La normativa que permite las quemas sigue vigente
Incendios en Bolivia: el mes de septiembre es el peor
Como sucede desde hace algunos años, el mes de septiembre es el mes en que en promedio hay un mayor número de focos de calor en el país. Este año la región más afectada es la del Pantanal, en la frontera con Brasil



El fantasma de los incendios que el año pasado azotaron la Chiquitanía de Santa Cruz se presenta nuevamente como un riesgo latente. Según la Fundación Solón, el mes de septiembre es el mes en que en promedio ‒desde el 2014 hasta el presente‒ hay un mayor número de focos de calor respecto a los otros meses del año. Este septiembre parece que no será distinto.
Hace unos días, la Fundación Amigos de la Naturaleza (FAN) señaló que ‒a través de la elaboración de una cartografía mensual de áreas quemadas‒ se pudo constatar que desde enero hasta fines de agosto “en Bolivia se quemaron más de 900 mil hectáreas, muy similar a los patrones temporales de áreas quemadas el 2018”. Es decir, a diferencia del año pasado, el territorio incendiado hasta la fecha es considerablemente menor.
Pese a ello los incendios siguen aumentando y nada garantiza que no pueda generarse una catástrofe como la del año anterior si es que algún foco de calor se sale de control. Esto es lo que casi sucedió en el Pantanal boliviano, específicamente en el Parque Nacional Otuquis, donde hasta el mes de julio se habían quemado 147 mil hectáreas.
“La pandemia del fuego se esparce a la velocidad del viento y tenemos poco tiempo para detenerla”, Fundación Solón
Si bien en el presente se considera que estos incendios están “bajo control”, los mismos no han desaparecido. Como tampoco lo hicieron en la región de la Chiquitanía que, aunque en menor medida respecto al año pasado, ha vuelto a ser afectada por los incendios.
Incendios en reservas forestales y áreas protegidas
Según datos presentados por la Fundación Solón ‒una de las instituciones que ha realizado un seguimiento reiterado a la problemáticas de los incendios en tierras bajas‒, a diferencia de 2019, este año los incendios han sido particularmente agresivos en reservas forestales y áreas protegidas.
“Durante los primeros siete meses del año hay 60% más de incendios en reservas forestales que el año pasado en similar periodo”, señala el material audiovisual presentado por dicha fundación. Los focos de calor en las reservas forestales habrían pasado de 1.500 a casi 2.500.
En cambio, entre los primeros siete meses de este año, “a nivel de áreas protegidas hay un 43% más de focos de calor”, respecto al mismo periodo de tiempo del año pasado. Los focos de calor habrían pasado de 2.700 a casi 4.000.
Una de las zonas más afectada ha sido la del Pantanal. “De acuerdo con la evaluación de áreas quemadas detectadas del 1 de enero al 4 de agosto de 2020, la superficie afectada por incendios forestales en todo el Pantanal comprende alrededor de 768 mil hectáreas. En territorio boliviano se quemaron 147 mil (19%) hectáreas, en Paraguay y en Brasil se quemaron 86 mil (11%) y 534 mil (70%) hectáreas respectivamente”, señala el informe de la FAN.
En la región del Pantanal, los incendios vienen afectando principalmente al Parque Nacional Otuquis, que colinda con Brasil. “Solo en un día, el 8 de agosto, hubo 422 focos de calor registrados oficialmente en este territorio”, señala la Fundación Solón.
El segundo territorio más afectado por la cantidad de incendios es el área protegida de San Matías, que hace parte del bosque seco chiquitano. Hasta el 3 de agosto se habían quemado más de 28 mil hectáreas de este territorio.
Al respecto, la FAN explica que “la ocurrencia de eventos de incendios transfronterizos plantea el reto de establecer estrategias y mecanismos de coordinación efectivos entre países que permitan responder oportunamente a estos eventos”.
Los incendios de 2019: una amenaza latente
Se estima que en toda Bolivia, el 2019, se incendiaron 5,3 millones de hectáreas, una superficie similar al territorio de la República de Costa Rica.
Los principales departamentos afectados fueron: Santa Cruz y Beni, donde se produjo el 94,5% de todos los incendios del país. Según datos del informe "Fuego en Santa Cruz", de la Fundación Tierra, en el departamento cruceño se quemaron más de 3,6 millones de hectáreas (9,6% de su territorio), entre pastizales y zonas boscosas, principalmente en la región de la Chiquitanía.
Esta extensión sextuplicó las 619 mil hectáreas quemadas el año 2018. Por lo que se considera que fue el incendio forestal más grande del departamento cruceño en las últimas dos décadas.
En el caso de Beni, la extensión quemada fue de 1,1 millones de hectáreas. Una extensión que si bien está dentro los rangos históricos no deja de preocupar, más aún por la reciente aprobación del nuevo Plan de Uso de Suelos (PLUS), que considera convertir en cultivables más de 5 millones de hectáreas del departamento.
Como explica el mismo informe de la Fundación Tierra: "las consecuencias hubieran sido mucho mayores sin la intervención desplegada a lo largo del territorio cruceño para detener el avance del fuego". Sin embargo, en el presente este tipo de acciones ‒de activistas y voluntarios‒ se han visto limitadas por pandemia y las consecuentes medidas de contención.
Normas que fomentan los incendios
Las instituciones, colectivos y activistas que han denunciado la propagación de los focos de calor que amenazan al país, han señalado en reiteradas oportunidades la existencia de "medias legales condescendientes con los desmontes y las quemas ilegales que fueron aprobadas a partir del año 2013".
Entre esta normativa está la Ley N° 337, de apoyo a la producción de alimentos y restitución de bosques de 2013; la Ley N° 502, de ampliación del plazo y modificación a la Ley N° 337, de 2014; la Ley N° 739, de modificación de las leyes N°337 y N°502, de 2015; y la Ley N° 952, de 2017. Todas estas consideradas como leyes del "perdonazo" del desmonte ilegal.
En referencia a la normativa que permite directamente la quema, se tiene la Ley N° 741, de autorización de desmonte hasta 20 hectáreas para pequeñas propiedades, del 2015; la Ley N° 1171, de uso y manejo racional de quemas, de 2019. Dentro de este paquete también está el D.S. N° 3973, que autoriza desmontes y quemas en el Beni, y el flamante PLUS-Beni.
Incendios Ilegales
Si bien las normativas señaladas siguen vigentes, ante la presión social desatada en las últimas semanas, la Autoridad de Fiscalización y Control Social de Bosques y Tierra (ABT), emitió el 3 de agosto la Resolución Administrativa N°149/2020. Esta resolución paraliza temporalmente la autorización y ejecución de quemas en los departamentos de Santa Cruz y Beni.
Sin embargo, la Fundación Solón señala que “esta acción tiene un efecto extremadamente limitado, ya que en julio de 2020 el 80 % de los incendios fueron ilegales […]. Cabe recordar que en agosto del año pasado el 97% de las quemas fueron ilegales”.
Necesidad de información precisa sobre los focos de calor
En la página oficial de la ABT se señala que “Víctor Hugo Añez Bello, Director Ejecutivo de la ABT del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, anunció que en el mes de agosto se registró 69% menos focos de calor en todo el país, comparados con el mismo mes del 2019”.
Sin embargo, la Fundación Solón señaló que para el 31 de julio de este año se habían registrado 60,490 focos de calor, mientras que el año pasado, para la misma fecha, se habrían registrado 51,394 focos de calor.
Si bien los “Reportes oficiales de focos de calor e incendios forestales”, presentados de manera diaria por el MMAyA aportan información actualizada de los focos de calor diarios y mensuales, llama la atención que desde el mes de mayo estos reportes dejaron de incluir información oficial sobre los acumulados anuales, estos datos son importantes para entender la dinámica general de los incendios. No bastan declaraciones de autoridades, hace falta más información precisa, y confiable.
Áreas quemadas en el pantanal (Fuente:FAN)