, Buck Jones, William Heart, Max Linder, Harold Lloyd y Charles Chaplin.
Relata la historia popular que en ocasiones, dependiendo de su estado de ánimo, don Eulogio López agilizaba la película moviendo muy rápido la manivela, ocasionando quejas y rechiflas del público por lo que después comenzaba a moverla mucho más lento, demasiado lento, y era entonces cuando la película iba en cámara lenta.
A raíz de esto los silbidos continuaban. Más adelante, en la década de los 40, Gerardo Caballero trajo a Tarija el cine sonoro, cuyo escenario también fue el teatro General Bernardo Trigo. El impacto de la imagen unida al sonido fue muy grande y las reacciones de la gente durante las proyecciones eran muy claras en cuanto a emoción, gritos y asombro, dependiendo de las escenas.
“El cine se llenaba, la gente lo disfrutaba mucho-recuerda Paz Garzón-. Además en la década de los 50 y 60 en las plazuelas de la ciudad, también en el patio del Palacio de Justicia, se proyectaba cine gratis de una organización norteamericana que traía películas educativas en las que se mostraba cómo lavarse las manos, cómo la mosca contamina la comida, y la gente se llenaba a mirar”.
Según recuerda Paz Garzón, él tenía unos 10 años e iba a las funciones. “La gente llevaba sus sillas, los vecinos sacaban las que tenían, para la gente era muy interesante”, recuerda.
En esa época, además de cine solo había radio por lo que la gente llenaba la sala en funciones de matinal, matiné, tanda y noche. “Ahí, yo vi Flash Gordon-recuerda- eran seriales. Cada capítulo duraba unos quince minutos y siempre se cortaba en un momento emocionante hasta el próximo capítulo, pero en el cine lo trasmitían completo, duraba unas dos horas y media, salíamos con los ojos cansados de cada función”.
Más adelante surgieron los cines Edén, de Manuel Arraya en la Calle Virginio Lema. También se montó el cine Avenida, sobre la avenida Potosí. En éste se proyectaban películas mexicanas y finalmente abrió sus puertas el cineteatro Gran Rex, ubicado en la calle 15 de Abril.
La televisión en los hogares
La aparición del VHS le restó importancia al cine
Aunque la televisión ya había hecho su incursión en los hogares tarijeños, el cine siguió siendo un elemento de entretenimiento y encuentro social que formaba parte de la vida de los tarijeños y que les permitía mirar hacia el mundo a través de películas, mayormente de Hollywood que llegaban con meses de retraso. Entre éstas Conan el Bárbaro, Tiburón, Rocky.
Fue a finales del siglo XX, con la aparición de la piratería y las nuevas tecnologías como el VHS y la televisión por cable, que daban la posibilidad de ver las películas en casa, que el cine fue siendo relegado. “En esa época los chicos preferíamos reunirnos en una casa, del que tenía VSH y ver una película entre amigos-recuerda Maribel Moscoso quien en aquella época era adolescente. Creo que era porque nos emocionaba lo nuevo, la novedad de tener cine en la casa”, dice.
De este modo, al finalizar la primera década del siglo XXI y con el cierre de las principales salas, el cine pareció pasar a la historia en Tarija. Sin embargo, fueron pocos los años en los que Tarija no tuvo cine.
En 2010 se inauguró el cine La Torre que, aunque ahora por la crisis cerró definitivamente, de alguna manera significó el retorno del cine en Tarija.
El Teatro General Bernardo Trigo
De alguna manera en los inicios del cine tuvo mucha influencia el teatro General Bernardo Trigo, pues también fue escenario de muchas proyecciones cinematográficas. De acuerdo al libro “Estampas de Tarija” de Agustín Morales Durán éste se levantaba majestuoso con dos enormes plantas exteriores y cuatro interiores en cerca de medio manzano de la esquina Campero-Ingavi.
Cuentan que fue una construcción de grandes proporciones, estilo romano con tres amplios portales que se abrían luego de una breve escalinata, ventanales en el frontis y en la parte lateral.
Tenía una gran antesala antes de ingresar a la platea o a las localidades más altas, a donde se accedía por las escaleras ubicadas a ambos lados. Tenía palco, anfiteatro, galería y gallinero.
Apuntes sobre la temática
Cine mudo
Las primeras películas que se proyectaban pertenecían al cine mudo. La gente se llenaba para verlo. Para ello pagaban tres reales.
La Tv en casa
A finales del siglo XX, con la aparición de la piratería y las nuevas tecnologías como el VHS y la televisión por cable, que el cine fue siendo relegado.
El retorno
En 2010 se inauguró el cine La Torre que, aunque ahora por la crisis cerró definitivamente, de alguna manera significó el retorno del cine en Tarija.