Israel investigado por Genocidio

En una columna anterior habíamos mencionado que los fallos de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), si bien son obligatorios e inapelables, estos no iban a ser cumplidos por Israel, lo cual se ha evidenciado al día de hoy (31/01/2024), cuando se cuentan más de 26.900 muertos producto de la brutalidad unilateral de Tel Aviv contra la Franja de Gaza, en ese contexto, el reciente fallo emitido por el máximo tribunal de Naciones Unidas, nos ha demostrado su posición tibia al sólo advertir sobre la gravedad de los crímenes que comete Israel y no conminarlo al cese al fuego.

La CIJ al haber emitido un fallo provisional con más “cáscaras que nueces”, debilita aún más su credibilidad, demostrándose que confiar en la “justicia” es un sueño bizarro de los ingenuos.

Israel actualmente está siendo investigado por genocidio en un proceso que va a durar muchos años: ¿Acaso se debe tener esperanza de que finalmente se sancionará a Israel teniendo como su máximo protector a EEUU?

La realidad hoy en día es que Israel de manera regular —como desde hace más de 75 años— continúa con sus incumplimientos sin modificar ni un ápice su actitud criminal contra el pueblo Gazatí, pues los bombardeos y la pulverización de este enclave empeorado con el bloqueo del ingreso de ayuda humanitaria; así como la retirada de la ayuda financiera a la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA) por parte de EEUU y sus halcones europeos, va sepultando la vida de miles de palestinos quienes van muriendo no solo por las balas, misiles y bombardeos, sino por la hambruna provocada por la entidad ocupante, convirtiendo a Gaza en el Cementerio más grande del mundo.

La UNRWA, fue el único organismo de Naciones Unidas que hasta el momento ha estado socorriendo, alimentando y asistiendo logísticamente a más de dos millones de civiles. Ahora con el cese de la ayuda financiera, queda claro el derrotero de Israel: depuración étnica y expulsión de todos los gazatíes a Egipto para finalmente controlar y apropiarse de su territorio, ya lo dijo el ministro israelí de Seguridad Nacional Ben Gvir; "Debemos alentarlos a que se vayan".

Si bien las medidas provisionales que emite la CIJ son espurias, tienen un valor moral; ya que han demostrado frente a la comunidad internacional el verdadero rostro inhumano y barbárico de Benjamín Netanyahu y sus estamentos ultraderechistas.

En ese sentido, los países libres del mundo deberían ser quienes después de Sudáfrica encaren procesos penales contra la entidad sionista; así como ya lo han hecho México y Chile, y si no tuviesen el valor para hacerlo deberían apoyar a los palestinos boicoteando desfinanciando y sancionando (BDS) a las corporaciones israelís: no accionar un proceso penal ni apoyar mediante el BDS a la causa humanitaria de Palestina, es ser cómplice de acciones genocidas.

Si la comunidad internacional no frena las acciones criminales de Israel bajo la capa de EEUU, con seguridad estaremos en los albores de una 3ra guerra mundial; ya que la pólvora que se está regando en Medio Oriente alcanzó a Yemen, Siria, Líbano, Irak e Irán.

En ese contexto, imaginemos cómo sería una nueva guerra en donde no solo se usará armamento convencional sino atómico y termonuclear, pues es un secreto a voces que Tel Aviv tiene casi 200 ojivas nucleares, las cuales no duraría en utilizarlas al verse sometido por el “Eje de la Resistencia”.

La irresponsabilidad de las “potencias” en el mundo nos está llevando cada vez más al abismo de la aniquilación de la humanidad, el genocidio en Palestina es una muestra de su ferocidad, en tal sentido, EEUU y la Unión Europea son el oprobio de la humanidad, quienes no habiéndoles bastado haber colonizado y explotado las riquezas del planeta, hoy siguen sosteniendo a países insolentes que creen ser los dueños de un territorio cuando lo usurparon y lo colonizaron.

La estructura política y jurídica de la sociedad internacional está a punto de desplomarse, las guerras, las invasiones, el colonialismo, el apartheid, el genocidio y los crímenes de guerra son una muestra ínfima de la deshumanización de los actores internacionales, en donde sólo las naciones con una verdadera vocación humana podrán erradicar la podredumbre de los actuales “estados” que no respetan ni hacen cumplir las normas del Derecho Internacional, ni mucho menos sus instituciones como la UNRWA, la CIJ o la Corte Penal Internacional.


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