Qué sería nunca llegar

Qué sería nunca llegar

a ninguna puerta,

ningún cuerpo, ni alma

ni parte.

 

Qué sería permanecer estirado

como repleta madrugada

sobre total polvo de una luna

jamás vista.

 

Qué sería deslizarse

a rincón y estremecerse

como entera sombra

bajo un árbol lento

y nuevo.

 

Qué sería perderse

en inmenso fuego

y desprenderse de la antigüedad

como humo

de duro gris.

 

Qué sería dejar

el tiempo dorado con palabras

pero nunca apretar el aire

que nadie entiende.

 

Qué sería medir

de hora a luna

la claustrofobia de la prisión

de la conciencia.

 

Qué sería nunca llegar

a ninguna tierra,

ningún tamaño, ni carne

ni idea.


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