El tren de la vida
Vive la vida como si fueras un tren en marcha.
No te arrepientas de las paradas que dejaste atrás, mira hacia adelante.
No le ruegues a nadie que suba a bordo, pero haz que aquellos que realmente quieran ser parte de él se sienten en la primera fila.
No le ruegues a ninguna persona, porque nadie merece sentirse tan importante, ni tú tan miserable.
No pierdas el tiempo con alguien a quien no le interesas, quiérete, dignifícate, valórate, quien te quiere te busca o te lo hace saber de algún modo, no mendigues, no recojas migajas, ni ruegues amor a nadie, no corras por quien no camina por ti, no muevas montañas por quien no levanta tan siquiera una sola piedra.
La vida no solo son trenes a los que hay que subir, a veces son estaciones en las que hay que bajar.
A medida que viajas el tren va más y más deprisa, la vida tiene esa ironía, cuando va despacio no te interesa el paisaje y cuando te interesa, ya no hay tiempo para pararse.