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Los gallos y la perdiz

Un granjero tenía dos gallos. Y un día compró una perdiz y la puso con ellos en el corral.

La pobre perdiz no tardó en ser atacada por los gallos, así que se pasaba el día corriendo y escondiéndose de ellos. Ella pensaba que la atacaban por ser diferente:

– Pobre de mí… los gallos me quieren maltratar por no ser como ellos.

Sin embargo, días más tarde vio que los gallos se peleaban entre ellos. Eran peleas muy violentas, y hasta se llegaban a hacer sangre. Y no una vez, sino muchas veces.

– Vaya- dijo entonces la perdiz- Ya no me quejaré más de que me persigan los gallos. Ahora entiendo que no es porque sea una perdiz. Si ni entre ellos son capaces de no pelear, ¿cómo no van a atacarme?

 

Moraleja: Si dos no son capaces de mantener la paz, no podrán mantenerla con el resto.


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