Vida en pandemia
Tarija y el drama de decir "adiós" en la pandemia
El corazón duele, el miedo se agranda y la pesadilla continúa. En el departamento hasta ayer (21 de agosto) los casos confirmados superaban los 6.500 y los fallecidos llegaron a 152. Muchos ya han perdido a un ser querido ¿qué hacer para afrontar el duelo?
Jacinta de cincuenta años ha muerto por Covid-19, también Luis de 40 años y Federico de 80. Sus familias han quedado destrozadas ante su muerte, más aún el calvario comenzó un mes antes en todos los casos.
La búsqueda de atención de emergencia cuando los hospitales están colapsados y las clínicas no aceptan enfermos con Covid-19 fue solo el inicio. A ello le siguió el correteo por pruebas, luego por medicamentos “carísimos” y otros agotados, sumado a la escasez de oxígeno, de espacios en terapia intensiva y finalmente al requerimiento de un plasma que jamás pudieron conseguir.
“Impotencia y dolor” son las dos palabras con las que Margarita, una de las dolientes, califica esta vivencia.
Hoy parada en la puerta de su casa aún no ha sabido ponerle un freno a sus lágrimas. El mal llegó sin previo aviso una tarde de julio, su madre siempre la acompañaba a vender abarrotes a la feria del barrio. “Sentadita y mirándolo todo”, dice mientras intenta contarnos sobre ella, pero su voz quebrada le roba la historia.
El silencio nos quita las ganas de continuar a ambas, perder a un ser querido, es una de las peores experiencias de la humanidad. Sin embargo, Margarita respira profundo y continúa.
Dice que jamás podrá reponerse de la pérdida, que quedará “traumada” para toda su vida. Cuenta que llora a diario, que no come, que la ve en todas partes y que sufre por no haberla despedido junto a todos sus hermanos y amigos cercanos. “Como siempre quiso y como se merecía”.
Tampoco pudo venir su tía y cantarle a Jacinta aquella canción de Julio Iglesias que tanto les gustaba y que prometieron cantarse una a la otra en su velorio, dependiendo de quién se vaya primero.
“Vuela alto”, dice Margarita. “Aquí hay que bailarto todo, sin perder nunca el paso, te suelen soltar la mano. Vuela amigo, vuela alto. No seas gaviota en el mar” canta mirando el cielo como si quisiera que Jacinta la escuche.
Pero Margarita se seca las lágrimas y resalta que lo que quiere dejar en claro es que la gente que posee parientes con Covid en Tarija está sufriendo y mucho, que el sistema de salud no responde adecuadamente, que los medicamentos escasean y que los donantes de plasma “de solidarios tienen muy poco”.
“Me animé a contarles lo que he sufrido para que la gente se cuide y ojalá para que las autoridades sientan lo que sufrimos y nos ayuden”, finaliza mientras se arregla una manta gris que es recuerdo de su madre y nos pide “por favor” no colocar su apellido.
Ésta es solo una de las tantas vivencias de las personas golpeadas por la pérdida de un ser querido en medio de esta pandemia. Las muertes ya han afectado a cientos de personas en Tarija y en poco tiempo muchos tarijeños ya han perdido a un amigo o familiar.
El corazón duele, el miedo se agranda y la pesadilla continúa. En el departamento hasta ayer (21 de agosto) los casos confirmados se contaban en 6.784 y los fallecidos llegaron a 157.
Pero ¿Qué hacer para sobrellevar la situación y cómo afrontar el duelo? El País ha consultado a psicólogos y ha realizado una revisión bibliográfica sobre el tema.
Claves para afrontar el duelo
Si lo vemos desde fuera, el superar un proceso de duelo sin tener cerca a nuestros seres queridos, sin los abrazos y besos es algo complicado. Sin embargo, tenemos que ser conscientes de que nos encontramos ante una situación excepcional donde tenemos que renunciar a nuestra propia naturaleza mediante una fuerte concienciación:
“El duelo consta de dos fases: la personal y la social. Esta segunda fase se ha visto disminuida por lo que la personal será más dolorosa y duradera”, apunta el psicólogo Josep Vilajoana.
La psicóloga Victoria Téllez asegura que perder a un ser querido en medio de la pandemia es un segundo duelo, pues según asegura todos estamos transitando el duelo de haber perdido nuestra rutina.
Según Vilajoana lo que hace distinto este duelo no es solo el momento del fallecimiento, sino que este proceso de duelo empieza antes. Es decir, el hecho de que no podamos acompañar a nuestro familiar en el hospital ni visitarlo son factores que hacen que el duelo sea más sufrido.
“Es fundamental que la persona sea consciente de que, el hecho de no haberse despedido y de no haber acompañado a la persona en el hospital no quiere decir que no lo haya hecho durante todo su proceso vital. Me parece importante que sean justos con sus recuerdos y con la relación que tenían con esa persona. Por ello, no sólo deben recordar estos últimos días sino ver la relación que tenían con perspectiva a lo largo de toda una vida”, recomienda el experto.
Más aún, a esto se suma un agravante y es la restricción en los funerales y velorios. Pues éstos tienen un rol fundamental. Fomentan el reconocimiento público de la realidad de la pérdida. Proporcionan espacio y tiempo a los familiares para manifestar su propio dolor. Además, nos ayudan a ir asumiendo la despedida ya que nos proporcionan el espacio seguro para manifestar esas emociones de dolor.
A raíz de toda esta situación los expertos recomiendan lo siguiente:
- Identifica todos esos sentimientos y estados de ánimo que van más allá de la tristeza: culpa, sensación de irrealidad, ira, etc.
- No evites el recuerdo de los aspectos dolorosos.
- Puedes escribir una carta en la que recuerdes los momentos vividos y expresándole todo aquello que te gustaría haberle dicho en vida.
- Ver fotografías y revivir mentalmente esas escenas ayudarán a desbloquear las emociones.
- Expresa tus emociones a tus familiares y amigos.
- La posibilidad de poder celebrar un funeral simbólico con todos los que se hubiera querido en el futuro ayudará a empezar a elaborar el duelo.
- Puedes recurrir a ayuda psicológica para elaborar el duelo. Recuerda que las personas que han experimentado una perdida así si son muy vulnerables pueden experimentar problemas psicológicos en el futuro.
Apuntes sobre la temática
Velorio
Por efecto de la pandemia del Covid-19 los ritos funerarios se modificaron drásticamente. Algunos familiares de los fallecidos ya no desean realizar el velatorio, y si lo hacen es por pocas horas y con unos diez dolientes. La mayoría de los velorios se los trasmite por redes sociales o plataformas como zoom, pues no todos los parientes pueden estar presentes.
Cremación
La funerarias exigen a los parientes el certificado de defunción que emite el médico de cabecera, la clínica o el hospital y recién se les brinda el servicio. En caso de ser sospechoso, inmediatamente llaman al Servicio Departamental de Salud (Sedes) para que determine el destino del cuerpo, si se lo entierra o va al crematorio.
Entierro
Al día siguiente se va directamente al sepelio que debe ser hasta las 10:00 de la mañana. A las 11.00 el cuerpo ya tiene que estar bajo tierra, porque desde las 12.00 el camposanto ya no atiende.