Cuántas veces, amor, te amé… (soneto XXII)

En este poema, el amor se presenta como un anhelo profundo, como un horizonte que hace caminar al alma en busca de algún manantial perdido. También el amor parece un recuerdo, una evocación, una nostalgia. Es el enamorado del Amor quien escribe:

 

Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo,

Sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura,

En regiones contrarias, en un mediodía quemante:

Eras sólo el aroma de los cereales que amo.

 

Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa

En Angola, a la luz de la luna de Junio,

O eras tú la cintura de aquella guitarra

Que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido.

 

Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria.

En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato.

Pero yo ya sabía cómo era. De pronto

 

Mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida:

Frente a mis ojos estabas, reinándome, y reinas.

Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.


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