Las parejas que viven separadas aumentan el deseo sexual
Tarija: El “sexting” y el deseo sexual en tiempos de pandemia
El no verse a menudo ha aumentado la pasión entre las parejas distanciadas y el verse las 24 horas ha desgastado las relaciones de las parejas que conviven a diario, apagando el deseo sexual



Se dice que lo prohibido siempre es más atractivo, y por lo visto este dicho jamás pasará de moda. En estos tiempos hay muchas parejas que no pueden estar juntas. Sin embargo, según la psicóloga y experta en terapia de pareja Lidia Alvarado el deseo sexual en este tipo de parejas ha aumentado, a diferencia de lo sucedido con las uniones consolidadas que han tenido que convivir “con tedio” las 24 horas.
Las parejas que están separadas han aumentado sus llamadas de teléfono, sus videoconferencias, han fantaseado juntas e incluso se han dado sus escapadas. “Fantasear diariamente con lo que harán en el momento de su reencuentro y durante los días posteriores y vivir pensando en la necesidad de aprovechar el tiempo perdido es un gran estimulante que alimenta la pasión y aumenta el deseo sexual”, explica la experta y asegura que de esto hay mucho.
Antonio, quien prefiere no dar su apellido, ha tenido que caminar desde el barrio San Luis hasta Senac con la sola ilusión de ver a su novia. Lo ha hecho cuando su credencial tenía la terminación validada para salir en cuarentena, pero también cuando tras la primera semana de encapsulamiento dieron dos días para abastecerse. Ésta es una de las tantas parejas que se han dado “modos” para verse.
Pero no todas pueden lograr verse cara a cara, por lo que han tenido que recurrir a otros “modos”. Uno de los fenómenos crecientes en estos días es el “sexting” (práctica que consiste en compartir fantasías y comunicar deseos sexuales a través de la tecnología).
De hecho, según un estudio internacional un 70% de las parejas que viven separadas aseguran haberlo probado durante la cuarentena. Más aún, esta práctica puede ser negativa al estar relacionada con una exposición de fotografías o vídeos a través de una fórmula “que no siempre es segura”.
El “sexting” es la práctica de compartir fantasías y comunicar deseos sexuales a través de la tecnología
Pero también, de acuerdo a Alvarado esto implica un lado positivo, pues lleva a que las parejas tengan que esforzarse en mejorar la comunicación amorosa. “Esto permite experimentar una forma de erotismo distinta, en remoto, sí, pero un poco más transversal. Es una experiencia positiva, pero aún no sabemos si será un fenómeno temporal o un cambio real y duradero en las relaciones interpersonales”, comenta.
Pero mientras algunas se mueren de pasión en la otra vereda están las parejas sometidas a convivencia intensiva, cuyo deseo sexual se ha apagado e incluso piensan en el divorcio.
Así lo cuenta Elvira Reyes, quien dice que no le ha pedido el divorcio a su esposo solo porque considera que lo mejor es estar unidos en estos duros tiempos, “por los hijos”, suspira. Más aún, revela que las discusiones constantes tampoco aportan a un buen ambiente en el hogar.
De la misma manera Carlos Torres cuenta que incluso las medidas de bioseguridad se han convertido en una pesadilla, pues siendo él quien tiene que hacer las compras, su entrada a la casa cuando retorna es todo un ritual que sencillamente lo tiene “harto”. “Mi esposa se ha obsesionado con las precauciones y esto se ha vuelto muy estresante en casa”, dice decepcionado.
Pero los problemas en los hogares tarijeños los hay de todo tipo, también están los económicos que no han hecho más que redoblar la tensión
Lo que puede apagar la pasión
De acuerdo a la experta el deseo sexual se comporta en función de cómo experimenta la pareja esta situación de incertidumbre. “Compartir el mismo espacio las 24 horas del día puede ser una fuente de conflictos, ya sea por la falta de espacio personal, o por los roces diarios de la convivencia o incluso por el estrés o la ansiedad que produce a muchas personas una situación tan particular como la actual”, detalla.
Otro de los aspectos que puede contribuir a que se “quiten las ganas”, puede ser el hecho de que exista una tendencia mayor a descuidar la parte erótica de la relación en favor de otras actividades de ocio que impliquen un esfuerzo menor como por ejemplo ver juntos una serie.
De esta manera, podría decirse, que si la pareja está las 24 horas del día la tensión o la carga erótica pierde fuerza. “Parece claro que, cuando se dedica esfuerzo a algo o uno se toma interés por conseguir algo, se le da más valor. Pero si da la sensación de que lo tenemos a nuestro alcance o que podemos disfrutar de ello en cualquier momento, no es que no tenga valor, según argumenta la experta, pero sí que se le da menos importancia”, explica la sexóloga Mónica Branni.
A esto se suma que la ansiedad por las circunstancias de emergencia sanitaria es mucho mayor y ésta es una gran enemiga del deseo sexual. Más aún, la psicóloga Martha Herrera apunta dos aspectos más.
Así indica que otro factor que contribuye a apagar el deseo sexual es el descuido del aspecto físico, pues las personas en casa visten pijama, se ponen la misma ropa una y otra vez, e incluso tienen el cabello descuidado a falta de servicio de peluquería.
Un último aspecto es la intromisión del teletrabajo, una variable muy peligrosa cuando no se ponen los límites claros entre el tiempo de las labores y el descanso. Esto resta la comunicación, los tiempos en pareja y los momentos de relax, necesarios para encender la chispa de la pasión.
Los peligros del sexting
Los expertos recomiendan cuidado extremo en la práctica del sexting y anotan los riesgos:
Pérdida de control. Desde el mismo momento en que alguien sube o comparte contenido a Internet o a las redes sociales, deja de tener control sobre ello: no se sabe en qué sitio web acabará o desde que pantalla se verá. Por lo que antes de subir fotos, vídeos o cualquier contenido sensible, es conveniente seguir, como propone la plataforma Qustodio, la regla del 10 haciéndose preguntas como ¿me sentiré orgulloso de esta foto cuando la vuelva a ver dentro de 10 horas, 10 días o 10 años?
Sufrir sexting sin consentimiento. El contenido se comparte a otras personas, sin que su autor tenga conciencia de ello, pues no ha dado su consentimiento para su difusión. El informe de Save the Children estima que 50.000 jóvenes lo sufrieron durante su infancia y hace referencia a un fenómeno relativamente reciente que se caracteriza por la difusión de imágenes íntimas, habitualmente de la expareja, con el objetivo de dañarla y humillarla públicamente.
Caer en la sextorsión: Otro aspecto negativo es ser victima del chantaje o amenaza de difundir el material por redes sociales, chats… material íntimo, explícito o embarazoso, normalmente sexual, para conseguir algo a cambio (dinero u otro tipo de recompensa).
Ser víctima de grooming. Al hacer sexting por chat o redes sociales con desconocidos puede ocurrir que un menor acabe hablando con un adulto que se hace pasar un menor con el objetivo de involucrarle en una actividad sexual: desde hablar de sexo y obtener material, hasta mantener un encuentro.